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Cristina Fernández convoca a argentinos a bajar la soberbia y respetar la igualdad

Marcha indígena llega a Buenos Aires en demanda de un diálogo político

Piden la creación de un Estado plurinacional que ampare sus tradiciones y territorios

Intelectuales, ONG, sindicatos y estudiantes reciben a comunidades de todo el país

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Histórica movilización de comunidades indígenas se desarrolló ayer en Buenos Aires, Argentina. Procedentes de todo el país llegaron representantes de pueblos wichi, kolla, toba, mapuche, huarpe, guaraní y ava guaraní, entre otros, para pedir la reparación histórica de sus derechos ancestralesFoto Osain Álvarez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 21 de mayo de 2010, p. 28

Buenos Aires, 20 de mayo. Llegaron a esta capital con sus ponchos multicolores y atuendos típicos, cuyos diseños conservaron a través de más de cinco siglos en que su cultura resistió todos los intentos de desaparecerlos, con miles de banderas whipalas y otros símbolos de las 30 comunidades indígenas que representan en toda Argentina.

En sus colores las banderas identificaban cada comunidad como los wichi, kollas, toba, mapuche, huarpe, guaraní y ava guaraní, entre otros.

Anduvieron muchos de ellos dos mil kilómetros en la Marcha Nacional de los Pueblos Originarios para llegar hoy a Buenos Aires desde los cuatro puntos cardinales.

Esta marcha histórica tenía un antecedente lejano, el llamado Malón de la Paz, en 1946, cuando estaba el primer gobierno del tres veces ex presidente Juan Domingo Perón, ya fallecido.

Ahora aquí los esperaron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Hijos y familiares de desaparecidos, personalidades como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, movimientos sociales, sindicales y estudiantiles, así como importantes intelectuales y artistas, para abrazarlos en este gran encuentro que nunca había sucedido.

Al frente venían los caciques, muchos de ellos ancianos, y también jóvenes y mujeres aguerridas.

Caminando por la verdad hacia un Estado plurinacional, fue la consigna de la marcha, que partió el 12 de mayo pasado de Jujuy, Salta (noroeste), Neuquén (sur) Chaco y Misiones (noreste), y deteniéndose en varias ciudades del interior, donde las esperaban movimientos sociales, políticos y humanitarios, lo cual fue un suceso nunca vivido. En cada lugar hicieron la ceremonia de la Pachamama (Madre Tierra).

Llegaron a mediodía a la estación de autobuses de esta capital y comenzaron su marcha por la importante avenida 9 de Julio, y miles de personas se fueron uniendo, mientras desde automóviles y edificios los aplaudían y saludaban su paso. Todos querían abrazar a sus hermanos recuperados del olvido.

Encabezados por Milagro Sala, de la comunidad kolla y responsable de la organización barrial Tupac Amaru de Jujuy, los representantes los Pueblos Originarios plantaron su bandera en Plaza de Mayo.

Bernabé Montellanos, del pueblo kolla y habitante de Iruya, traía en sus manos el documento que entregaron a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ante quien hablaron en sus propias lenguas.

Centrado en el cumplimiento de las leyes 26.160, de regularización territorial, y la 26.122 de Medios, en las que los indígenas reconocen un gran interés para poder difundir sus voces, se reclamó un diálogo político que permita la reparación histórica de sus derechos ancestrales y la creación de un Estado plurinacional que respete la diversidad, las tradiciones, los territorios y las costumbres de más de 30 pueblos existentes antes de 1810.

Exigen la devolución de sus tierras, la oficialización de las lenguas indígenas en las enseñanzas primaria y secundaria, y una reparación económica para generar políticas de desarrollo con identidad, así como la refundación del Estado argentino.

La presidenta les agradeció emocionada la visita y su reivindicación de sentirse argentinos. Hizo referencia a los que luego llegaron como inmigrantes desde Europa en los barcos, para recordar que venían a buscar un plato de comida en estas tierras.

Lo digo para que muchos bajen la soberbia y tengan la humildad que tenemos que tener y el respeto a la libertad, a la igualdad y la equidad, así como a los derechos y a las culturas e identidades, declaró.

También se comprometió a cumplir con las demandas justas y para que se reparen las injusticias de tantos años. La fiesta continuó luego. Unos cantaron canciones propias con instrumentos típicos, los otros les brindaron poesía y cantos en una hermandad nunca vista. Los manifestantes enarbolaban pancartas con consignas como la tierra robada será recuperada y la tierra no se vende, la tierra se defiende.

Creemos que Argentina tiene una deuda muy grande con nosotros. Nuestra esperanza es que la presidenta le diga a la sociedad que los pueblos originarios somos parte del país, dijo Bernabé Montellanos, dirigente kolla.

Fue una noche de intensa emoción de unos y otros. Abrazos y lágrimas, sorpresas en muchos rostros y especialmente en aquellos que nunca habían llegado a esta capital.

Estamos mostrando que de verdad otro mundo es posible y agradecemos a nuestros hermanos de América Latina que nos ayudaron a abrir el camino que nadie nos volverá a cerrar, dijo Milagro Sala, mientras unos y otros danzaban juntos como nunca antes sucedió.