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Una estrecha relación de 35 años cultural y fraterna, dice el intérprete de Cantares

Confieren a Joan Manuel Serrat la Orden Mexicana del Águila Azteca
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El presidente Calderón impuso la insignia al catalán en MadridFoto Notimex
Enviada y corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 18 de mayo de 2010, p. a11

Madrid, 17 de mayo. Hace 35 años, cuando Joan Manuel Serrat tuvo que exiliarse en México por condenar al régimen franquista y recorrió diversos estados en un autobús llamado La Gordita, comenzó una larga relación con el país que hoy fue reconocida por el gobierno al conferirle la Orden Mexicana del Águila Azteca en grado de insignia.

El presidente Felipe Calderón entregó esta distinción al músico en una ceremonia privada, de la que Los Pinos informó en un breve comunicado.

Al imponerle la máxima condecoración que entrega México a un extranjero, Calderón, también admirador de Serrat, señaló que éste ha mantenido durante muchos años una relación cercana y personal con México y con ello ha contribuido a profundizar el conocimiento mutuo de las sociedades mexicana y española.

El cantautor comentó que vive estrechamente vinculado con el país y sus tradiciones, con los que ha establecido una conexión cultural y fraterna.

Dicha conexión se inició hace décadas. A principios de los años 70 del siglo pasado el compositor de Paraules d’amor ya era ídolo en América Latina y emprendió una travesía por el continente, que incluyó México.

Una de las etapas más difíciles en la vida de Serrat la vivió en México. En 1975, cuando tres miembros del FRAP y dos de ETA fueron ejecutados por órdenes de un consejo de guerra, en una rueda de prensa condenó al régimen franquista.

También se solidarizó con la postura del entonces presidente, Luis Echeverría Álvarez, quien reconoció sólo al gobierno de la Segunda República Española en el exilio. A partir de ello, el catalán se exilió en México un año, pues había una orden captura contra él; sus trabajos fueron retirados y censurados por el franquismo. En esos días estrenaba su disco Piel de manzana.

Mientras vivió en México no pudo componer canciones y fue cuando hizo una gira con sus músicos por todo el territorio nacional en La Gordita, ofreciendo conciertos a bajos costos. Tampoco pudo viajar a otros países de América Latina, porque algunas dictaduras le negaron la entrada.

Tras la muerte del dictador Francisco Franco regresó a España, y desde entonces México ha sido destino infaltable de sus giras, como cuando celebró sus 40 años.

En una gira que efectuó el año pasado, el trovador y Joaquín Sabina comieron en Los Pinos con el michoacano, quien suele asistir a los conciertos del intérprete de Cantares.

Esa reunión fue la que alimentó la polémica con Sabina en su reciente visita a México, cuando el autor de El hombre del traje gris comentó que lo bueno de venir esta vez sin Serrat, como en su gira anterior, fue que no tendría que comer con presidentes y tildó al mandatario mexicano de ingenuo por librar una batalla contra el narcotráfico que sabía de antemano que no la podía ganar. Una semana después Sabina fue invitado a una tertulia con Calderón y al salir de la casa presidencial diría aquella frase de el ingenuo era yo.