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Causarán baja automática quienes filtren información, advierte

Cooperativistas amenazados ratifican a Billy Álvarez al frente de Cruz Azul
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 2 de agosto de 2010, p. 12

Ciudad Cooperativa Cruz Azul, Hgo., 1º de agosto. En la asamblea en que fue ratificado presidente de la Cooperativa Cruz Azul, Guillermo Álvarez Cuevas llamó a sus mil 260 socios a hacer cemento y olvidar las disputas, tras advertir que serán dados de baja quienes abucheen a los dirigentes, generen conflictos o hagan filtraciones a los medios de información.

La presentación de un video en que se documenta la forma en que Álvarez Cuevas y su cuñado Víctor Garcés Rojo cometieron varias irregularidades contra el patrimonio de la cementera y en perjuicio de los cooperativistas, no bastó para concretar lo que Alfredo Álvarez pretendía: destituir a su hermano y hacerse con el control.

A las 8:30 horas del sábado comenzó la asamblea de cooperativistas en el Salón de Usos Múltiples de esta ciudad, construida con las ganancias de la cementera y considerada una de las más limpias del país. Desde la víspera se avizoraba el conflicto, porque no sólo se hablaría de blanqueo, desvío de recursos y fraude, sino de una ruptura familiar, pues en días previos Alfredo Álvarez compareció ante la Procuraduría General de la República (PGR).

El hermano disidente, impulsor del Grupo de los 20 –formado por unos 500 socios de la cementera– respaldó que se denunciaran en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada la presunta corrupción en que incurrieron Guillermo Álvarez y Víctor Garcés.

En la asamblea, dijeron varios concurrentes, Alfredo presentó el video para acusar a Guillermo y su cuñado por los ilícitos cometidos, que incluyen compra de inmuebles a precios inflados y la llamada operación Europa, consistente en el envío y renvío de dinero en beneficio de su grupo.

A voz en cuello y en tono amenazante, Garcés exigió pruebas de las irregularidades que se le han imputado, pero el silencio fue la respuesta, porque estábamos amenazados y las represalias comenzaron el jueves, cuando un socio ingeniero ya no pudo entrar al trabajo por orden superior, dijo uno de los presentes.

Clemente Acevedo Nieto, del grupo disidente, enfureció al ver el mutismo de sus compañeros, pero cundía el estupor y finalmente nada impidió que los directivos mantuvieran el control de la empresa, compuesta por los mil 260 socios, 500 de ellos incondicionales de Billy Álvarez, precedentes de Salina Cruz, Oaxaca.

Finalmente se acordó que Guillermo y Alfredo Álvarez Cuevas, así como Víctor Garcés Rojo, sigan al frente de la sociedad cooperativa que entre sus posesiones tiene al equipo de futbol Cruz Azul, mientras los 500 miembros del Grupo de los 20 fueron acusados de desestabilizar a la empresa, donde cada socio con 20 años de antigüedad tendría que recibir unos 50 millones de pesos, pero se reducen a 10, en sucesivas ministraciones durante un decenio.

Guillermo Álvarez dominó la sesión de 24 horas en que los socios estuvieron bajo amenaza de perder la membresía si abandonaban el salón. Al consumar su propósito, dijo al colectivo: Vamos a dedicarnos a lo que sabemos hacer: cemento, para luego advertir que en lo sucesivo quien altere las asambleas y revele asuntos de la cooperativa será dado de baja automática e inmediatamente.

Incluso pareció remontado en principio el escándalo de lavado de dinero dentro de la cementera y el equipo de futbol, así como los dobles contratos, la operación Europa y la compra de bienes a precio estratosférico, entre ellos el conjunto habitacional Torres de la Cañada, en León, Guanajuato, y el predio Andrómeda, sede de las oficinas corporativas.

Durante la asamblea también se decidió denunciar penalmente –aunque no se dijo el motivo– a Carlos Terroba, ex tesorero de la empresa que compareció ante la justicia para esclarecer las componendas imputadas a Guillermo Álvarez; y según varios de los participantes, la solución final incluye dar de baja a quienes buscaron el relevo.

Al término del acto, la mayoría de los asistentes fueron retirándose calladamente, y sólo unos cuantos aceptaron hablar de forma anónima.

Germán Díaz, director de relaciones públicas de Cruz Azul y vecino del municipio de Tula, no emitió información alguna ni respondió telefonemas, porque su hermano Jaime fue denunciado en la asamblea y se advirtió que habrá una demanda penal en su contra, sin precisarse la causa.