Sociedad y Justicia
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Forman maestros comprometidos y solidarios, dicen líderes de la CNTE

La acusación a normales rurales, porque sus egresados no son como quisiera Elba Esther
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de agosto de 2010, p. 33

Integrantes de la dirigencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) afirmaron que las normales rurales no son semillero de guerrilleros sino de maestros críticos, comprometidos con sus comunidades y solidarios con las luchas sociales. Por eso nunca serán los profesores que Elba Esther Gordillo Morales quisiera: serviles, corruptos e incapaces de formar una sociedad más justa.

Aseguraron que las declaraciones de la presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quien afirmó que las normales rurales han sido semillero de guerrilleros, sólo buscan desacreditar a las instituciones de formación y capacitación de docentes que aún no puede controlar, pero que desde hace más de una década busca desaparecer para crear instituciones a modo, que además le generen un buen negocio.

Jorge Cázares, secretario general disidente de la sección 18, de Michoacán, enfatizó que sólo una profunda ignorancia sobre el quehacer pedagógico de los maestros normalistas puede generar una descalificación tan grotesca. Es desconocer que durante décadas los profesores egresados del sistema normalista son quienes han educado a generaciones de mexicanos.

Pedro Ramírez Vázquez, dirigente del magisterio democrático de la sección 36, del valle de México, señaló que “no es la primera vez que Gordillo intenta descalificar al normalismo y pregonar su desaparición. Demandó convertir a las normales en escuelas de turismo y de enseñanza de inglés; hoy las etiqueta de formadoras de guerrilleros, pero no reconoce que fue la cúpula charra que encabeza en el SNTE la que desde 1992 apoyó el desmantelamiento del sistema normalista”.

Indicó que la dirigente del SNTE nunca ha querido reconocer que las escuelas normales han nutrido de maestros al país. Tampoco que fueron los normalistas rurales los primeros en enfrentar el fanatismo religioso en las comunidades más apartadas. Son ellos los desorejados de la Guerra Cristera, los que llevaron la educación básica y la alfabetización al último rincón del territorio nacional.

Pretender olvidar lo que ha aportado el normalismo a la educación del país, indicó, es escupir hacia arriba y hacer aún más evidente el enorme desprecio por la verdadera vocación docente. Agregó que mejorar la formación de los docentes no se conseguirá desapareciendo las normales: por el contrario, es cuando más se necesita fortalecerlas.

En entrevista por separado, Manuel Gil Antón, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que si bien es necesario reorganizar el sistema de formación profesional de los docentes, esto no se logrará solicitando convertir las normales en escuelas de turismo ni con descalificaciones.

Decir que las normales rurales son semilleros de guerrilleros, indicó, es un comentario frívolo, sin ningún matiz ni contexto, que insulta nuestra inteligencia, pues las fallas en el sistema normalista son una corresponsabilidad entre la Secretaría de Educación Pública y el SNTE.