Economía
Ver día anteriorViernes 2 de julio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Especialistas compararon desplomes de México en 95 y EU en 2008

Nueva regulación y supervisión rigurosa, clara necesidad tras la crisis financiera
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de julio de 2010, p. 23

La reciente crisis del sistema financiero dejó en claro la necesidad de un nuevo marco regulatorio y una supervisión rigurosa que asegure su cumplimiento, concluyó un grupo plural de expertos, que comparó los colapsos financieros de México en 1995, y de Estados Unidos en 2008.

Los especialistas consideraron necesario, después de analizar varias crisis financieras, que los reguladores de los sistemas financieros estén protegidos de presiones políticas.

En el análisis de la crisis de México en 1995, cuando el sistema bancario fue rescatado del colapso con recursos públicos, encontraron que el gobierno del ex presidente Ernesto Zedillo dispensó un trato generoso a los directivos y accionistas de los bancos rescatados.

Respecto de la crisis bancaria en Estados Unidos en 2008 cuestionaron que el gobierno estadunidense haya permitido que se mantuvieran los equipos directivos responsables del colapso de las instituciones.

Expertos convocados por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) prepararon el Análisis comparado sobre las crisis y los rescates financieros. México 1995, Estados Unidos 2008. El documento es resultado de la discusión y revisión de especialistas como el ex secretario de Hacienda, Jesús Silva Herzog Flores, y John Williamson, quien acuñó en la década de los 80 del siglo pasado el término Consenso de Washington para referir las medidas de ajuste, privatización y liberalización económica y financiera impuestas por organismos internacionales a la mayoría de países de América Latina.

Ambas crisis bancarias, la de México y la de Estados Unidos, tienen en común que se gestaron en un periodo largo de tiempo y estallaron como consecuencia de alteraciones macroeconómicas: la devaluación del peso mexicano y el colapso del mercado inmobiliario estadunidense, apunta el documento. En los dos casos, una de las causas de la crisis fue el exceso de liquidez en los mercados que generó expansión excesiva del crédito y un relajamiento en el análisis de los riesgos y en el cobro de los préstamos, indica.

A medida de recomendación de política, el documento considera que deben incrementarse los requerimientos de capital básico, especialmente a los bancos más grandes y con mayor riesgo de enfrentar problemas. Y que el capital sea proporcional al riesgo subyacente en el activo, pero determinado con base en una supervisión directa y no sólo a partir de modelos matemáticos.

La experiencia de ambos países muestra que ante una crisis bancaria debe plantearse a priori que se trata de una crisis de naturaleza duradera y no sólo coyuntural, lo que puede aumentar su costo. En muchas ocasiones las autoridades justifican la falta de respuesta, porque no se tiene información que permita valorar la magnitud del problema. La experiencia indica que hay una elevada probabilidad de que todo el sistema se vea afectado y el retraso en la toma de decisiones puede agravar el problema y encarecer el rescate, abunda el estudio, coordinado por el historiador económico Enrique Cárdenas, director ejecutivo del CEEY.

Fausto Hernández, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y uno de los especialistas que participó en la discusión, planteó que un elemento común a ambas crisis es la existencia de fallas en la regulación. Una lección que ha quedado de la crisis es la necesidad de una regulación adecuada, país por país, dijo.