Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 28 de marzo de 2010 Num: 786

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

La Waina
FEBRONIO ZATARAIN

Tres poemas
KLITOS KYROU

Gala Narezo: las grandes pequeñas cosas
ELENA PONIATOWSKA

Simone Weil: una heroína romántica
AUGUSTO ISLA

La poesía sabe hacerese cargo de sí misma
RODRIGO GARCIA LOPES entrevista con MICHAEL McCLURE

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Alonso Arreola
[email protected]

El show de los hermanos Wooten

El Voila de Polanco luce lleno. Eso ya de entrada nos pone de buenas porque nunca es fácil producir shows de jazz en Ciudad de México, y porque se trata de un fin de semana con puente incluido. Además, es la primera de dos presentaciones y, según nos dicen, la de mañana está sold out. Bien puesto frente a un gran escenario, el lugar replica con mejor gusto la disposición de mesas del Lunario a la vez que integra el concepto del Zinco Bar y del extinto Anthropology. Ubicado en el centro comercial Antara de Polanco, sin duda “espanta” a una clientela variopinta, pero, aun así, los precios de su carta son justos y la calidad bastante buena. El sonido –lo comprobaremos cuando inicie el concierto– es excelente, pese a que las luces de hoy parecen operadas por un amateur.

A las 22:15 horas el telón se abre y deja ver al cuarteto. Victor Wooten está en el bajo acompañado por sus hermanos Regi en la guitarra y Joseph en teclados. En la batería, en lugar de tener a Roy Wooten, otro miembro de la familia, suena Derico Watson, virtuoso del bombo a quien tenemos ganas de volver a escuchar en vivo (le recordamos al lector que esta es la segunda visita del bajista al frente de su proyecto, además de las múltiples veces que ha venido con Béla Fleck & The Flecktones). Esperamos así que se nos salga la espina de su presentación previa del Lunario, cuando el conjunto, entonces con una dotación distinta, se dedicó a rockear más que a jazzear o funkear, otorgándole a su líder una importancia circense que rayó en la exageración: bajos que encendían sus luces o que eran arrastrados por el escenario con una cuerda.

Hoy la base rítmica opera de manera prodigiosa. La negritud del combo se hace notar desde el inicio prometiendo, empero, lo que no cumplirá: interpretaciones de buen gusto, sofisticadas, cuyas improvisaciones dialoguen con frescura gracias a su atención melódica, a su compromiso con el tema del que provienen. Contrariamente, es ya durante el primer solo de guitarra que notamos la debilidad del concepto. Regi Wooten tocará lo mismo toda la noche, al igual que su hermano Joseph. Grandilocuentes y con un sonido mal trabajado, apostarán a la velocidad y el aplauso fácil. (En algún momento estaremos distraídos mandando mensajes de texto vía celular, francamente aburridos.)


Victor Wooten

Afortunadamente hay un paréntesis cercano a los 25 minutos en el que Victor se queda solo para ofrecer virtudes técnicas, la exquisitez ausente en sus hermanos. Parafraseando a los Beatles y recorriendo piezas propias, su figura recompondrá una noche de palomazos interminables en torno a una extraña selección de los discos que lo han hecho famoso en el mundo entero. Claro, no podemos generalizar. El solo de batería es hermoso y un par de piezas muy interesantes. El público, evidentemente, está en desacuerdo con quien esto escribe. Gritos de aprobación hacen eco al grupo y éste sigue con un recorrido en el que se combina a uno de los más impresionantes instrumentistas que hayan existido (algún periodista estadunidense dijo que Victor Wooten es la prueba de que no todos los hombres fueron hechos iguales), con uno de los peores acompañamientos.

¿Compromiso con sus hermanos, falta de rigor, malas influencias? No entendemos bien a bien cuál es el impulso del bajista. Nos negamos a creer que se trate de impresionar por la fácil a los sedientos de barroquismo que al final del show se formarán por un autógrafo, una fotografía, un saludo de este artista que, no podemos soslayarlo, es una gran persona, un tipo amable y generoso a quien, pese a todo, sólo podemos darle las gracias por transformar la historia de un instrumento que pedía a gritos la llegada de nuevos profetas. Es por ello que independientemente de con quién regrese, iremos a verlo una y otra vez, aguardando por esos breves momentos de magia en donde se manifiesta la mejor música. Y bueno, ¿qué concierto no es así? ¿Qué actividad humana es completamente perfecta? En conclusión: ojalá que pronto Victor Wooten deje a un lado las relaciones filiales para rodearse de quienes merece su descomunal talento.

Recordatorio

Además de los próximos conciertos del Festival de México, hay que prestar atención a las visitas de Chick Corea con Gary Burton (29 de marzo), Joshua Redman Trio (9 y 10 de abril), Bad Plus (29 de mayo), Zappa Plays Zappa (2 de junio), John Scofield (27 y 28 de junio), Dave Holland Quintet (30 y 31 de julio), Masada y Screaming Headless Torsos (fechas por confirmarse) y muchas más del ciclo ny@mx.