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Carlos Phillips Olmedo presentó ayer el libro de imágenes del archivo personal de la pintora

Frida: sus fotos permitirá interpretar a la artista en el México que ella conoció

Aún dará sorpresas el acervo hallado en La Casa Azul, dijo el promotor cultural

El siguiente proyecto vinculado con la colección será una exposición de la ropa de la creadora, adelantó

Foto
Nieves Orozco, modelo de Diego Rivera, en el estudio de San Ángel, en la ciudad de MéxicoFoto tomada del volumen
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de junio de 2010, p. a10

La publicación del libro Frida: sus fotos, cuyo lanzamiento tuvo lugar ayer en México, representa la puerta de entrada para descubrir nuevos aspectos sobre la vida y la obra de esa pintora mexicana.

De ello no tiene duda el fotógrafo e investigador Pablo Ortiz Monasterio, quien se encargó de la selección fotográfica y la coordinación editorial de tal volumen, el cual –como adelantó La Jornada este sábado– se encuentra ya disponible en diferentes puntos del orbe, traducido a cinco idiomas: español, francés, inglés, alemán y portugués.

Definitivamente es un libro que permitirá descubrir a Frida. Desde mi punto de vista, lo más importante es entender la influencia que tuvo su familia materna para lo que ella fue, también los autorretratos de su papá (el fotógrafo Guillermo Kahlo) para los que ella pintó y el modelo que tomó de su mamá para su manera de vestir. Todo eso permite entender no sólo a Frida, sino a su obra.

Editado por el Museo Frida Kahlo y Ediciones RM, en este material se reúnen poco más de 400 imágenes seleccionadas del archivo personal de la artista y su esposo, Diego Rivera, integrado por un total de 6 mil 500 fotografías, el cual permaneció oculto durante medio siglo, tapiado en un baño de La Casa Azul.

Esta cuantiosa y rica colección fotográfica fue descubierta en 2007 al lado de otros objetos personales del matrimonio de artistas, como dibujos, cartas, vestidos y medicinas, que en conjunto suman más de 30 mil piezas.

Aún es mucha la información que tiene por arrojar este importante acervo personal, así como las sorpresas que seguramente deparará, según el presidente del Comité Técnico del Fideicomiso de los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo, Carlos Phillips Olmedo.

Durante la presentación de Frida: sus fotos, efectuada ayer en la Casa Azul, el promotor cultural informó que tanto el archivo fotográfico como el resto de los documentos que integran el acervo descubierto se encuentra ya catalogado, digitalizado y protegido en condiciones físicas especiales.

Subrayó que el comité técnico del citado fideicomiso aún delibera si permitirá el acceso a ese material y, en caso de hacerlo, deberá determinar el procedimiento.

No se puede permitir que la gente vea documentos originales, porque se corre el riesgo de que éstos no duren, aparte de que siempre hay alguien que se quiere llevar algo y así podrían perderse algunas cosas.

Respecto de la versión digitalizada de ese acervo, indicó que debe establecerse un reglamento de funcionamiento. Es decir, se tienen que poner reglas para determinar quién podrá tener acceso, quién podrá hacer copias, si los documentos podrán reproducirse, porque aquí se ven afectados derecho de autor no sólo de Diego y Frida, sino de otros fotógrafos, pintores y escritores.

Por lo pronto, Phillips Olmedo adelantó que el siguiente proyecto relacionado con el multicitado acervo será el montaje de una exposición de la ropa de Frida en la Casa Azul, durante el primer trimestre de 2011. Con posterioridad se armará otra con los más de 400 exvotos que forman parte de esa colección, además de un proyecto relacionado con material y objetos de Diego Rivera o que tienen que ver con él.

Sobre el libro Frida: sus fotos, el hijo de Dolores Olmedo –amiga y modelo de Diego– resaltó que se trata de un paso muy importante para comenzar a develar el numeroso e importante acervo de aquella pareja de artistas.

El archivo es tan amplio que hay que irlo sacando y permitiendo que se vea poco a poco, porque, ¿dónde podemos exhibir los 30 y tantos mil documentos, fotografías y la interpretación que se pueda dar de ellos.

Recordó, en ese sentido, que hace un par de años se organizó una exposición de cartas de Frida con un doctor de San Francisco, y así iremos buscando poco a poco, pero que sean proyectos viables, porque los museos al final de cuentas no viven solo de la admiración y la pasión de la gente: tienen un costo económico y hay que ir explotando esto para que sea viable y perdure.

Ya en términos específicos, Phillips Olmedo destacó que la principal aportación del citado libro es que vemos una Frida más íntima en imagen; ya la hemos visto en sus pinturas, ahora vemos imágenes que, muchas de ellas, fueron utilizadas para sus obras.

Más que ayudar a redefinir la imagen de la pintora, el promotor cultural consideró que el volumen ayuda a profundizar en Frida y espero que a interpretarla en el México que ella conoció.