Policías preventivos de Monterrey son investigados por la Procuraduría General de la República (PGR) como presuntos responsables de haber protegido la huida de dos de los sicarios que se enfrentaron a militares el 19 de marzo. También se indaga si las dos armas de fuego que tienen la matrícula tallada, calibre 223, se utilizaron para ultimar a los estudiantes Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, junto a una caseta de vigilancia del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, revelaron fuentes del Ministerio Público Federal (MPF).

Ese día, de acuerdo con la reconstrucción de los hechos y los peritajes que realizó y dio a conocer la PGR, “hubo un enfrentamiento en el cruce de las avenidas Garza Sada y Elizondo, donde está una puerta del ITESM, entre integrantes del Ejército y de la delincuencia organizada.

No se descarta que los soldados hayan sido objeto de una acción planeada por la delincuencia organizada para provocar un enfrentamiento en condiciones desfavorables para los elementos del Ejército Mexicano, puesto que la camioneta Yukón (inicialmente perseguida y por la que se generó el enfrentamiento) quedó inhabilitada justo en la parte baja del puente de la avenida Garza Sada, frente al centro educativo.

De acuerdo con versiones obtenidas, cuando los soldados se enfrentaban con al menos tres grupos de sicarios, algunos de los presuntos delincuentes huyeron hacia una esquina cercana a la puerta del ITESM, donde los esperaban dos vehículos: una camioneta tipo pick up y una patrulla al parecer de la policía preventiva de Monterrey.

Los entrevistados señalaron que se pretende ubicar videograbaciones en las que aparezcan unidades de la policía local que pudieran ser investigadas.

Según las versiones obtenidas, para el MPF no ha quedado clara la forma en que ocurrió la muerte de los estudiantes Jorge Antonio Mercado y Javier Francisco Arredondo; sin embargo, los dos cadáveres presentaban huellas de haber sido heridos de frente y por la espalda, en razón de que quedaron en medio del enfrentamiento entre dos sicarios que entraron al ITESM y los soldados.

Las declaraciones obtenidas refieren que el vigilante de la caseta de acceso al campus se ocultó bajo una mesa desde el momento en que escuchó los primeros disparos.

Por esa razón, supuestamente no se dio cuenta cuando los estudiantes fueron heridos por balas disparadas por militares y sicarios. Tampoco se percató de si los delincuentes que se ocultaron en el ITESM dispararon a los alumnos de manera directa, creyendo que los iban a detener, y luego abandonaron dos armas largas que fueron halladas en el lugar donde quedaron los cadáveres de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo.