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Ed Cherney, ingeniero de sonido, ha grabado con los Rolling Stones y los Beatles, entre otros

Con el iPod y el mp3 la música sufre; no hay esa experiencia física que inunda
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de junio de 2010, p. 9

Lo suyo, lo suyo, es ser ingeniero de sonido: ha trabajado con grandes, como los Rolling Stones, Bob Dylan, Eric Clapton, Buddy Guy y Bonnie Raitt; ha ganado premios Grammy, pero, al inicio de la entrevista, al ver la portada de La Jornada, sobre las protestas contra la ley Arizona, sin pregunta de por medio, el estadunidense Ed Cherney se extiende sobre el tema y dice estar horrorizado con la medida.

Cherney, quien radica en Los Ángeles y estuvo de visita en México para participar en la 8 Expo Sound:check, habló sobre cómo los mp3 y los iPods deterioran la calidad de lo que se escucha; del lado positivo y negativo de que cualquiera con una computadora pueda grabar un disco; que escuchar un álbum dejó de ser una experiencia colectiva y que hoy la mayor parte de la música le parece desechable.

Pero antes, señalando la portada del diario, dijo: “Estoy horrorizado. Hay en el poder enloquecidos extremistas que asustan a la gente; hacen que vote movida por el miedo. Siempre lo han hecho. Los nazis lo hicieron. Dijeron: ‘si no haces algo, los que son diferentes a ti vendrán por ti’. Y la gente se asusta”. Sin embargo, confía en que Barack Obama hará lo correcto y que la ley caerá por su propio peso. Es inconstitucional, y no creo que dure mucho. Tengo confianza en el pueblo estadunidense, que dirá: ya basta. Apuesta a que el voto latino manifestará su descontento. Debe encontrarse un modo humano de enfrentar el tema; en parte es apoyar la economía mexicana. La gente no querrá irse si tiene modo de sostener a sus familias.

Antes se aprendía desde abajo

Luego viró a los asuntos relacionados con su oficio. La profesión de ingeniero de sonido ha cambiado en el tiempo que lleva en ella, contó. Antes, se aprendía a ser ingeniero en un estudio, desde abajo, incluso a partir de lavar los baños, hasta llegar a estar detrás de un gran ingeniero, que te enseñaba cómo debería sonar, cómo grabar una banda de rock o una orquesta.

Ahora ese camino ya no existe: Donde había mil estudios, quedan 100, debido a la caída de la industria y los cambios tecnológicos. En cambio, ahora hay escuelas, pero, aseguró Cherney, nunca será lo mismo aprender en un aula que en la práctica, al lado de un gran ingeniero.

La ventaja es que cualquiera puede grabar un disco: Si tienes una computadora, tienes un estudio relativamente barato, por 500 dólares, y puedes hacer muchas cosas para las que antes necesitabas un gran estudio. La gente hace discos en sus recámaras y garajes, en cualquier lugar.

Sin embargo, sabes manipular el software, pero no el audio. Estás solo. Puedes hacer música, te puedes expresar, grabar, balancear, mezclar y quizá hacer una carrera, pero el resultado es que mucha gente se queja de que la música comercial suena terrible. En la mayoría de los casos, estoy de acuerdo.

Sumado a esto, con los mp3 y iPods, la calidad sufre... Escuchas a través de audífonos de ocho dólares, que no te transmiten la historia. Escuchas audio comprimido, a cambio de portabilidad y acceso a toda la música que se haya grabado.

–¿Escucha música en formato mp3 o en un iPod?

–No muy seguido; no lo soporto, me enloquece. Cuando estoy haciendo una mezcla, hago mi mejor esfuerzo por hacer una alta resolución, álbumes de alta fidelidad, pero van a ser escuchados a través de pequeñas bocinas de computadora. Me envío por correo electrónico la mezcla, sólo para escuchar lo que la mayoría de la gente va a oír, y no es muy satisfactorio. Escucho en el estudio, con maravillosas bocinas, escucho bajos los bajos, agudos los agudos, le subo y puedo sentir la música; es una experiencia física que me inunda. Eso no me pasa cuando me pongo esas cositas en los oídos. Pero viajas a cualquier lugar en el mundo y la gente trae audífonos.

Siguió: “Te aisla del mundo. Tradicionalmente la música era algo que uno escuchaba con los amigos. Estaba en un pedazo de vinilo y tenía en cada lado 15, 17 minutos de gran música; uno se sentaba con los amigos a disfrutar de ella. Era importante. Ya no veo a la gente hacerlo. Cada quien escucha su propio soundtrack”.

Cuando se grababa en vinilo, se contaba una historia en 30 minutos, pero luego llegaron los cds, con capacidad de almacenar 73 minutos de música: Uno estaba bajo presión de los sellos discográficos de usar todo ese tiempo y por el mismo dinero. Como resultado, la mayor parte de la música sufrió. Por tanto, no culpo a la gente que se hartó de pagar 15, 16 dólares por una canción, pudiendo conseguirla por 99 centavos.

La música también sufrió cuando dejó de grabarse con todos los músicos presentes. Tener en una sala a cinco, seis personas juntas haciendo cualquier cosa, es mejor que cada una por su lado.

Aseguró que ya no salen las cuentas como para producir así todos los discos. El nuevo paradigma es: construí mi propio estudio, basado en lo digital. Por 150 mil dólares (en vez de una consola de 500 mil dólares) puedo construir un cuarto donde mezclo y la gente puede grabar y enviármelo. Trabajo durante dos semanas y normalmente la gente está contenta. Y paso al siguiente. Para mí es mejor, aunque desearía que no fuera así.

Actualmente trabaja, entre otros, con Bette Midler, en un dvd de un show en vivo en Las Vegas.

Cherney dice que escucha muchas cosas nuevas para mantenerse al día. Lo hace con optimismo, esperando encontrar algo que lo emocione. Le gusta, por mencionar una, Lady Gaga. Pero cree que nada de eso tendrá larga vida, que la mayor parte de la música es desechable, y que “en parte se debe a la cultura de estar en línea, en un formato digital: cuando cambias de iPod, esa música se fue”. Siempre termina regresando a los Rolling Stones, los Beatles, Tom Petty. “Hasta los chavos que los escuchan dicen: ‘¡Un momento, Led Zepelin, escucha eso! Nadie hace algo así hoy’”.