Pero tras de dos guerras la actitud
pesimista es en todas partes reaccionaria
K. Várnalis**

Tenemos en la sien una fisura
y nuestra mirada avanza
de ave en una hoja podrida
como la línea quebrada de la fiebre:
Regularmente ejecutados quinientos tres cuatro
tantos desalojados
sin cuchara cuchillo tenedor
tantos con las agujetas confiscadas
las navajas de afeitar
con el nombre confiscado.

Es una pequeña fisura
y no hay tiempo
de que alguna vez nos toque como caricia
una pluma de automóvil.
Así –entre las piedras en la destrucción
siempre junto al humo
así –en el invierno en los andrajos de nuestra sombra
siempre junto a los ahogados
así –en la noche que serrucha toda la noche
los árboles plateados
el cielo plomizo
la luna de papel
junto a las virutas de una lluvia fina
tenemos una fisura.

No hay tiempo.
Escuchamos a escondidas las noticias
y nos las arrebatan heridos graves en camillas improvisadas.
Tratamos de contar las estrellas
y caen en el empedrado como tachuelas invertidas.
Con una pequeña fisura
insisto y avanzo en el lodo
arrancando cada uno de mis pasos
como diente podrido.
Levanto la barbilla de los hombres
para copiar deprisa
la luz que queda en la cuenca de sus ojos
y escondo la nota
en el corazón sobre la carne
para que vean en la autopsia
lo poco que vivimos.