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Agentes estadunidenses solicitaron que ya no intervengan autoridades mexicanas en ella

Realizarán en El Paso segunda autopsia a los cuerpos de los tres ejecutados en Juárez

Los cadáveres fueron trasladados ayer a esa ciudad enmedio de un estricto esquema de seguridad

Corresponsal y reportero
Periódico La Jornada
Martes 16 de marzo de 2010, p. 5

Ciudad Juárez, Chih., 15 de marzo. Los cuerpos de la funcionaria del consulado general de Estados Unidos en esta frontera Lesley A. Enríquez, de su esposo Arthur H. Redelf y de Jorge Alberto Salcido Ceniceros, casado con otra funcionaria de esa representación diplomática, fueron trasladados ayer bajo un estricto esquema de seguridad a El Paso, Texas, a fin de realizar ahí una nueva necropsia a los cadáveres.

La petición de realizar una segunda autopsia a los cuerpos, en la que no participen autoridades mexicanas, fue hecha por agentes estadunidenses de inteligencia, quienes ya se encuentran en Ciudad Juárez para participar activamente en las indagatorias del triple crimen ocurrido el pasado sábado, según revelaron funcionarios de Estados Unidos.

También este lunes, el consulado estadunidense en Juárez anunció en un comunicado que en señal de duelo por el homicidio de tres personas vinculadas a esa sede consular, las instalaciones permanecerán cerradas este martes y reanudarán sus servicios al público el próximo 17 de marzo en su horario habitual.

En ese contexto, la Procuraduría General de la República (PGR), por medio de su vocero, Ricardo Nájera, informó ayer que la dependencia inició la averiguación previa CHIH/JUA/698/2010-IV-A, por los delitos de homicidio y lo que resulte, para poder darle intervención a peritos y algún otro tipo de actuación que se requiera de las autoridades federales, pero aclaró que por ahora no se tiene previsto atraer por completo las pesquisas de este caso.

Sobre la participación de agentes de inteligencia de Estados Unidos en territorio mexicano, Nájera aseguró que sólo será a nivel de intercambio de información y que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) no tiene intervención directa en las investigaciones.

Hasta el cierre de esta edición, las autoridades investigadoras aún no tenían claro cuáles fueron las motivaciones de los criminales para cometer el triple homicidio. Sin embargo, un funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, que pidió el anonimato, dijo que los primeros resultados de las pesquisas han revelado que el esposo de Lesley A. Enríquez trabajaba en una cárcel ubicada en el condado de El Paso, mientras el mexicano Jorge Alberto Salcido Ceniceros al parecer fue miembro o estuvo ligado a la policía municipal de Juárez.

Por ahora, dijo la misma fuente, una de las principales líneas de investigación que siguen las autoridades federales y estatales mexicanas es que los responsables de los asesinatos son sicarios del grupo Los Aztecas, los que usualmente son contratados como asesinos a sueldo por el grupo La Línea, considerado brazo ejecutor del cártel de Juárez, quienes habrían actuado en una especie de acto de represalia contra los varones ejecutados, aunque los investigadores desconocen con exactitud qué sería lo que motivó al grupo criminal.

En Estados Unidos, la vocera de la FBI en El Paso, Andrea Simmons, informó a los medios de comunicación que al menos cinco corporaciones estadunidenses participan en las pesquisas de las tres ejecuciones perpetradas el pasado sábado.

Simmons, según reprodujo un despacho informativo de Notimex, dijo que en las indagatorias colaborarán, además de la propia FBI, la agencia antidrogas (DEA), la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), la de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), así como agentes de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado.

Desplazados

A su vez, el funcionario de la SSP federal –dependencia que tiene a su cargo la Policía Federal– aseguró que la llegada a Ciudad Juárez de los agentes estadunidenses de inteligencia ha provocado ya fricciones entre mandos policiacos municipales y federales, porque los mexicanos se sienten desplazados por los miembros de la FBI y de otras corporaciones del vecino país, quienes desconfían plenamente de las acciones operativas de las corporaciones mexicanas. Nos han dicho que sólo confían en el Ejército Mexicano, expuso.

Los tres cuerpos de las personas asesinadas el sábado partieron la tarde de ayer de la Funeraria Perches, ubicada en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, y pasaron por la línea exprés del puente internacional Córdoba-Américas, también conocido como Puente Libre.

El cortejo de carrozas, fuertemente custodiadas por funcionarios federales de Estados Unidos, confundieron a la prensa, pues se había anunciado que el paso de los cuerpos se haría por la línea expr´rs del Puente Santa Fe. Ningún deudo ni funcionario alguno del consulado estadunidense hizo comentarios relacionados con la tragedia que envolvió a ese cuerpo consular.

El sábado anterior, la funcionaria consular Lesley A. Enríquez y su esposo Arthur H. Redelf recibieron varios disparos con armas de alto calibre, al salir de una fiesta de cumpleaños. Iban acompañados por su hija menor de un año, en una camioneta de su propiedad; la pequeña resultó ilesa.

Casi al mismo tiempo, otro grupo de sicarios atacó el vehículo en que viajaba el mexicano Jorge Alberto Salcido Ceniceros, esposo también de una funcionaria del consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez. Iba con sus dos hijos de 4 y 7 años, que resultaron heridos.

En tanto, de acuerdo con reportes policiacos, la mañana de este lunes, en el cruce de las calles Plutarco Elías Calles y Malecón, en esta frontera, desconocidos incendiaron una camioneta de modelo reciente que presuntamente fue utilizada por los sicarios que asesinaron a Lesley Enríquez y a su esposo.

Se presume que en la mencionada unidad, con reporte de robo y matrícula 044SKL6 del estado de Chihuahua, viajaban integrantes de un comando del grupo delictivo La Línea.

Vecinos del sector, ubicado a menos de dos kilómetros de donde fueron acribillados los ciudadanos estadunidenses, informaron que un hombre llegó manejando la camioneta y se bajó, al igual que otras personas de otras unidades, quienes la rociaron de gasolina y le prendieron fuego para luego huir. Todos estaban encapuchados.