Cultura
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Por primera vez llega a México el espectáculo PaGaGnini, del cuarteto cuerdístico

Buscan recuperar lo divertido de los recitales de música clásica

Nuestro lenguaje es gestual para acabar con la falsa seriedad en los conciertos, dicen a La Jornada

Mozart fue gozoso y es incongruente que cuando los atrilistas lo interpretan parezcan aburridos

 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de julio de 2010, p. 3

Recuperar el valor original de los recitales de música de concierto, o música clásica, como una fuente de placer y diversión, es el propósito central de los integrantes de un cuarteto de cuerdas que se ha aliado con una compañía teatral española. El resultado: PaGaGnini, un espectáculo que ha botado de la risa a miles y miles en Europa, donde ha rebasado ya las 700 representaciones, y que llega por vez primera a México.

En entrevista con La Jornada, los integrantes de este singular cuarteto cuerdístico explican sus procedimientos que los emparentan, debido a su calidad musical y su destreza cómica, por igual con Paganini que con Mozart, cuando aquellos personajes ofrecían espectáculos que parecían conciertos, así como también el público asocia las bondades de PaGaGnini con los trabajos de Les Luthiers y de los Hermanos Marx en el filme Una noche en la ópera.

Ara Malikian es el maestro concertino, como se suele nombrar al primer violinista de una orquesta, en este caso de la Sinfónica de Madrid. Se asoció con Ylana, nombre de una compañía de teatro especializada en comedia con sede también en la capital española. Con sus compañeros músicos Gartchot Ortiz, Eduardo Ortega y Fernando Clemente López, Ara Malikian estructuró el espectáculo PaGaGnini, en cuyo nombre se explica buena parte de su contenido: a partir del gag, o chiste visual, enlaza la figura mítica del violinista virtuoso Niccolò Paganini (1782-1840) en una secuencia donde el argumento central siempre es la música y el resultado es un número indeterminado de toneladas de carcajadas a granel.

Las situaciones se multiplican: por igual los chistes visuales desparraman las mandíbulas batientes que los chistes musicales, estos últimos más deliciosos aún porque conllevan una dosis saludable de trivia, jiribilla y el encanto del humor escondido en partituras que nadie imagina son tan realmente divertidas: Paganini, Manuel de Falla, Luigi Boccherini, Pablo de Sarasate, Georges Bizet... et al.

Humor y gag

–¿Por qué si Mozart es tan evidentemente divertido y hay tantos pliegues de humor en la música, la gente pone cara de interesante, aburrida o tiesa, todo menos de personas divertidas durante los conciertos normales?

–Porque se cree que a los conciertos sólo debe acudir un público supuestamente especializado, conocedor y eso propicia esa atmósfera de solemnidad. Lo que tratamos de hacer con nuestro espectáculo es exactamente lo contrario: acercar, mediante el humor, a todos los públicos al disfrute de la música, sobre todo al de ese repertorio, y demostrar que no es para entendidos solamente.

–¿Además del gag, qué otros elementos utilizan para ese efecto?

–La parte teatral de nuestro espectáculo descansa en el gag, en lo gestual. En cuanto a la música, no es de acompañamiento, como suele demeritársele en el teatro, sino que la valoramos como uno de los personajes fundamentales de la obra. El texto de la obra es la música, y eso determina la acción escénica. Cualquier nota musical, cualquier forma de discurso sonoro, se transforma en discurso gestual. Es un espectáculo sin palabras pero que dice mucho.

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Integrantes del cuarteto que se presenta en el Teatro Nextel del Parque, en InterlomasFoto Cortesía de la producción

–Los referentes saltan de inmediato: Les Luthiers, los Hermanos Marx en Una noche en la ópera...

–El primero de los referentes de este montaje es aquel violinista romántico, Paganini, quien fue la primera figura que elevó el recital a la calidad de espectáculo. Su padre lo llevaba a tocar en las tabernas de los puertos. Subía al muchachito violinista a una de las mesas y eso se convertía en un show que hizo historia. Y ese es otro de nuestros objetivos: convertir, de nuevo, el recital de música de cámara en un espectáculo gozoso.

“Música y humor –continúan los entrevistados– son lenguajes universales cuya vigencia data de tiempo inmemorial. Infinitas formaciones artísticas antes que nosotros han trabajado con el humor y la música como ingredientes fundamentales. Para nosotros es un honor que nos asocien con Les Luthiers, aunque lo nuestro se apoya más en lo gestual, tiende más hacia el arte del clown, a diferencia del finísimo humor surrealista de Les Luthiers, cuyo trabajo nos encanta. Y los Hermanos Marx, por supuesto que pertenecen al arsenal de referentes de las que han mamao muchos artistas, entre ellos nosotros.”

–De hecho, ¿no es lo de ustedes un retorno al origen: Mozart, Liszt, el mismo Bruckner, hacían de sus recitales espectáculos que movían a la gente a viajar kilómetros sólo por verlos?

–Sí. La clave está en recuperar una conciencia que parecería obvia, pero que no se toma en cuenta: que los músicos somos seres humanos, y poseemos sentido del humor, estamos seguros que Mozart fue una persona sumamente divertida, y nos parece incongruente que las orquestas cuando lo interpretan parecen llenas de personas aburridas de tan serias que se ponen. La clave es conectar la música con la persona.

–¿Se pierden el público y los músicos entonces de la oportunidad de divertirse, de reírse de sí mismos, por ejemplo sentirse disfrazados de pingüinos?

–Jajaja, sí, nosotros al menos nos sentimos bastante disfrazados y con todo respeto de nosotros mismos, nos reímos. De hecho, colegas nuestros que trabajan en orquestas sinfónicas nos ven con mucha envidia, nos dicen: “cabrones, ustedes sí que pueden hacer lo que nosotros no podemos: reírnos cuando hacemos música, divertirnos’. Ya bastante tenemos en las orquestas con la disciplina y la concentración en nuestro instrumento y que si llega un director tirano, peor. Por eso es importante acabar con la falsa seriedad en los conciertos.

(El espectáculo PaGaGnini se estrena en México esta noche en el flamante Teatro Nextel del Parque, ubicado en Interlomas, donde habrá funciones viernes, sábado y domingo. Y el próximo fin de semana repetirán en el Pabellón de Alta Tecnología, ubicado en Cuicuilco.)