La actual política de seguridad nacional sólo ha conducido a una espiral de violencia que cada vez es peor en el país, afirmó el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard. El gobierno federal se está tardando en hacer un cambio drástico en la estrategia que se debe seguir, acotó.

El mandatario advirtió que si en México no se instrumenta a corto plazo una política social más justa y sensata, no sólo en Ciudad Juárez sino en muchos otros puntos de país, la espiral de violencia va a continuar.

Al inicio de un recorrido de supervisión en obras de construcción de vivienda en la colonia Obrera, delegación Cuauhtémoc, Ebrard fue entrevistado acerca de los comentarios vertidos por la secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, Janet Napolitano, de que el despliegue de militares en Ciudad Juárez no ha ayudado en nada para contener el nivel de violencia en esa zona.

El gobernante de la capital remarcó que (las autoridades del vecino país del norte) tienen la obligación de controlar el tráfico de armas y drogas, así como el flujo de efectivo que proviene de Estados Unidos a México.

Habría que empezar por que Estados Unidos cumpla también con sus obligaciones. Tráfico de armas, de drogas y de efectivo: las tres.

Con relación a los más de 5 mil presos del fuero federal considerados de alta peligrosidad que están en las cárceles de la ciudad de México, respondió: no los queremos en el Distrito Federal, porque ni son de aquí.

Antes, al participar en la inauguración del Foro de Justicia para Adolescentes que organizó el Tribunal Superior de Justicia del Distito Federal, el mandatario local aseveró que es momento de revisar y reorientar las políticas que se siguen a escala nacional, así como en las entidades federativas.

Dijo que no se ha logrado reducir el número de jóvenes que no van a la escuela en el país, por razones sociales, de infraestructura o de inversión pública.

Un caso extremo es Ciudad Juárez, pero hay un fenómeno nacional. Si somos un país donde la mayor parte de los jóvenes no están en el sistema educativo o no tienen respaldo para poder continuar sus estudios, debemos preocuparnos por los resultados que vamos a obtener en los próximos años, reflexionó Ebrard.

Agregó que en toda la República hay un incremento en el número de delitos en que participan menores de edad, entre 12 y 18 años. Este fenómeno se expresa en violencia, uso de armas de fuego, acelerada expansión de adicciones de todo género y, por consiguiente, cada vez un mayor problema de justicia respecto a los adolescentes.

Ante integrantes del Poder Judicial, Ebrard insistió en que se debe y puede hacer un compromiso a escala nacional con la generación de jóvenes en edad de asistir a la secundaria y la preparatoria para incluirlos en el sistema educativo, para que los respaldemos, los orientemos y para que no sigamos observando este fenómeno de frustración, violencia y falta de expectativas para el futuro.