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Sólo se resolvería parcialmente el problema del crimen organizado, sostienen diputados

Piden legisladores analizar legalización de las drogas y la estrategia antinarco

Ingenuo, pensar que con esa medida se acabaría la violencia de un día a otro, señala Madero

 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de agosto de 2010, p. 12

La propuesta del presidente Felipe Calderón de debatir acerca de la posible legalización de drogas en México generó reacciones encontradas. Mientras en la Cámara de Diputados legisladores de PRI, PAN y PRD rechazaron ese planteamiento, en la Comisión Permanente le dieron la bienvenida.

En tanto, representantes de la Iglesia católica hicieron un llamado a discutir el tema ampliamente antes de promover y aprobar una iniciativa.

En la Comisión Permanente del Congreso, PRI, PAN y PRD se pronunciaron en favor del debate. El priísta Francisco Rojas destacó que además de este tema, deben analizarse los resultados de la famosa lucha contra el crimen organizado.

El panista Gustavo Madero consideró ingenuo pensar que la legalización acabará con la violencia de un día a otro, mientras su correligionario Alejandro González dijo que de nada serviría una decisión unilateral en esta materia, porque se requiere de un acuerdo con otros países.

El coordinador de los diputados federales del PRI sostuvo que hay que revisar el tema completo, no por partes. Además, refirió que se requiere un informe detallado para debatir si la estrategia contra la delincuencia es adecuada en relación, por ejemplo, con el lavado de dinero o el control en las aduanas.

Por otro lado, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores, Gustavo Madero, resaltó que el tema no debe ser visto de manera ingenua, como si fuera una solución mágica que al día siguiente acabará con la violencia.

Carlos Navarrete, presidente del Senado, expuso que el Congreso debe adoptar medidas para facilitar un debate abierto, respetuoso, con argumentos, razones e información, escuchar a todas las voces y finalmente asumir una decisión que permita el mayor consenso posible.

En San Lázaro los diputados plantearon que la eventual legalización del uso de drogas resolvería parcialmente el grave problema del narcotráfico, además de que su existencia está supeditada al consumo y lavado de dinero en territorio estadunidense.

A su vez, Carlos Rodríguez Ajenjo, presidente del Consejo Nacional contra las Adicciones, expuso que en México existen aproximadamente 500 mil adictos a drogas ilegales; además, 14 millones de fumadores y 4.2 millones de alcohólicos.

Lo importante es debatir: CEM

Manuel Corral, secretario ejecutivo de relaciones institucionales de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), señaló que el tema es complejo y lo importante es debatir. El diálogo no significa dar el primer paso para la legalización o despenalización (de las drogas), sino tomar conciencia del problema.

Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas, indicó que esta organización se congratula por la apertura al diálogo y el debate, pero vemos con preocupación el tema de la legalización, especialmente si en lugar de someterlo a un profundo estudio científico se impulsa una reforma con ligereza y sin respaldo social.

El perredista Jesús Zambrano, vicepresidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, descartó resultados halagüeños en el combate al narcotráfico si no hay corresponsabilidad de Estados Unidos.

María de Jesús Aguirre, del PRI, sostuvo que uno de los elementos torales en México para mermar el poder del narcotráfico es la prevención y la recuperación de los adictos. No sólo es un problema de salud pública, sino social y jurídico; además, se requiere atacar los dos grandes problemas de México: la impunidad y la corrupción.

Julián Francisco Velázquez y Llorente, del PAN, admitió que el crimen organizado ya rebasa el poder del Estado mexicano.

A su vez, el perredista Gerardo Verver y Vargas Ramírez se sumó a la exigencia de elaborar una estrategia horizontal de combate a las adicciones, que incluya un alto componente de participación comunitaria, y hacer una reflexión seria.