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Mañana inauguran su instalación audiovisual en el Museo Diego Rivera Anahuacalli

Brian Eno invita a disfrutar esa sensación de rendirnos y dejarnos ir

Me gustaría vivir en el borde de la quietud, porque nada está realmente inmóvil, dice

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Instalación audiovisual de Brian Eno, 77 millones de pinturas, que se podrá apreciar a partir de mañana en el recinto de la calle Museo 150, San Pablo Tepetlapa, CoyoacánFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de abril de 2010, p. 4

Detrás de toda la creación de Brian Eno hay un solo propósito. Define: Disfrutar esa sensación de rendirnos y dejarnos ir, y dar constancia de que nada es permanente ni está siempre quieto.

Y ése es el aspecto que desea enfatizar con la instalación audiovisual 77 millones de pinturas, que mañana será inaugurada en el Museo Diego Rivera Anahuacalli (Museo 150, colonia San Pedro Tepetlapa), para convertirse así en la primera ocasión que se presenta una obra de este reconocido artista y productor musical británico en América Latina.

Mi intención con esta obra es crear un tipo de rendición. Me quedé con ese tema, el de la rendición y la entrega, porque es algo que a los humanos nos fascina hacer. Normalmente nos entregamos en cuatro formas distintas: mediante el sexo, las drogas, la religión y el arte.

La Jornada ya dio pormenores de ésa que es la creación audiovisual más reciente del artista, en sus ediciones del 25 de marzo y el 17 de abril. También adelantó la visita que Eno haría a México para impartir una conferencia el 23 de abril, la cual debió ser pospuesta para fecha aún indefinida, debido a la cancelación de vuelos en Europa por la erupción de un volcán en Islandia.

Fue ésa asimismo la razón por la que el encuentro que el famoso productor de música popular sostuvo ayer con la prensa mexicana en el museo Anahuacalli debió ser mediante videoconferencia, desde su casa en Londres.

Entrega y abandono

Fuera de toda pose arrogante, aterrizado, bromista incluso, Brian Eno encaró con agrado cuanta pregunta se le hizo y procuró responder todas.

Por ejemplo, sonrió cuando un reportero le inquirió sobre cuánto hay de física cuántica detrás de 77 millones de pinturas, es decir, qué tanto le interesa abordar el infinito mediante esa superposición ilimitada y aleatoria que hace entre música e imagen, y respondió que su interés no es lidiar ni abordar ese concepto, sino periodos más cortos.

Interrogado sobre qué haría con la quietud, ya que su trabajo parece estar enfocado sólo en el movimiento permanente y la mutación, Brian Eno respondió: En realidad lo que me gustaría es vivir en el borde de esa quietud, porque creo que nada está realmente inmóvil, ni siquiera las rocas. Deseo que podamos ver las cosas y disfrutarlas a un ritmo mucho más lento del que estamos acostumbrados.

Destacó que su propuesta audiovisual responde al interés de reflexionar sobre un tema que lo ha inquietado desde hace más de 30 años: la entrega o la rendición, incluso el abandono humano.

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Brian Eno en su estudio londinense, en una pantalla durante la videoconferenciaFoto Cristina Rodríguez

Mucha de nuestra cultura está basada en la noción de que los animales somos controladores y nos gusta ese sentido de controlar, lo cual hacemos mediante la tecnología y de todas las formas que podemos; pero también nos gusta saber cuál es el momento adecuado para dejar de controlar y entonces rendirnos, explicó.

“Y la gente hace eso mediante diferentes formas. Por ejemplo, quienes tienen mucho sexo pueden entender esta noción cuando dejan de controlar y se dejan ir –cuando se vienen– y se rinden así ante algo.

Es esencial entender que rendirse es un verbo activo, no pasivo y creo que éste es un ejercicio que nos sirve para lidiar con ciertas situaciones. Es algo que hay que recordar y practicar la mayor cantidad de veces que podamos.

Música generativa

Para Brian Eno, el tiempo es el tema más importante de su trabajo, según asumió, y precisó que su interés estriba en encontrar la quietud mediante todos los momentos que construyen su obra.

Sostuvo que, en contraste con lo que rige Hollywood, él está convencido de que el periodo de atención de la gente no se está acortando, por lo cual es partidario de ofrecer experiencias para alargarlo.

Uno de los aspectos más importantes de mi instalación es que el espectador se queda consigo mismo o dentro de sí hasta cuatro horas, pese a que se trata de una obra muy lenta. Es muy interesante cómo algo que no tiene sorpresas, ni una trama ni inicio ni final, puede mantener tan entretenido a alguien.

En cuanto al papel de la tecnología en su obra, más que una herramienta la describió como uno de sus principales colaboradores, y apunto que gracias a ésta el artista puede generar nuevas cosas que antes ni siquiera imaginaba.

Convencido, Eno afirmó que entre todos los programas de música que se han desarrollado hoy día para computadora está la clave de la que será la nueva era de la música.

Al respecto, puso de ejemplo su propuesta, a la que denomina música generativa: “Esto nos lleva a pensar distinto en la música, porque en el pasado, cuando se pensaba en ella, se le veía como algo que se mantenía inalterable una vez que el compositor terminaba de escribirla, como sucede con una pintura o una obra arquitectónica.

Pero ahora, con la música generativa, la pieza musical es algo que se inicia, evoluciona y se mantiene en permanente movimiento por sí misma.