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El historiador participó en el foro político auspiciado por Casa Lamm y La Jornada

México tiene dos opciones: la decadencia o el triunfo electoral de la sociedad, indica Semo

La vía armada para transformar al país ya no es viable, manifestó Pedro Salmerón

 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de mayo de 2010, p. 7

El historiador Enrique Semo sostuvo que los cambios son fruto de las contradicciones que existen en toda comunidad y también de la necesidad de poner al día las relaciones sociales con las transformaciones económicas.

Durante el foro político titulado México y el mundo actual, auspiciado por Casa Lamm y La Jornada, el especialista explicó que los cambios sociales pueden tener muchas formas y las revoluciones no son más que una de ellas, pero eso no lo deciden los seres humanos individuales. La forma de cambio es resultado de ciertas características de la sociedad.

En el Centro de Cultura Casa Lamm, Semo señaló que la Independencia y la Revolución fueron cambios con características de modernizaciones desde arriba, es decir, introducidas por un pequeño grupo de personas apoyadas fundamentalmente por los círculos de los ricos.

Explicó que la Revolución Mexicana fue una modernización planeada por un pequeño grupo gobernante de científicos y un dictador popular. Pero se les olvidó un pequeño detalle: que sólo se benefician los de arriba y los de en medio, y los de abajo también necesitan sacar beneficios, si no la modernización para ellos significa un empeoramiento de sus condiciones.

De acuerdo con Enrique Semo las derrotas se deben a que el pueblo está callado y sólo una pequeña parte de la sociedad busca otra solución. Asimismo, aseguró que los viejos caminos no funcionan en los nuevos mundos.

Las revoluciones importantes de izquierda en América Latina han tomado nuevos puertos porque el mundo ha cambiado y la relación de fuerza es favorable.

Para Enrique Semo existen dos soluciones en México: una, la decadencia, caer lentamente sin resolver problemas, esa mediocridad producida por el narcotráfico, la televisión, la Iglesia y el grupo de monopolios de arriba.

La segunda posibilidad es la de las multitudes sociales, los grandes movimientos de todo tipo que desemboquen en un triunfo comicial, o bien, una victoria electoral que desemboque en grandes movimientos.

Ninguna de estas últimas posibilidades de victoria y grandes movimientos se ve imposible para 2012, pero sí es totalmente posible, con todo y el Tratado de Libre Comercio, que nos está convirtiendo en un estado más de Estados Unidos.

El investigador destacó que muchos de los acontecimientos políticos no son errores, sino el resultado de relaciones de fuerza. Los campesinos en 1910 querían otro resultado, pero no lo obtuvieron, no fue un error. Fue una relación de fuerza y eso hay que aprenderlo muy bien: sólo se puede lograr lo posible.

Aseveró que las revoluciones son cosas de política de la derecha, que son políticas no dispuestas a negociar nada; entonces, explotan las revoluciones, no por deseo de la gente. Respecto de las formas de cambio, Semo dijo que en ellas puede participar el pueblo, pero también existen las democráticas.

No obstante, indicó que los líderes no hacen la historia; son los pueblos los que hacen a sus líderes. No creo que el pueblo quiera una guerra civil, una revolución. Realizará todo lo posible para usar a las instituciones existentes, legales, para producir el cambio.

A su vez, el historiador Pedro Salmerón, quien participó en el foro junto con Enrique Semo y Felipe Ávila, consideró que por la vía armada no se transformará el país. A muchos no les queda otro recurso y lo convierten en vía de resistencia, pero como vía para cambiar a México ya no es viable.