Sociedad y Justicia
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En México, 60% de pacientes con neumonía no mejoran con penicilina, señala el INSP

Elaboran lineamientos para abatir el abuso de antibióticos

Médicos recetan el fármaco a 70% de enfermos; se justifica sólo en 15% de los casos

 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de abril de 2010, p. 32

La bacteria de neumonía, causante de infecciones respiratorias graves, es resistente a la penicilina en 60 por ciento de las personas que contraen esta enfermedad en México, porcentaje superior a otros países de América Latina, advierte una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Señala que la principal causa es el uso inadecuado de antibióticos, los cuales son recetados por los médicos en 70 por ciento de los pacientes, cuando su uso se justifica sólo en 10 o 15 por ciento de ellos.

Ante el grave problema que representa el incumplimiento de la regulación sanitaria y la falta de promoción sobre la utilización correcta de medicinas, en particular los antibióticos, expertos del INSP, en colaboración con la Asociación Mexicana de Infectología y Microbiología Clínica, la Alianza por el Uso Prudente de Antibióticos, la Fundación Mexicana para la Salud y la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM elaboraron un proyecto de lineamientos para revertir la situación.

En el documento los especialistas resaltan que en la consulta médica pública y privada, los galenos prescriben antibióticos de manera injustificada; en las farmacias se registra una dispensación incorrecta de medicamentos, a lo que se suma la laxitud en la normatividad que permite la venta de estos productos sin receta.

La propuesta de lineamientos que fue presentada a las autoridades sanitarias en febrero pasado, resalta que una de las consecuencias más graves por el uso inapropiado de antibióticos es la resistencia bacteriana, lo cual obliga a recurrir a tratamientos más caros y propicia un incremento en el índice de mortalidad por enfermedades infecciosas.

El estudio refiere resultados de otras investigaciones desarrolladas en el INSP, según las cuales los antibióticos representan el segundo lugar en ventas de farmacias a escala nacional; 40 por ciento se vende sin receta y el mayor número de reportes de reacciones adversas a fármacos (40 por ciento) se atribuye al consumo de antibióticos.

Sobre todo, destaca la investigación, alrededor de 70 por ciento de los enfermos por infecciones respiratorias y diarreicas agudas reciben recetas de antibióticos, a pesar de que dichos fármacos únicamente se justifican en 10 o 15 por ciento de los casos.

El trabajo también menciona que existe una vinculación entre el uso de antibióticos en animales para consumo humano, como pollos y cerdos, con el desarrollo de resistencia en bacterias que provocan enfermedades en humanos.

De hecho, plantea que hay elevadas tasas de resistencia bacteriana en patógenos transmitidos por alimentos, tales como salmonela en las carnes crudas.

En el análisis, los especialistas puntualizan que para detener la resistencia de bacterias y promover la correcta prescripción y uso de medicinas, se requiere una estrategia integral que incorpore no sólo la restricción en la venta de antibióticos, sino también acciones regulatorias, de educación y gestión, en las que participen los diversos sectores involucrados, entre ellos médicos y veterinarios, personal de farmacias y la industria farmacéutica.

La propuesta de lineamientos plantea crear un comité consultivo multidisciplinario sobre uso de antibióticos y resistencia bacteriana; desarrollar estrategias para hacer cumplir la ley en la materia, así como para reclasificar algunos de estos productos y pasarlos del grupo cuarto al segundo de medicamentos controlados.

También propone el diseño de normas sobre el uso de antibióticos para la promoción del crecimiento y los tratamientos que se aplican a animales enfermos y sanos con la finalidad de prevenir un brote (metafilaxis).

Los especialistas proponen a las autoridades la revisión de procedimientos para la aprobación y registro sanitario de nuevos antibióticos de manera que salvaguarden su uso en humanos. De igual forma se requiere un sistema eficiente de vigilancia epidemiológica del uso de antibióticos y de la resistencia bacteriana, indican.