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Luciano Matus utilizó dos espejos para intervenir la escultura monumental

Iluminan el centro de la Piedra del Sol para conmemorar la caída de Tenochtitlán

Se leyeron textos y poemas en náhuatl seleccionados por Miguel León-Portilla

Foto
Inusitada experiencia en la sala Mexica del Museo Nacional de AntropologíaFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de agosto de 2010, p. 3

El centro de la Piedra del Sol fue iluminado desde el exterior de la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, mediante dos espejos que proyectaron la luz solar hacia la gran escultura en medio de la lectura de textos y poemas en náhuatl seleccionados por el historiador Miguel León-Portilla.

La intervención a la monumental escultura se enmarcó en la conmemoración de la caída de México-Tenochtitlán, ante las huestes de Cortés, el 13 de agosto de 1521. La propuesta es de Luciano Matus, quien recurrió a dos espejos para proyectar los rayos solares dentro de la sala donde está emplazada esa mole.

Para Luz del tiempo, Matus se basó en la idea de que el pensamiento prehispánico, la sabiduría y el conocimiento representaban la luz. Fue un encuentro entre el museo y esta intervención que consistió en iluminar el centro de la tierra del sol con sol, con Tonatiuh.

El 28 de abril de 1521 los conquistadores españoles comenzaron a sitiar a la antigua ciudad mexica y en los meses subsecuentes arrasaron con ella, incluso su centro ceremonial y edificios, entre los que sobresalía el Templo Mayor, con lo que esta área perdió su carácter sagrado. El asedio extranjero culminó el 13 de agosto de ese año con la caída de México-Tenochtitlán.

Durante los momentos en que fue iluminado el llamado calendario azteca, se escucharon en voz del historiador Ignacio Silva una serie de textos y poemas en náhuatl sobre la Conquista, los cuales se refirieron al recibimiento que hizo Moctezuma a Cortés, así como la entrada de los españoles a la gran Tenochtitlán.

Los visitantes casi llenaron la sala Mexica, y escucharon las palabras de Silva, quien los trasladó con lenguaje en castellano y náhuatl a los tiempos en que los españoles avasallaron el imperio dirigido por Moctezuma.

En realidad la Conquista fue un sitio de un año y en el momento que deciden claudicar, tienen ya un nuevo ciclo en la cabeza y comenzar a negociar el pacto de la nueva era, el cual vemos en el siglo XVI, porque se rescribe la historia, se repintan los libros, se acepta el nuevo mundo y religión en los términos indígenas, pero saben con realismo increíble que el pasado no vuelve y que todo está hacia el futuro, dijo Diana Magaloni, directora del recinto, al concluir la intervención.

Además, dijo que el 13 de agosto siempre ha sido un día que marca importantes ciclos nuevos en Mesoamérica. En Teotihuacán se alinea en una fecha determinada el Sol con la pirámide y comienza la cuenta del año.

Para Matus, la idea de esta intervención que se pretende continúe cada año “surgió luego de disertar sobre los cambios fisonómicos de la ciudad de México, desde la otrora Tenochtitlán hasta la era de asfalto.

El viernes 20, a las 12 horas, continúa un ciclo de conferencias a propósito de los 489 años de ese suceso. Abrirá el encuentro Diana Magaloni, con la visión indígena de la conquista en el Códice florentino; los viernes subsiguientes participarán los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Leonardo López Luján, quienes disertarán acerca de la Piedra del Sol y la Coatlicue, respectivamente.