DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   31 DE MAYO DE 2010
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

Principales características biológicas de las tortugas marinas
Martha Harfush

La contaminación de los mares y las tortugas marinas: una interacción silenciosa, pero con efectos visibles
Annelisse Bárcenas Ibarra

No es una, no son diez… es la arribada
Ernesto Albavera Padilla

Baja California conquistando el movimiento ambiental
Giuliana Schroeder

Evolución y conservación de las tortugas marinas: el papel de la genética molecular

Dinámica poblacional de tortuga blanca en el estado de Campeche
Vanessa del Carmen Matos Méndez

Tortugas marinas en Bahía de Banderas

El autoinjerto en crías de tortuga marina como una herramienta de conservación
Suelmy Aracely González Chic


Correo electrónico:

[email protected]

  

La contaminación de los mares y las tortugas marinas: una interacción silenciosa, pero con efectos visibles


Embrión de tortuga golfita, albino, sin ojos, con la mandíbula superior malformada y sin nariz

Annelisse Bárcenas Ibarra
Correo electrónico: [email protected]

Las tortugas marinas enfrentan diversos impactos por la actividad humana, la caza ilegal y el desenterramiento de huevos para alimentación en centros turísticos y grandes urbes; el morir ahogadas en las redes agalleras usadas en las pesquerías de escama o en las de arrastre para la pesca de camarón; pérdida de áreas de anidación debido al desarrollo costero, y contaminación química de los mares, donde pasan la mayor parte de su vida. De estas amenazas, los efectos de la contaminación ambiental en la salud de tortugas marinas es la menos estudiada.

En las últimas décadas, el desarrollo tecnológico ha estado impulsado por el uso y generación de sustancias químicas en las diferentes actividades industriales. Algunas de estas sustancias son liberadas al medio ambiente como producto de procesos y otras son empleadas en las diferentes actividades agrícolas y destinadas a la protección de cultivos. La mayoría de estas sustancias son de carácter tóxico y pueden generar un impacto negativo sobre los ecosistemas, siendo los mares y las costas los más afectados, ya que todos los contaminantes no tratados llegan a los mantos acuíferos y eventualmente al mar. Los mares no sólo reciben la descarga de aguas residuales, también existe la contaminación por desechos radioactivos y la gran cantidad de basura que es arrojada en ellos.

Las tortugas marinas enfrentan la contaminación por dos vías:
La escorrentía producida por la lluvia transporta hacia las playas de anidación plaguicidas provenientes de las zonas de cultivos adyacentes o lejanas. Los huevos absorben la humedad del ambiente que les rodea, por lo que pueden absorber las sustancias tóxicas disueltas presentes en las playas de anidación. Tales sustancias pueden afectar el proceso de eclosión de los nidos e influir en el desarrollo y supervivencia de las crías, ya que las primeras etapas del desarrollo embrionario son las más vulnerables a la exposición tóxica.


Una cría con la aleta anterior derecha más pequeña que la izquierda

Las descargas de contaminantes industriales y derrames petroleros en el mar afectan gravemente las áreas de alimentación y reposo de las tortugas marinas. En este caso, los contaminantes no son acumulados directamente por las tortugas sino a través de las presas de las cuales se alimentan. Se sabe que la dieta principal de la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) son las medusas. Estos organismos tienden a acumular contaminantes organoclorados (plaguicidas) o metales pesados (p. ej., cadmio, mercurio o plomo). Una vez que las medusas son consumidas por las tortugas marinas, dichos contaminantes son incorporados y acumulados en tejidos como el páncreas o el hígado. Además, la larga vida de las tortugas marinas, que puede sobrepasar los 80 años, contribuye significativamente a la acumulación de gran variedad y cantidad de contaminantes. En cualquier caso, estos contaminantes son transferidos a las crías a través de los huevos, con graves implicaciones para su desarrollo embrionario y salud una vez fuera del cascarón.

En todo el mundo existen muy pocos estudios que tratan el tema de los contaminantes y sus efectos en tortugas marinas. Quizás los más peligrosos son aquellos que los seres vivos acumulan en sus tejidos a lo largo de la cadena alimenticia y que pueden producir graves daños a largo plazo. Algunos contaminantes encontrados en tortugas marinas en niveles significativos, como para producir graves daños en estos organismos son: selenio, níquel, plomo, mercurio y compuestos organoclorados (PBCs y DDT). Entre los efectos que pueden tener estos contaminantes se encuentran:

  1. Adultos: daños al sistema endocrino, resultando en efectos en el crecimiento, desarrollo y reproducción; al sistema inmunológico, propiciando la aparición de otras enfermedades, como el cáncer (fibropapilomatosis).

  2. Embriones y crías: alteración de la proporción de sexos, malformaciones, incremento en la mortalidad temprana y bajo éxito de eclosión.


Dos crías de tortuga de carey, sin aleta posterior derecha

En México se ha registrado la presencia de malformaciones en embriones y crías de dos especies de tortugas marinas. En el Pacífico mexicano, para la tortuga golfina (Lepidochelys olivácea) se observaron 21 tipos de malformaciones en playas de Nuevo Vallarta en Nayarit. En esta zona, cerca del 57 por ciento de las actividades económicas son las agropecuarias y de pesca. Existen 9 mil 277 hectáreas destinadas para actividades agrícolas en las que se utilizan plaguicidas con efectos teratogénicos, mismos que pueden ser incorporados al mar a través de la conexión entre las zonas agropecuarias y el río Ameca. También existe una fuerte actividad turística de paseos en lancha, que es una fuente importante de contaminación por hidrocarburos.

En Caribe mexicano, en la playa de Celestún, Yucatán, se observaron cerca de 28 tipos de malformaciones en la tortuga carey (Eretmochelys imbricata). Aquí existen registros sobre la presencia de DDT en huevos de tortuga carey; las concentraciones que se encontraron fueron bajas, y aunque las consecuencias no son inmediatas, existen implicaciones a mediano y largo plazos. En nuestro país, el uso de DDT sólo está autorizado en regiones con presencia de paludismo, como la península de Yucatán que presenta condiciones propicias para la transmisión de esta enfermedad. Así, no es sorprendente encontrar DDT en las aguas y playas de la península. En el puerto de Celestún también se realiza una fuerte actividad turística, que representa una fuente potencial de contaminación.

No existen estudios que relacionen directamente la aparición de dichas malformaciones con la presencia de contaminantes en las zonas de anidación o en áreas de alimentación.


Embrión sin aletas posteriores y con la aleta anterior izquierda más pequeña que la derecha

Es necesario realizar estudios a largo plazo en todas las costas mexicanas sobre la frecuencia, prevalencia e intensidad de malformaciones y su posible relación con algunos factores como temperatura, humedad, salinidad, contaminación o manejo de los nidos en los campamentos tortugueros. También debemos comparar la ocurrencia y tipos de malformaciones entre las distintas especies de tortugas marinas y la prevalencia de contaminantes en sus tejidos. Dado que los contaminantes son transferidos maternalmente a los huevos, estudios futuros deberían comparar las áreas de alimentación de las hembras anidantes para evaluar los niveles de contaminación en dichas zonas.

La contaminación de playas y océanos y la salud de las tortugas dependen de la conciencia sobre el cuidado del ambiente y la existencia de leyes y agencias que puedan aplicar éstas a los contaminadores que atentan contra la salud de las tortugas marinas, sus ecosistemas.

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