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Publica Lupina Lara su más reciente libro

Magritte y Castañeda dialogan sobre sus visiones del surrealismo
 
Periódico La Jornada
Domingo 11 de julio de 2010, p. 9

René Magritte (1898-1967) y Alfredo Castañeda (1938) no fueron amigos en vida del pintor belga. Pero hoy, la escritora Lupina Lara Elizondo los ha presentado y los ha puesto a dialogar en ese espacio proverbial para el encuentro entre vivos y muertos, un libro.

René Magritte y Alfredo Castañeda: visiones del surrealismo, es el título del espléndido volumen publicado por la compañía de seguros Quálitas. Es el quinto de la serie Maestros Mexicanos Frente a Maestros Europeos iniciada hace 10 años.

La autora aclara que no pretende comparar, sino resaltar sorprendentes coincidencias entre ambos pintores, empezando por que ninguno fue considerado surrealista en sus inicios: Dentro de la corriente surrealista, Magritte pertenecía a la parte no ortodoxa, por ser de origen belga y porque se suponía que el surrealismo no podía representar a la naturaleza ni ser realista; sin embargo, lo que hace Magritte con ese realismo es crear una incongruencia de elementos que rompen leyes físicas; al romperlas recompone la regla que él mismo violó.

En cuanto a Castañeda, tampoco pretendió ser surrealista e, igual que Magritte, gozó de un virtuosismo pictórico único; ambos encuentran desde el principio de su trayectoria lo que quieren hacer de su pintura; en el surrealismo de ambos hay un pensamiento poético.

La principal diferencia –desde la perspectiva de Lupina Lara– es que mientras Magritte imprime un tono más lúdico a su obra, Castañeda hace planteamientos de orden más existencial. Magritte es una persona con profundo interés filosófico, pero no es un filósofo solemne: nos invita a jugar, a no ver el pensamiento y las ideas con seriedad aplastante.

Mientras en la pintura de Castañeda hay una búsqueda a través de pequeñas metáforas con las que nos devuelve un mundo muy personal; incluso, un personaje que aparece constantemente en sus pinturas se parece mucho a él, aunque no es autorretrato, pero es como su voz puesta en la pintura.

Así, las búsquedas intelectuales de cada uno van por diferente camino, aunque al juntarlos, al tener los dos puntos de referencia, toman una dimensión peculiar.

Nacido en la ciudad de México, Castañeda vive actualmente en Madrid. Allá lo fue a ver Lupina Lara para plantearle el proyecto del libro: Me dijo que alguna vez una de sus obras estuvo en una exposición colgada junto a una de Magritte, Castañeda era muy chavo y admiraba a Magritte, pero no abrevó en su trabajo.

En René Magritte y Alfredo Castañeda: visiones del surrealismo hace un texto introductorio y desarrolla, a manera de ensayo, la semblanzas del pintor belga y del mexicano: No es un libro lleno de fechas y de datos, sino una invitación a descubrir el encanto de la obra; está dirigido a su disfrute y al descubrimiento también del personaje y de su obra.

También se incluye un ensayo de Ricardo Pérez Escamilla sobre el surrealismo en México y Europa. Al final se añade una versión en inglés de todos los textos.

Este trabajo –reconoce la autora– es posible por el mecenazgo de Joaquín Brockman Lozano, presidente del consejo de administración de Quálitas, enamorado del arte que tiene interés en que el arte sea algo cotidiano.