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Las heridas de Haití

Urbanistas y arquitectos piden conocer las ideas del gobierno

El plan de reconstrucción es manejado a control remoto desde oficinas de Bill Clinton: especialistas
Enviada
Periódico La Jornada
Miércoles 28 de abril de 2010, p. 37

Puerto Príncipe, 27 de abril. En el debate sobre cómo reconstruir la vida en Puerto Príncipe después del sismo, casi desde el primer momento empezaron a escucharse las voces de los arquitectos, ingenieros, urbanistas y economistas, profesionistas haitianos de todas las disciplinas que hablaban de reinventar una ciudad del siglo 21, con centros habitacionales seguros y vialidades que desahogaran los cuellos de botella; sueños de áreas verdes que humanizaran el entorno urbano, propuestas para recuperar la riqueza arquitectónica de algunos barrios, como Pacot, donde se concentra la mayor parte del estilo ginger bread.

Incluso ideas para recobrar el frente de mar que en los años 40 era un centro cosmopolita y mundano y no el nudo de basura y miseria que es hoy día.

Pero no los escucharon. El arquitecto Willy Kennel Pierre, egresado de la UNAM en los años 70, da cuenta de la decepción que ha desmovilizado a muchos de ellos: No sabemos qué tipo de ciudad quieren las autoridades. El plan estratégico de reconstrucción se está manejando a control remoto desde las oficinas de Bill Clinton, en Estados Unidos. Así no va a funcionar. Nunca van a ver las heridas reales porque esas están debajo de las piedras.

Estos profesionistas demandan: Queremos conocer los planes, queremos ser consultados, queremos un diálogo con los que van a tomar las decisiones para abrirle camino a las ideas.

Ejemplo de esta ausencia de diálogo es el debate entre sordos que transcurre sobre qué hacer con el Palacio Nacional, obra simbólica que fue construida por el arquitecto George Baussan a partir de 1914, copia del Petit Palais de París y que fue inaugurada bajo la ocupación estadunidense de los años 20.

Fuimos consultados por el Instituto de Protección del Patrimonio Nacional. Hay cuatro opiniones. Reconstruirlo ahí mismo, idéntico; reconstruirlo con elementos como el anterior pero con otras funciones; levantar una obra totalmente diferente y llevar la presidencia y toda la administración pública a otro sitio. Yo propondría conservar el lugar pero con otras funciones pero sobretodo abrir el debate a cuadros técnicos y sociedad civil. Pero hasta ahora parece que hay una decisión tomada que no conocemos.

Para Kennel la opción de trasladar la capital administrativa a las afueras, a la localidad de Croix de Bouquets como se hizo con Brasilia en 1960 no es una cuestión de voluntad sino de posibilidad. Es un plan que tiene una dimensión económica que nos rebasa.

Por otra parte, la solución al reto de construir vivienda con normas antisísmicas para entre 10 y 15 por ciento de la población de la capital es un secreto: Nadie fuera del pequeño núcleo que rodea al presidente Préval sabe cuáles son los planes concretos. No se trata que nos digan en teoría que van a desconcentrar a la población en seis polos de desarrollo en el país, se trata de que nos digan cómo lo van a lograr, concluye.