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Controlarán torres de telecomunicaciones en el municipio zapatista

La ciudad rural en Santiago El Pinar beneficia a paramilitares

El esquema, para destruir los tejidos comunitarios, se señala

Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 14 de marzo de 2010, p. 11

Santiago El Pinar, Chis. 13 de marzo. La inminente ciudad rural en esta localidad tzotzil no sólo obedece a directrices contrainsurgentes como modelo de concentración y control de la población, sino que permitirá la instalación de torres de telecomunicación militares y policiacas literalmente encima de los municipios autónomos zapatistas San Juan de la Libertad y San Andrés Sakamch’en. Según una fuente local que solicitó el anonimato, los verdaderos beneficiarios serán los miembros de un grupo de 12 paramilitares que operan en la zona, y las torres serán controladas por ellos. Los dirige una persona a quien se conoce como Cayetano, de Pontewitz, en el vecino San Andrés.

La nueva ciudad, metida en las montañas, a 36 kilómetros de San Cristóbal de las Casas, es copatrocinada por empresas como Televisión Azteca, Telmex y Coppel, que impulsarán la creación un corredor comercial. También se anunció que habrá agroindustrias. Con ello, pasará de ser un municipio con bajo índice de desarrollo humano a uno con tiendas de electrodomésticos donde comprar los televisores para sintonizar a la televisora del Ajusco. No es casual que la colocación de la primera piedra por el gobernador chiapaneco Juan Sabines, hace mes y medio, fuera atestiguada por Esteban Moctezuma Barragán, presidente de la Fundación Azteca y activo promotor de estas ciudades.

La población, se dijo entonces, saldrá de la pobreza extrema y comenzará una vida digna, con educación, salud, ingresos, empleo digno y servicios públicos. El municipio, de 17 kilómetros cuadrados, 2 mil 500 habitantes y 11 comunidades, se transformará, a partir de tres centros vecinales, dos de barrio y otro urbano con pobladores de la cabecera municipal y las comunidades Nachón, Pechultón, Ninamhó y Pushilhó, que quedarán integrados en este nuevo esquema de habitabilidad que termina con los problemas de la dispersión poblacional.

La edificación en curso de la ciudad rural sustentable, que según el gobierno se inaugurará el próximo 30 de mayo, aún no se eleva del suelo. Se encuentra en la etapa de aplanado y trazo. En las laderas de El Pinare, como dicen los pobladores, se edificarán 464 viviendas; 137 serán nuevas y el resto entrarán al programa de mejoramiento a través de la autoconstrucción, añade el gobierno. O sea, se distribuirán ladrillos, cemento y lámina, como se ha hecho en años recientes en otros municipios de lo Altos, transformando no sólo el paisaje sino, como comentaba un estudiante chamula hace poco, cambiando la relación de las familias con el espacio y la vida. Y lo decía con preocupación. Esas ideas de los cashlanes no tienen que ver con lo que acostumbramos en los pueblos.

Bajo la maquinaria nacen calles y explanadas, y destaca el camino hacia la cima del cerro, donde estarán las nuevas antenas. En nombre del desarrollo, han desaparecido ya varias milpas, cafetales y platanares. El gobierno edificará un templo católico y uno adventista, lo cual es novedoso en un país oficialmente laico.

El esquema de las ciudades rurales sustentables, impulsado en América Latina por las Naciones Unidas, siguiendo directrices del Banco Mundial, se ha implementado en Guatemala y Brasil para concentrar a la población rural, destruir los tejidos comunitarios y abrir paso a inversionistas que aprovechan los territorios. En ambos casos han servido de antesala a la migración, ya no de los varones, sino de familias completas.

De manera elocuente, el presidente de la Fundación Azteca declaró en la mencionada ceremonia que pasar de un estado de pobreza extrema a un nivel de bienestar superior va a ser un ejemplo que queremos que suceda en muchos otros lugares de México, por ello es que estamos todos muy contentos y nos vamos a poner a trabajar hombro con hombro con ustedes.