En el contexto de los escándalos de pederastia clerical revelados en diversas partes del mundo, durante la próxima asamblea general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) –que se inicia 12 de abril y en cuya agenda está ausente el tema– se distribuirá a los obispos un manual que aborda de manera práctica lo que deben hacer cuando un sacerdote transgrede el celibato o incluso cuando ha incurrido en abuso de menores.

Manuel Corral Martín, secretario ejecutivo de relaciones públicas e institucionales de la CEM, dijo en entrevista que el prontuario para llevar a cabo procesos cuando un sacerdote ha violado el celibato, incluida la pederastia, fue elaborado por un canonista y maestro de seminario, Héctor Colunga, vicario judicial del Tribunal Eclesiástico para la Primera Instancia, adscrito a la Arquidiócesis de San Luis Potosí.

A principios de esta semana, Ediciones CEM terminó de imprimir cerca de 800 ejemplares de dicho manual, de 29 páginas, el cual, señaló Corral, cuenta con una presentación del arzobispo emérito de San Luis Potosí, Arturo Szymanski Ramírez. Añadió que recoge todo lo que el Código de Derecho Canónico y los decretos Vaticanos exponen sobre el tema, pero también lo que dice el Código Penal Federal, por ejemplo, en relación a la pederastia.

Corral apuntó que es como un diccionario; el ABC de esto, incluso hay cartas machote para las autoridades eclesiásticas.

Precisó que este instructivo complementa lo que establece el prontuario elaborado hace tres años por la Arquidiócesis de México, Criterios de la Arquidiócesis Primada de México en relación a comportamientos inadecuados, principalmente con menores, que pudieran suceder por parte de los clérigos.

En este manual de la Arquidiócesis se recomienda a los sacerdotes no introducir a menores en sus habitaciones, ni pasar sus días libres con ellos, así como que éstos no deben pasar la noche en la casa del clérigo.

También les advierte que deben evitar conductas imprudentes, como abrazos inoportunos o poco naturales; juegos de manos o caricias fuera de lugar y no deseadas.

Se incluye asimismo la declaración de idoneidad ministerial para utilizarla en caso de traslado de un religioso.

En este documento el obispo o mayor de donde proviene el sacerdote deberá asegurar que tiene buena fama y prestigio; que no ha sido suspendido o penado canónicamente; no ha tenido conductas sexuales inadecuadas e incompatibles con su condición clerical celibataria ni homosexuales.

De la misma manera, que tampoco se ha conducido nunca de manera inapropiada con personas menores de edad, ni ha sido nunca acusado de conducta inadecuada con uno de ellos.