Sociedad y Justicia
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Pese a que ha bajado, aún es un problema de salud pública, advierte

Persiste desnutrición en menores de 5 años de familias pobres e indígenas: Coneval
 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de abril de 2010, p. 35

A pesar de que la desnutrición ha disminuido en el centro y norte del país, aún es un problema de salud pública, sobre todo para los niños menores de cinco años de las familias más pobres y las comunidades rurales indígenas, señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Precisa que la desnutrición durante el embarazo, la lactancia y la niñez, principalmente durante la etapa formativa que se da entre la gestación y los dos primeros años de vida, afecta el crecimiento y el desarrollo sicomotor de los niños, por lo que es uno de los factores que afectan gravemente la formación del capital humano y desarrollo social en el país.

En el Informe de evolución histórica de la situación nutricional de la población y los programas de alimentación, nutrición y abasto en México, del Coneval, donde analiza los programas sociales que se han establecido en la materia, indica que en este siglo la obesidad se ha presentado como otro problema de salud pública, cuya prevalencia se ha incrementado con gran rapidez y se asocia a padecimientos crónicos, como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, con mayor magnitud en las mujeres.

Señala que la política social, en respuesta a los problemas de nutrición en México, ha adoptado diferentes mecanismos de intervención para mejorar el acceso a los alimentos básicos y la nutrición de los grupos más vulnerables y los que habitan en zonas de difícil acceso.

Refiere que los mecanismos han pasado de programas generalizados o carentes de criterios explícitos de focalización, cuyos mecanismos fueron subsidios y precios de garantía a la producción de alimentos, en los años 20, a apoyos en diferentes fases de la cadena alimentaria en los años 80, y a mecanismos de focalización explícitos para apoyar a las familias en extrema pobreza, como los empleados por Oportunidades y el Programa de Apoyo Alimentario (PAL) en la década pasada.

Afirma que Oportunidades ha mejorado la nutrición de las familias beneficiarias por medio de los suplementos Nutrisano y Nutrivida, pero sus principales retos consisten en reforzar los esfuerzos para la disminución de la prevalencia de anemia, sobre todo en niños entre 2 y 4 años, y mujeres embarazadas o en lactancia; mejorar su componente educativo, el cual deberá promover la obtención de conocimiento y la adopción de estilos de vida saludables, e incorporar la atención de nuevos problemas nutricionales graves como la obesidad y el sobrepeso.

Indica que las demás acciones como el PAL, el Programa de Abasto Social de Leche, el Programa de Abasto Rural y la Estrategia Integral de Asistencia Social Alimentaria, tienen efectividad para combatir la anemia y la desnutrición, pero deben mejorar su focalización.

En el caso de Liconsa destaca que el reto es reducir el contenido de grasa de la leche para atender los problemas de exceso de peso, y desarrollar estrategias para promover la lactancia e informar a las madres que la leche del programa no debe sustituir a la materna.