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Jake Holmes demanda por la autoría de Dazed and Confused, atribuida a Jimmy Page

Led Zeppelin, enmedio de nuevo escándalo por acusación de plagio

Por lo regular mis riffs son originales, responde el guitarrista de la agrupación inglesa

No se pueden registrar derechos sobre el blues ni sobre el título de una canción, dice Dr John

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Jimmy Page, en los años setenta
The Independent
Periódico La Jornada
Martes 20 de julio de 2010, p. 8

A los autores de canciones les preguntan a menudo qué viene primero, si la letra o la música, pero ahora en muchos casos la respuesta parece ser: escuchar el disco de alguien. La forma más fácil de escribir una rola de éxito es encontrar alguien que la haya escrito antes.

La acusación más reciente se refiere a Dazed and Confused, de Led Zeppelin, atribuida en el álbum de debut del grupo, de 1969, a su guitarrista, Jimmy Page. Sin embargo, un año antes el cantautor Jake Holmes incluyó una canción del mismo nombre en su primer álbum, y es difícil que Page pueda negar que la conocía, pues Holmes fue telonero de su grupo anterior, Los Yardbirds.

No está claro por qué Holmes tardó tanto en demandar, pero tal vez sea porque hay que pagar abogados y siempre existe la posibilidad de perder.

Consultado por la revista Musician, Page negó el plagio y añadió: “Por lo regular mis riffs son originales”. ¿Por lo regular? Ah, claro: en ese mismo álbum, Led Zep grabó Babe, I'm Gonna Leave You, la cual más tarde se descubrió que había sido escrita por la cantante Anne Bredon, mientras You Shook Me fue compuesta por el músico de blues Willie Dixon para Muddy Waters.

Se puede escribir un libro sobre la autenticidad (o la falta de ella) de las grabaciones de Led Zeppelin. Hasta Whole Lotta Love llevó a un arreglo extrajudicial con la hija de Willie Dixon por otra de sus canciones, You Need Love, en tanto Boogie With Stu culminó en un convenio semejante con los editores de Ooh! My Head, de Ritchie Valens. La ironía es que la rola rocanrolera de Valens deriva por completo de Ooh! My Soul, de Little Richard.

El blues, base de su música

Cuando hice notar a Dr John alguna similitud en su repertorio, me contestó: No se pueden registrar derechos sobre el blues ni sobre el título de una canción. Es cierto. Se podría alegar que Led Zeppelin tiene mala suerte: su música se basa en el blues y muchas canciones del género son similares. En cuanto a títulos, uno puede ponerle a una canción Strawberry Fields Forever y nadie puede alegar nada. Led Zep estaba en terreno seguro cuando grabó Stairway to Heaven, aunque era el título de un éxito de Neil Sedaka de 1960. Pero si se toma un título prestado no hay que hacerlo junto con el resto de la canción, como Michael Bolton descubrió con gran pesar de su bolsillo cuando rearregló Love is a Wonderful Thing, de The Isley Brother.

Nunca he conocido un compositor que admita haber copiado algo. Aunque lo pesquen con las manos en la masa, alegará coincidencia. No le queda otra, porque podría invalidar el resto de su obra. En un momento de candidez, o tal vez de descuido, Paul McCartney declaró a Guitar Player en 1990: Dicen que un buen artista toma prestado y un gran artista roba, o algo así. Si es así, los Beatles somos grandes, porque robamos mucho material.

Paul no hablaba de plagio: afirmaba que los Beatles no operaban en el vacío y que asimilaban lo que ocurría a su alrededor para crear música original. Sus yeah, yeah, yeahs habían sido usados por Elvis Presley, y su introducción a I Feel Fine imita Watch Your Step, de Bobby Parker.

Una mañana McCartney despertó con una bella melodía en la cabeza y estaba seguro de haberla tomado de alguna parte. Sus amigos le aseguraron que era original, y la grabó como Yesterday. Yo especularía que Paul había oído Answer Me, My Love, de Nat King Cole. El ritmo y la atmósfera son similares, e incluso Nat canta: You were mine yesterday, I believed that love was here to stay.

En 1969, John Lennon insertó una frase de Chuck Berry en Come Together, casi seguramente como tributo, pero el editor de Berry exigió compensación. Si Lennon hubiera elegido Here Come Old Flattop como título, tal vez hubiera salido indemne. Llegó al acuerdo de grabar algunos temas de Berry en su álbum Rock’n’Roll, así que tampoco fue tan gran problema.

George Harrison tuvo éxito mundial con My Sweet Lord en 1971. Es extraño que su productor, Phil Spector, nunca señalara la similitud con He’s So Fine, del grupo de chicas neoyorquinas The Chiffons. Cuando Allen Klein se distanció de los Beatles, compró los derechos de edición de He’s So Fine y demandó a Harrison en venganza. Ganó un millón de libras esterlinas. Concluido el juicio, el juez comentó: En realidad las dos canciones me gustan. George respondió: ¿Cuáles dos? Usted acaba de decretar que las dos son la misma.

La demanda a Harrison fue por plagio no intencional; en cambio, su línea de bajo para Taxman fue copiada intencionalmente por The Jam en su sencillo Start, que llegó al número uno en el Reino Unido. George nunca demandó, tal vez porque le pareció un cumplido y porque creyó haber recibido un trato injusto por My Sweet Lord.

Tal vez sea más seguro plagiar a los clásicos, pues muchas de sus obras ya no generan derechos de autor. Obsérvese el éxito de A Whiter Shade of Pale (Bach), I Should Be So Lucky (Pachelbel) y You Spin Me Round (Wagner). Myleene Klass, alguna vez integrante de Hear’Say, comenta: Mucha música de rock plagia a los clásicos, pero ellos también tomaban cosas unos de otros. Escribir variaciones sobre un tema ajeno era un cumplido.

Impunidad

Algunos plagios son tan evidentes que uno se pregunta si quienes los cometieron pensaban salir impunes. Los Beach Boys transformaron Sweet Little Sixteen, de Chuck Berry, como Surfin USA. El brasileño Morris Albert grabó Feelings en 1975 y tuvo resonancia internacional, pero la canción no era suya. Diez años después, un tribunal estadunidense resolvió que 80 por ciento de ella se tomó de una composición francesa, Pour Toi, cuyos autores recibieron una indemnización de medio millón de dólares.

La cantante Whigfield basó su éxito Another Day en In the Summertime, de Mungo Jerry. Por casualidad me encontré con el vocalista y compositor de este grupo, Ray Dorset, cuando Another Day estaba por salir y le comenté el parecido. “Lo sé –contesó Ray–, pero no quiero quejarme demasiado pronto porque podrían retirarla. Mejor espero hasta que venda y entonces demandaré”. Tipo listo.

Los Rolling Stones comparten ahora el crédito por Anybody Seen My Baby? con k.d. lang, y en 2000 un tribunal resolvió que habían tomado prestadas impropiamente dos canciones de Robert Johnson, Love in Vain y Stop Breakin’ Down. Keith Richards hizo un comentario insuperable: Hay una sola canción en el mundo, y la escribieron Adán y Eva.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya