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Afectan la salud y los ingresos de la población; niños, víctimas de anuncios dañinos

Consumidores están desprotegidos ante publicidad engañosa, advierte EPC
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Periódico La Jornada
Domingo 30 de mayo de 2010, p. 26

Los consumidores están desprotegidos ante la avalancha de anuncios engañosos que ofrecen propiedades extraordinarias en decenas de productos, principalmente en comida para niños, y que afectan desde sus ingresos hasta su salud, pese a que existen tres leyes federales que prohíben el engaño publicitario, denunció la organización El Poder del Consumidor (EPC).

Las secretarías de Gobernación, Salud y Economía –estas últimas mediante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco)– están obligadas a que las empresas acaten las leyes federales de radio y televisión y la de protección al consumidor, así como la general de salud, pero son contados los anuncios que se investigan y sancionan por mentir o exagerar sobre los beneficios de productos y servicios.

El problema no debe soslayarse si las autoridades pretenden abatir la epidemia de obesidad, entre otros, advirtió Alejandro Calvillo, director de EPC.

Entre enero de 2009 y abril de 2010 Profeco investigó y sancionó 15 casos de publicidad engañosa, principalmente en artículos de limpieza, alimentos, cosméticos y productos de belleza catalogados como milagro.

En 13 casos impuso multas que fueron de los 10 mil a los 3.5 millones de pesos, fijadas de acuerdo con la capacidad económica de la empresa infractora, y en dos se ordenó que la corrección de la publicidad, precisó en entrevista Julio Sánchez y Tepoz, director general de procedimientos de Profeco. Con tres multas, Genomma Lab es la empresa más sancionada, aunque se inconformó, seguida de Kellogg, Telmex y Nissan, entre otras.

La cifra resulta ridícula si se compara, por ejemplo, con los 36 anuncios por hora (17 de comida chatarra) que difunde la televisión abierta durante los programas infantiles y en los que se abusa de personajes ficticios y se presentan cereales, pastelitos, jugos o yogures con alto contenido calórico como útiles para el crecimiento de los niños, indicó Calvillo.

Refirió que los anuncios de productos milagro, la mayoría para bajar de peso, genera la tercera parte de los ingresos de la televisión, el medio que concentra 58 por ciento de la inversión publicitaria del país.

Labor preventiva

Al rechazar que 15 casos investigados sean pocos, Sánchez y Tepoz enfatizó que la principal labor de Profeco sobre publicidad engañosa es preventiva porque las empresas consultan a la dependencia antes de emitir nuevos anuncios para evitar infracciones a la ley, así que es un trabajo que no se ve.

El mismo argumento esgrimió Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (Conar), organismo creado en 1997 por empresas anunciantes, agencias de publicidad y medios de comunicación para fungir como conciliador por las inconformidades que surjan entre sus miembros por sus propios anuncios.

De cada cien casos de publicidad que examinó Conar en el último año, 44 fueran modificados y seis retirados, mientras que en 33 consideró que no transgredió ninguno de los siete principios del código de ética que lo rige.

Rodríguez Márquez precisó a este diario que la totalidad de las inconformidades por publicidad presentadas por los socios de Conar fue por transgredir el principio de veracidad. Paralelamente 89 por ciento de los casos fueron acusados de faltar a la honestidad, otro porcentaje similar a la competencia justa y 17 por ciento a la legalidad. En cambio no hubo ninguna inconformidad por violar los principios de protección a la infancia, salud y bienestar, dignidad y decencia.

Julio Sánchez y Raúl Rodríguez admitieron que las investigaciones sobre publicidad engañosa realizadas por Profeco y Conar provienen en su mayoría por denuncias de empresas competidoras.

Operan en beneficio de las empresas en lugar del interés público y los derechos de los consumidores. En Conar las empresas son juez y parte, mientras que el consumidor no está representado, y en Profeco sólo se ha movido en un sólo lado, consideró Alejandro Calvillo y desmintió que Conar haya invitado a organizaciones de consumidores como EPC a dar su opinión sobre publicidad engañosa, como aseguró Raúl Rodríguez.