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La selección de Oceanía se había puesto al frente al minuto siete

Nueva Zelanda sorprende al campeón con un empate

La azzurra tuvo un respiro al convertir una polémica pena máxima

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Cannavaro sufrió para detener a los neozelandesesFoto Ap
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El neozelandés Shane Smeltz (9) anotó ante un casi estático Federico MarchettiFoto Ap
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Vincenzo Iaquinta devolvió el respiro a Italia tras anotar de penal e igualar el encuentroFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de junio de 2010, p. 2

Nelspruit, 20 de junio. Contra todo pronóstico, Nueva Zelanda obtuvo un empate 1-1 con Italia y lo dejó en la cuerda floja, ya que el campeón del mundo está obligada a vencer este jueves a Eslovaquia para avanzar a octavos de final de la Copa del Mundo.

Los neozelandeses, apenas en su segunda participación mundialista en la historia, habían rescatado un punto ante los eslovacos en el debut y hoy repitieron al obtener un resultado que sorprendió.

Un penal convertido por Vincenzo Iaquinta, al minuto 29, puso las tablas en un partido que había arrancado con Nueva Zelanda en ventaja desde los siete, con gol de Shane Smeltz.

Muy cerquita de la selva sudafricana, en el estadio Mbombela, la azzurra se perdió en la jungla de su falta de ideas, frente a un equipo disciplinado y voluntarioso, pero limitado en el aspecto técnico.

Otrora sinónimo de solidez, la defensa italiana hoy no es lo que era.

A los siete minutos un tiro libre desde la izquierda pegó en la cabeza de un neozelandés y el capitán Fabio Cannavaro falló en el rechazo. Por detrás de él apareció el gigante Smeltz, quien estaba en fuera de lugar cuando cabeceó su compañero y tocó con el pie derecho para el gol ante el inmóvil portero Federico Marchetti.

El 1-0 sacudió a Italia y lentamente fue asediando cada vez más por la selección de Oceanía, empujada por el buen trabajo de Daniele de Rossi en el medio.

Sin embargo, no hubo puntería. Giorgio Chiellini definió muy alto debajo del arco, Gianluca Zambrotta disparó apenas desviado y Riccardo Montolivo sacudió el poste derecho.

El empate estaba cerca y llegó justo antes de la media hora, gracias a Iaquinta, quien anotó un penal con la tranquilidad que lo caracteriza: derechazo al palo izquierdo; el arquero Paston fue hacia el otro.

La pena máxima dictada por el árbitro Carlos Batres fue un leve agarrón del defensor Tommy Smith a la playera de De Rossi, cuando éste buscaba el balón tras un córner. Fue una de esas faltas que habitualmente no se ven, o si se ven no se cobran, pero el guatemalteco la pitó para que Iaquinta aliviara a toda Italia.

Para entonces la pelota era propiedad casi exclusiva del conjunto de Marcello Lippi, que se fue al vestuario dejando la impresión de que en el complemento impondría sus condiciones.

El entrenador movió la banca. Dejó fuera a un desconocido Alberto Gilardino por Antonio Di Natale, y también sacó a un volante defensivo, Pepe, para dar lugar al más ofensivo Mauro Camoranessi.

Los azzurri fueron dueños del trámite, pero carecieron de claridad para doblar el brazo a los nezoelandeses. Sin Andrea Pirlo, el monarca tiene poco parecido con el cuadro de 2006.

Una media vuelta de Di Natale fue rechazada por Paston al empezar el complemento y luego siguieron lloviendo centros sobre el área de una Nueva Zelanda parada cada vez más atrás, pero que a siete minutos del final, en su tercer tiro al arco en todo el partido, casi se queda con los tres puntos tras un disparo de Chris Wood.

Montolivo volvió a exigir al portero neozelandés, la figura del partido, y lo mismo hizo sobre el final Camoranesi.

Pero el empate estaba puesto y una vez más Italia equipara la primera ronda de un Mundial a una sala de torturas.