Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 8 de agosto de 2010 Num: 805

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Donceles y el tiempo
LEANDRO ARELLANO

Soneto
RICARDO YÁÑEZ

El arpa enlaza el cielo a la tierra
EDUARDO MOSCHES

¿Quién es Bolívar Echeverría?
STEFAN GANDLER

Occidente, modernidad y capitalismo
CARLOS OLIVA MENDOZA entrevista con BOLÍVAR ECHEVERRÍA

Una calle para Monsi
JESÚS PUENTE LEYVA

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido

Flores

Por largo tiempo Rubén siguió visitando a Anacarda. Le llevaba flores, pero nunca me permitió acompañarlo. Salía tan temprano que alcanzaba a regresar antes de que yo me levantara; pero yo sabía a dónde había ido. Cuando nos encontrábamos para desayunar andaba ya en fachas, vestido de domingo, pero no sé por qué yo sabía que había ido de traje, pálido y solemne; que había hablado en voz baja, mirando hacia otro lado. Yo sabía cuándo había ido a verla porque luego me abrazaba fuerte, fuerte, y yo alcanzaba a oler las flores que había llevado entre los brazos. Rosas, porque ésas eran las flores que más le gustaban a Anacarda. Pero también nardos, lirios, alcatraces, girasoles, hierbas sin nombre. Luego apareció la Intrusa y Rubén dejó de visitar a Anacarda. Después la Intrusa exigió que le regalara flores, y comenzaron a llegar ramos grandísimos, desbordantes, de muchos colores, con moños; flores que yo no conocía. No me gustaban. Olían a carroña.