Opinión
Ver día anteriorMartes 16 de marzo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Focos rojos en la seguridad pública

Urgen espacios para los jóvenes

C

omo se dice en estos casos, todos los focos rojos se encuentran encendidos dentro de las instancias de gobierno encargadas de la seguridad pública, dados los hechos de violencia de los días recientes.

El delegado de Coyoacán, Raúl Flores, dio a conocer una nueva forma de trabajo de los dueños de los llamados antros que se publicitan, principalmente por medio de la red con invitaciones a fiestas particulares donde se cobra como si se tratara de un bar de lujo.

La proliferación de estas fiestas clandestinas, y de los antros exprés, ha creado un problema mayor para los delegados no sólo de Coyoacán, sino también de la Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, hasta donde se sabe, porque los antros se montan, cobran y desaparecen. No pagan impuestos, no se hacen responsables de ningún tipo de situación, y se llenan, viernes con viernes, sin que se pueda hacer nada.

Desde luego este es un problema de gobierno. En estos lugares las bebidas se sirven hasta que el cliente diga ya no y la hora no importa, lo mismo pueden ser las 11 de la noche que las 10 de la mañana, mientras haya quien pague, la fiesta sigue.

A estos sitios concurren jóvenes que buscan en otros espacios lo que se les niega en los lugares que trabajan bajo los reglamentos que impone la ley, es decir, tiempo. Pero no se trata aquí de criminalizar a la juventud, sino de darnos cuenta de que poco o nada es lo que se les ofrece para llenar sus vacíos, por ejemplo, de diversión.

Lo más fácil, desde luego, será condenarlos y crear instancias de represión que traten de ahogar las fugas que crea la muy poca oferta para ellos, y desafortunadamente esa es la forma que resulta de la muy poca imaginación de la sociedad en su conjunto para arropar a una muy amplia capa de la población en el Distrito Federal.

Lo realmente difícil será crear los espacios donde la gente joven pueda reunirse, hablar, intercambiar experiencias, hallar caminos. No se trata de construir monasterios, y menos aún de hacer del Distrito Federal una ciudad de prohibiciones, pero por lo pronto no hay ideas.

Y no sólo la violencia es lo que preocupa a las autoridades. Todos sabemos que en este momento el mayor número de pobladores en la capital, y en todo el país, es de jóvenes, es decir, se trata de posibles votantes que hoy por hoy desprecian profundamente la actividad política, y que no creen en los líderes comunes que prometen cambios que regularmente redundan en desempleo, rechazo en los centros educativos y represión. Sólo tenemos que recordar que las últimas cifras de la procuraduría de la ciudad de México aseguran que entre los chavos está el mayor número de consignados a las cárceles del Distrito Federal, por delitos ligados a la drogadicción y el alcoholismo.

Para el gobierno de Marcelo Ebrard la violencia entre el grupo más amplio de pobladores de la ciudad debe ser de mayor preocupación. Los cañones de sus mejores ideas deben apuntar hacia ellos. Lo que hemos visto en los últimos días nos da idea de lo que puede venir si antes no se integran los programas necesarios para dar cobijo a los jóvenes que requieren de una oferta inteligente para llenar sus vacíos. ¡Aguas!

De pasadita

Si alguna oficina de gobierno es inútil por lo que la ley le impone y por la inutilidad de sus funcionarios es la Procuraduría Social. Organismos como ése, que son incapaces de resolver los problemas que hasta ellos llegan, podrían fácilmente desaparecer, así se tendría un muy buen ahorro y los dineros que se usan para mantener a su burocracia podría servir para mejores fines. Desde luego también cuenta el quién esta al frente de ellos. Con Clara Brugada, la actual jefa delegacional de Iztapalapa, la Prosoc funcionaba; hoy simplemente no sirve.