Opinión
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Una obsesión llamada Marcos
E

l sábado 27 de marzo Reforma publicó en su nota principal un reportaje sobre el EZLN, a partir de un supuesto documento de 83 cuartillas (sic) entregado a ese periódico por un presunto miliciano desertor.

La nota destacaba dos aspectos: la fotografía de un hombre de tez blanca, delgado y con barba, quien, según el presunto desertor, era el subcomandante Marcos sin su distintivo pasamontañas; y el supuesto financiamiento de ETA, lo que ubicaría a los zapatistas en la franja de las organizaciones terroristas. Los motivos mal escondidos de la nota buscaron golpear al zapatismo. ¿Qué tanto? No lo sé, pero si se puede deducir que esa publicación tenía las peores y más perversas intenciones del mundo. Más de 100 medios de comunicación, sin comprobación alguna y dando como ciertas las fuentes de la nota difundida, cabecearon sus publicaciones con títulos como: Exigen indagar vínculo de EZLN y ETA.

Como segundo acto de la opereta montada por el diario de marras, se entrevistó y trató de sorprender a varios senadores. Carlos Jiménez, del PRI, cayendo en el garlito, habló de la necesidad de llegar a pedir una explicación al gobierno español; el perredista Silvano Aureoles declaró que no justifica de ninguna forma la lucha armada del EZLN, y Felipe González, del PAN, más cauto, expresó su preocupación por la posibilidad de que dicha información pudiera causar represalias.

Al día siguiente, los legisladores del tricolor en la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), Rubén Moreira y Sami David, en forma comedida pusieron en duda la información difundida que calificaron de mera especulación, lo que significó el primer tropiezo de esta nueva maquinación echada a andar en contra de los zapatistas. Aunque el corazón del escándalo buscaba introducir en el imaginario colectivo la relación ETA-EZLN, se intentó generar un gran impacto al mostrar el rostro de una persona, que, según Reforma, era el subcomandante Marcos sin su emblemático pasamontañas. En menos de una semana, el ciudadano italiano Leuccio Rizzo aclaró en una carta pública que él era el de la foto y no el dirigente zapatista. El diario, si bien mandó la aclaración a las páginas interiores, quedó evidenciado: no pudo sostener su ofensiva antizapatista y la provocación montada en contra del EZLN se desinfló en medio de un espantoso ridículo.

La tentación de vincular al EZLN con actividades de carácter terrorista ha sido derrotada una y otra vez, siendo parte de una etapa superada que sólo a un imbécil se le ocurre intentar revivir.

Quienes hemos seguido de cerca el conflicto desde 1994 hemos conocido las múltiples formas de provocación y agresión en contra de los zapatistas, cada una está consignada en las páginas de la historia de este movimiento. Esto nos ha permitido conocer algunas formas y modos de las conductas de quienes hostigan porque les molestan las causas y banderas zapatistas.

La historia y el contexto explican la trayectoria del EZLN y las acciones constructivas que ha realizado en la etapa posterior al incumplimiento de lo pactado en San Andrés. Durante 16 años ha habido una serie de iniciativas políticas de carácter nacional e internacional. Desde el cese al fuego, a principios de 1994, el EZLN no ha realizado acción militar alguna, en cambio, ha sido hostigado por grupos paramilitares, cuya expresión más cruenta y dramática fue la masacre de Acteal.

En la Sexta Declaración de la Selva Lacandona los insurgentes han definido con toda claridad su postura: El EZLN mantiene su compromiso de cese al fuego ofensivo y no hará ataque alguno contra fuerzas gubernamentales ni movimientos militares ofensivos (...) y su compromiso de insistir en la vía de la lucha política, con esta iniciativa pacífica, que ahora hacemos. Por lo tanto el EZLN seguirá en su pensamiento de no hacer ningún tipo de relación secreta con organizaciones político-militares nacionales o de otros países. La realidad es el mejor testigo del cumplimiento de esta convicción zapatista.

Las iniciativas políticas zapatistas han tenido siempre una estricta lógica política dado el vínculo y participación de sectores sociales diversos. El asunto de la paz en Chiapas tiene su origen en el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés. A pesar del silencio gubernamental, frente a los temas de fondo que han impedido la solución justa y digna que reclaman los pueblos indios de México, el EZLN ha generado mecanismos alentadores de trabajo interno con las juntas de buen gobierno, que se han convertido en verdaderos referentes de cómo se puede gobernar obedeciendo.

La tentación de aislar y reducir al zapatismo resulta atractiva para quienes, desde adentro y fuera del gobierno, afirman que el EZLN llegará a la extinción por la vía de su agotamiento paulatino, del desgaste de su discurso y el fin de su impacto. En los hechos ha demostrado su voluntad por encontrar una solución al conflicto; por la vía política cumplió su parte, es el gobierno federal el que no ha cumplido con la suya.

La expresión más diáfana de los errores de las diferentes instancias políticas del gobierno mexicano ha sido la constante obsesión por conocer o descubrir el rostro de Marcos, en lugar de hacer un compromiso de fondo para atender las causas estructurales que originan el rostro de la pobreza que lacera a millones de familias en nuestro país.