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La ola antinmigrante ocurre cuando EU empieza a salir de la recesión: Bancomer Transfer

Caen remesas 8.99% de enero a abril; la peor baja en cinco años

En el cuarto mes llegaron casi la mitad de los recursos captados en marzo

El desplome de envíos ya toca fondo, consideran analistas del BBVA Bancomer; anticipan recuperación en la segunda mitad del año

 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de junio de 2010, p. 28

Con una caída de 8.99 por ciento en los primeros cuatro meses de 2010, las remesas captadas por el país registraron la peor contracción de los últimos cinco años en un periodo similar.

El Banco de México (BdeM) informó que entre enero y abril pasados el monto de los envíos de dólares por los trabajadores mexicanos residentes en el extranjero sumó 6 mil 603.3 millones de dólares, lo que representa 652.36 millones menos que los 7 mil 255.66 del mismo periodo de 2009. Tan sólo en abril se recibieron por este concepto mil 783.95 millones, que contrastan con los mil 949.74 millones enviados en marzo.

La disminución en el monto total de las remesas en el primer tercio del año representó una disminución de 9 por ciento respecto del mismo periodo del año previo; pese a este resultado, hay elementos que sugieren que la caída en las remesas está tocando fondo, opinaron analistas del grupo financiero BBVA Bancomer.

Para sustentar su afirmación explicaron que en Estados Unidos se comienza a observar señales de que la pérdida de empleo para los mexicanos también tocó fondo. Desde el último trimestre de 2009 se han observado ganancias en puestos de trabajo para los migrantes mexicanos, las cuales se presentan principalmente en los sectores en los que se concentran algunos de los trabajadores mexicanos como el turismo y esparcimiento, comercio, servicios de educación y salud. En el caso de los trabajadores latinos, grupo en el que los migrantes mexicanos representan 30 por ciento, también se observa una tendencia creciente en el número de empleos desde el último trimestre de 2009 a la fecha. Por ejemplo, entre diciembre de 2009 y abril de 2010 el número de puestos de trabajo para los latinos aumentó en cerca de 350 mil.

Por tal motivo los especialistas del BBVA Bancomer pronosticaron que para la segunda mitad de este año se espera que las remesas comiencen a dar mayores muestras de recuperación e incluso se observe un crecimiento de alrededor de 3 por ciento.

Pero con todo y la disminución que presentan los ingresos por envíos de dinero de los migrantes en el primer cuatrimestre del año, las remesas se ubican como la segunda fuente legal de captación de divisas del país. Con base en registros oficiales, representa 60 por ciento de los 10 mil 995 millones de dólares obtenidos por exportaciones petroleras durante el periodo.

El reporte mensual sobre ingresos de remesas dado a conocer ayer por el Banco de México indica que en abril se recibieron mil 783.95 millones de dólares, particularmente por medio de transferencias electrónicas entre instituciones financieras de Estados Unidos y sus corresponsales en México.

Durante los primeros cuatro meses del año se realizaron cerca de 5.5 millones de envíos por un monto en promedio de 324.55 dólares. Esta cifra representa un ligero aumento de apenas 38 centavos de dólar respecto del monto registrado el mes anterior, pero 7.52 dólares mayor al de febrero pasado. Pero más en detalle la información del banco central puntualiza que el monto promedio enviado mediante el sistema denominado money orders ascendió a 493.70 dólares; por medio de transferencias electrónicas fue por 322.27, mientras que a través de dinero en efectivo o en especie se ubicó en 343.52 dólares por remesa.

Afirma ejecutivo que migrantes hacen aporte productivo

Roberto González Amador

La expansión de la ola antinmigrante en Estados Unidos, donde viven al menos 12 millones de mexicanos, ocurre en un momento en que la economía de aquel país empieza a salir de la mayor recesión en siete décadas. La realidad económica se impondrá al debate político, explica Moisés Jaimes, quien dirige Bancomer Transfer Services (BTS), empresa que moviliza cuatro de cada 10 dólares de remesas hacia México. Explica: en cuanto la actividad productiva se consolide, se hará patente la necesidad de emplear la mano de obra de los migrantes

Las remesas son la segunda fuente de divisas para México, sólo después de la exportación de petróleo crudo. Además de esa contribución a su país, los migrantes realizan una aportación en términos de productividad a la economía estadunidense.

Moisés Jaimes piensa que la realidad económica imprimirá un matiz al debate político en torno a la migración en Estados Unidos, tema que regresó a la discusión después de que en abril pasado el gobierno de Arizona promulgó una ley que permite a la policía detener a personas por su aspecto físico para indagar sobre su situación migratoria.

Definitivamente la realidad económica se impondrá, dice Moisés Jaimes en entrevista con La Jornada. Recordemos que la mano de obra de los migrantes, de costo razonable y buena calidad, es un mecanismo antinflacionario que definitivamente ayuda a producir bienes y servicios a un costo menor y a un costo controlado. Eso está perfectamente identificado en la economía de Estados Unidos, comentó Jaimes, quien dirige la empresa desde Houston, en una visita a la capital mexicana.

El director de Bancomer Transfer Services tiene información fresca sobre lo que está pasando con el envío de dinero desde Estados Unidos. La noticia es que en mayo se llegó a un punto de inflexión en la caída de remesas, aseguró, con base en las cifras de la empresa que dirige y que moviliza 40 por ciento de los recursos que envían los migrantes a sus familias en México.

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Moisés Jaimes, director de Bancomer Transfer Services, en las instalaciones del corporativo en la ciudad de MéxicoFoto Jesús Villaseca

La contraparte de BTS en México es BBVA Bancomer, entidad que paga entre 55 y 58 por ciento del total de las remesas que reciben las familias de migrantes en México.

En mayo de 2010, las remesas enviadas desde BTS a México fueron de 660 millones de dólares, 9.7 por ciento más que en el mismo mes de 2009. El dato de mayo nos hace suponer que estamos llegando al fondo en los decrementos observados en el pago de remesas, considera. Por primera vez tenemos un mes positivo, después de 13 meses seguidos de variaciones negativas.

Contracción en el sector que emplea a migrantes

–Las cifras de remesas muestran un aspecto de lo que pasó con los trabajadores mexicanos en estos meses de recesión. ¿Qué fue lo que observó desde BTS en el mercado laboral, en particular con los trabajadores mexicanos?

–Con la recesión económica hay varios sectores que se contraen. El de la construcción tuvo una caída importante y es uno que da empleo a los migrantes mexicanos, pero no es el único. También se afectó el sector servicios, los restaurantes, en los que la actividad también se contrajo. En general todo lo que tiene que ver con el gasto de consumo tuvo afectación. Esto redujo el empleo y también hizo disminuir el monto de recursos enviados a los familiares en México. Las remesas cayeron, en general, a una tasa de 15 por ciento, aunque hubo otras actividades en que el ajuste fue mucho mayor. Así que, en comparación, sí hubo un impacto negativo en las remesas, pero dentro de todo se han mantenido bastante bien y a partir de mayo vemos que hay un punto de inflexión.

El directivo bancario explica que, desde el punto más alto en 2008, hasta su nivel más bajo hacia mediados de 2009, el flujo de remesas –que anualmente llegó a ser de 24 mil 500 millones de dólares, antes de la crisis– tuvo una contracción de 15 por ciento, a causa de la recesión en Estados Unidos. Sin embargo, considera que la disminución en los envíos ya tocó fondo y que a partir de mayo comenzará a repuntar, hasta regresar en 2011 a un nivel de recuperación, respecto de los meses previos a la crisis.

–¿Cómo sorteó esta crisis la comunidad de mexicanos en Estados Unidos?

–Con más horas de trabajo. Están dispuestos a trabajar más para tener los mismos ingresos. A lo mejor en épocas de auge tienen un trabajo menos pesado con un mejor sueldo; cuando hay recesión, consiguen dos empleos, recortan gastos, están dispuestos a hacer muchos sacrificios personalmente; comparten vivienda, dejan de venir a México. Ése es el primer elemento de cambio en su conducta. Y eso los lleva a mantenerse, a sostenerse en Estados Unidos: apostar a una mejor época.

–¿Ocurrió el regreso de migrantes a México?

–Hubo zonas en Estados Unidos que sufrieron más que otras. Florida más que Texas, por ejemplo. El movimiento, entonces, fue dentro de Estados Unidos, quizás hacia estados más al norte. Pero no a México, seguramente esos casos fueron los menos.

–¿Qué efecto han tenido las políticas antinmigrantes en el mercado laboral y en las remesas?

–Ha habido un incremento en la manifestación pública antinmigrante. Ése es un hecho y lo vemos hoy en día. Sin embargo, nuestra gente es muy adaptable a esas condiciones adversas y también hay una realidad: sí se necesita que alguien haga los trabajos que hace nuestra gente; eso es cierto, es la otra realidad que compensa ese sentimiento antinmigrante.

Añade: “Entonces, la necesidad de mano de obra sigue estando latente: esos empleos los tienen los latinos por razones importantes: son más flexibles en sus horarios y el costo a que realizan ciertos trabajos también marca diferencia. No es lo mismo contratar a un estadunidense cuyo costo por hora va a ser mayor que el de emplear un migrante. Son variables muy importantes, críticas, que sí compensan ese sentimiento antinmigrante. La necesidad de emplear mano de obra buena a un costo razonable, eso, en una economía como la de Estados Unidos es hoy en día latente. En cuanto la economía allá empiece a crecer, definitivamente va a haber mayor necesidad de esa mano de obra.

–¿Cree que la realidad económica se impondrá al debate político?

–Definitivamente. Este tipo de mano de obra de costo razonable y buena calidad, como la de los migrantes, es un mecanismo antinflacionario; definitivamente ayuda a producir bienes y servicios a un costo menor y a un costo controlado, y eso está perfectamente identificado en la economía de Estados Unidos.

–¿Cuál es su expectativa del mercado de remesas?

–En los cinco primeros meses de este año, el monto enviado es menor en 7 por ciento al mismo periodo de 2009. Creo que va a cerrar el año con una caída de 3 o 4 por ciento, respecto de todo 2009. Vimos que en mayo ya hubo crecimiento, comparado con similar mes de 2009. Entonces, si termina 2010 con una caída de sólo 3 o 4 por ciento anual, va a ser muy bueno. Y en 2011 veríamos una recuperación.

–Si crece el envío de remesas, ¿será porque más gente emigre o porque los que están allá manden más dinero?

–Una combinación de los dos, pero principalmente porque los que están allá vuelven a tener una oportunidad de empleo mejor remunerado y obviamente de mayor calidad, y eso les permite enviar más dinero.