Opinión
Ver día anteriorLunes 7 de junio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Sigue el deterioro de las áreas naturales
E

l turismo de la naturaleza, también llamado ecológico, es el más relegado en los planes gubernamentales y de la iniciativa privada. Pese a que México es uno de los países con mayor variedad de ecosistemas, megapotencia en diversidad biológica, y que posee más de 100 áreas naturales protegidas y un paisaje envidiable, la inmensa mayoría de los vacacionistas se concentran en las áreas costeras, en las zonas arqueológicas y en entidades emblemáticas por su patrimonio arquitectónico y cultural. Es el caso de Zacatecas, Oaxaca, Guanajuato, Distrito Federal, Yucatán y Veracruz. No solamente se dedica muy poco a impulsar el turismo del futuro, el que más crece a nivel mundial, sino que muchas áreas naturales sufren deterioro, carecen de recursos humanos y monetarios para funcionar como tales y enfrentan problemas diversos.

Abundan los ejemplos del mal estado de las zonas idóneas para atraer a los que gustan de disfrutar la naturaleza. Uno, cercano a donde despachan las autoridades responsables del turismo y el medio ambiente, son las lagunas de Zempoala. Aunque en diversas ocasiones se ha sellado la zona para evitar la acción de los talamontes y se desmantela uno que otro aserradero clandestino, el poder de los enemigos del bosque se deja sentir allí y en áreas vecinas.

A lo anterior se agrega que buena parte de la población local vive de talar y procesar en pequeña escala madera que después vende en la ciudad de México, Xalatlaco o Santiago Tianguistenco. Se ven obligados a recurrir a prácticas ilegales por carecer de suficientes fuentes de empleo. Del buen estado del bosque en Zempoala y áreas vecinas depende el abastecimiento de agua para ciudades como Cuernavaca. No olvidemos, además, que en Zempoala fue asesinado hace tres años, Aldo Zamora, defensor del bosque. El licenciado Calderón prometió no descansar hasta detener a los culpables del crimen. Siguen libres.

Otro sitio muy publicitado para visitar es el cañón del Sumidero, formado por la corriente del río Grijalva, en Chiapas. Los mensajes oficiales lo muestran como un lugar único. Y lo es. Pero desde hace años su corriente está llena de basura, de restos de árboles talados en las partes altas y de las aguas negras provenientes de Tuxtla Gutiérrez, Berriozábal, Chiapa de Corzo y otras 10 poblaciones. Periódicamente se realizan campañas para extraer del cañón tanta basura, pero el problema no se resuelve en su origen. Así, el Sumidero es una buena muestra de que se incumple la promesa oficial de conservar las cuencas hidrográficas. En este caso, impedir la deforestación de las partes altas a fin de contener la erosión, evitar el azolve de la cuenca y proteger en tiempo de lluvia las poblaciones ubicadas en las márgenes del Grijalva.

Un ejemplo más: cuando las autoridades anuncian cortes en el servicio de agua para el valle de México, mencionan la necesidad de contener la deforestación en las áreas que rodean la presa Villa Victoria, en el estado de México, que abastece de líquido al sistema Cutzamala. La deforestación se debe a la expansión de la frontera agrícola a costa de las áreas arboladas. Por falta de capa forestal es menor la captación de agua para la presa. La lluvia lleva al embalse la tierra que queda al descubierto por la falta de árboles, restándole capacidad.

Por los riesgos que implica, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales negó hace meses el permiso solicitado por Petróleos Mexicanos (Pemex)para reanudar la exploración de gas natural en la reserva de la biósfera Pantanos de Centla, en Tabasco. Éstos son los humedales más importantes de Mesoamérica. Poseen una flora y fauna acuática y subacuática incalculables, además de ser sitios de anidación de aves migratorias de Estados Unidos y Canadá. Tanto pantanos como la Laguna de Términos, en Campeche, se han visto afectadas por la actividad petrolera. Sospecho que en Centla Pemex impondrá sus intereses a los de la naturaleza.

Comenzó la temporada de huracanes. Se pronostican varios de gran intensidad que, de afectar al Golfo de México, mostrarán en toda su magnitud la tragedia ambiental que ocasiona el derrame del pozo Macondo desde el pasado 22 de abril. Malas noticias por doquier.