Economía
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Puso en evidencia el modelo de desarrollo seguido por tres décadas, destaca foro en Cuba

La crisis deslizó a la pobreza a 14 millones de latinoamericanos

Se frenaron logros sociales alcanzados en los seis años previos, y esto dejó en evidencia viejos problemas estructurales: Cepal

Sufrieron más los países que más abrieron sus economías

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Bicitaxi en calles de La HabanaFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Jueves 4 de marzo de 2010, p. 26

La Habana, 3 de marzo. La crisis económica de 2009 puso un alto en el progreso social logrado por América Latina en los seis años precedentes, aseguró un organismo de Naciones Unidas, y estimó que 14 millones de personas en la región cayeron en la pobreza.

Además de la regresión en algunos logros sociales, la crisis del año pasado tuvo como consecuencia el cuestionamiento del modelo de desarrollo seguido en la región en las últimas tres décadas, según expertos que participan en un foro organizado por la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC).

Lo que se puso en duda fue una manera de pensar que nos habían impuesto en los años recientes, expresó el académico chileno Jaime Estay, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Los saldos en América Latina de la crisis y lo que espera a la región en los años siguientes fue el tema principal de la discusión en la tercera de cinco jornadas del 12 Encuentro internacional de economistas sobre globalización y problemas del desarrollo, organizado por la ANEC.

La crisis puso un alto a los logros sociales que se alcanzaron en los seis años previos, lo que dejó de manifiesto problemas estructurales de larga data que aquejan a la región, expresó Jorge Mattar, director adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el organismo regional de Naciones Unidas.

En la región, añadió, 2009 se saldó con un aumento de 14 millones de personas que viven en pobreza. Se trata, detalló, de 9 millones de personas que habían salido de ese umbral y regresaron; más otros 5 millones que hubieran logrado dejar la pobreza si la economía latinoamericana hubiera mantenido la tasa de crecimiento que tuvo hasta 2008. La crisis truncó seis años de crecimiento con mejora de los indicadores sociales, añadió.

El directivo de la Cepal explicó que después de una crisis la recuperación de los indicadores sociales cuesta más tiempo que la de los económicos. Después de la crisis de la deuda externa en los años 80 del siglo pasado se requirieron 14 años para recuperar el ingreso por habitante, y 26 para que el porcentaje de latinoamericanos en pobreza, respecto de la población total, regresara al nivel que tuvo en 1982.

Es un buen momento para hacer una reflexión respecto de lo que ha sido nuestro esquema de desarrollo en los últimos 25 años, dijo. América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo, no la más pobre, a pesar de que de 2002 a 2008 la mayoría de países logró mejorar su distribución del ingreso, agregó.

En el mismo foro, Carlos Quenán, del Instituto de Altos Estudios Latinoamericanos, con sede en París, mencionó que el impacto social de la crisis de 2009 en la región amenaza los avances realizados durante el periodo previo, en términos de reducción de la pobreza, remuneraciones, cobertura de seguridad social y empleo formal.

Oneida Alvarez, de la Universidad de La Habana, lo planteó en otros términos. Cuando en vez de números ponemos rostros, hablar de 14 millones de personas que a consecuencia de la crisis cayeron en pobreza es realmente algo importante, que tiene una connotación mayor que los numeritos, destacó.

El escaso y frágil crecimiento de la región, abundó, debe llevar a cuestionar si la política de apertura indiscriminada que se ha seguido en la mayor parte de la región ha sido totalmente favorable y ha dotado a Latinoamérica de las mejores condiciones para su desarrollo. Hemos visto que los países que han abierto más sus economías son los que han sufrido con mayor intensidad el choque de la crisis actual, aseveró.

Con esto quiero señalar que en un periodo de postcrisis deberíamos interrogarnos si el sector externo representa para América Latina sólo una oportunidad o si, además de la oportunidad potencial, significa que es un fácil transmisor de los choques internacionales.

A su vez, Jaime Estay mencionó que la última década en la región se caracterizó por la aparición de estrategias alternativas y por la maduración de movimientos contrarios al modelo político y económico impuesto en la región en los años 80.

La hegemonía económica y cultural del neoliberalismo, la hegemonía de una manera de pensar y de ver al mundo, se ve severamente cuestionada en la década que está terminando. Eso hace particular a la región, más allá de situaciones económicas específicas de mayor o menor gravedad. El acento es en este escenario de crecimiento de la oposición al movimiento neoliberal, en distintos lugares, de diferentes maneras y con expresiones diversas, apuntó.