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Madrid y Semana Santa

Desde otras ciudades
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En Zamora, España, se efectuó la peregrinación de Jesús YacenteFoto Ap
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n Madrid, a pesar de ser la capital de España, las procesiones de Semana Santa pasan prácticamente inadvertidas, opacadas por las más famosas y espectaculares de Andalucía, Castilla-La Mancha y el País Vasco. Sin embargo, este año ha sido diferente y lo ha sido por razones ajenas al vía crucis o a los lamentos populares por la muerte de Cristo: el centro del poder católico español, encarnado en el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, habló por primera vez de los miles de abusos y violaciones contra menores perpetrados por sacerdotes católicos. Y, lejos de la autocrítica o el “propósito de enmienda –algo muy habitual en estas fechas por los católicos–” la Iglesia española denunció una supuesta campaña orquestada y muy grave contra la institución.

Las cinco procesiones que suele albergar Madrid en estas fechas se convirtieron en un acontecimiento ante la curiosidad por conocer la postura de la Iglesia católica española ante el escándalo de los abusos sexuales por parte de curas, monjes, obispos, seminaristas o profesores de religión. Lejos de asumir las tesis de enmienda como las expresadas por Iglesias del norte de Europa, como Austria y Alemania, o de Estados Unidos, en España la Iglesia volvió a mostrar esa lado oscuro que le hizo apoyar la Contrarreforma y apoyar un régimen como el franquista al autoerigirse en la reserva espiritual de Occidente.

En estas fechas de recogimiento espiritual para millones de católicos, el arzobispo de Madrid lanzó sus habituales coléricas acusaciones contra lo que, según él, es una agresión grave a la Iglesia. Así, rodeado de monjes, costaleros y creyentes, la máxima autoridad del catolicismo español advirtió que nada, ni siquiera las opiniones de los hombres, por muy organizadas y orquestadas que estén, destruirá el ministerio sacerdotal que con tanto amor ha diseñado el mismo Jesucristo, al tiempo que alertó a sus seguidores de que no os dejéis vencer por el mal (en este caso encarnado, según el cardenal español, en los que denuncian la pederastia en la Iglesia).

Armando G. Tejeda, corresponsal