Editorial
Ver día anteriorMartes 4 de mayo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Beligerancia y comparaciones contraproducentes
A

yer en Berlín, con el telón de fondo de la severa crisis económica por la que atraviesa Grecia, el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, sostuvo que México logró sortear durante el año pasado la epidemia de influenza AH1N1, la crisis económica, el embate de la delincuencia organizada, la sequía y la caída en los niveles de extracción de petróleo, y atribuyó tal desempeño a decisiones de su gobierno para mantener a raya el déficit fiscal.

La percepción calderonista de la situación nacional, al menos en lo que respecta a la criminalidad, la crisis económica y las determinaciones políticas y financieras que condujeron al conflicto entre la administración y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), no dispone del respaldo de un consenso. En los tres temas, el país se encuentra polarizado y recorrido por polémicas agrias y hasta enconadas. Más aún, por lo que respecta a la crisis económica y al grave deterioro de la seguridad pública, los debates nacionales no son una mera confrontación de posturas, toda vez que los datos presentados por el propio gobierno dan pie al desmentido de los optimismos oficiales.

Más allá de tales consideraciones, resulta poco prudente que un jefe de Estado se exprese con beligerancia, en el extranjero, sobre asuntos nacionales que generan desencuentros y hasta fracturas en el país propio. Tal práctica resulta especialmente desaconsejable en la circunstancia actual, cuando la gira de Calderón ha suscitado expresiones de rechazo en Alemania, y en momentos en que la Unión Europea protesta por la agresión perpetrada hace unos días en San Juan Copala, Oaxaca, contra una caravana de paz, en la que murieron la activista ciudadana Beatriz Alberta Cariño y el observador finlandés Jyri Antero Jaakkola –además de que otras personas resultaron heridas–, la cual mostró de manera inequívoca la ausencia de estado de derecho en esa entidad gobernada por Ulises Ruiz.

Para finalizar, independientemente de si el gobierno calderonista se encuentra o no en la ruta correcta en el combate a la delincuencia y en la recuperación económica, una forma poco atinada de argumentar en uno u otro sentido es la comparación con otras naciones. Esos cotejos se han vuelto recurrentes en el discurso oficial de la actual administración, y en la ocasión que se comenta parece haber habido una clara alusión a la mala circunstancia griega en el afán de exaltar los supuestos éxitos propios. En ocasiones anteriores, la administración calderonista, para ensalzar sus logros o minimizar sus fallos, ha recurrido a comparaciones con Brasil, Cuba, Estados Unidos, Venezuela y otros países. Sería deseable que los actuales gobernantes recapacitaran y consideraran que esa práctica, sin llegar a la desmesura verbal del gobierno foxista, que causó varias crisis indeseables en la política exterior mexicana, mina las relaciones del país en la comunidad internacional y siembra obstáculos –así resulten imperceptibles en un primer momento– para el desempeño de la diplomacia nacional.