Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 15 de agosto de 2010 Num: 806

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Filosofía y poesía
ANTONIO CICERO

B. Traven en Tampico
ORLANDO ORTIZ

La propuesta narrativa de Agustín Fernández Mallo
JORGE GUDIÑO

Elvis cumplió setenta y cinco
ALEJANDRO MICHELENA

Génova 2001: la marcha de los desobedientes
MATTEO DEAN

Metrópolis: la recuperación y sus metáforas
ESTHER ANDRADI

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Luis Tovar
[email protected]

Cortos de largo aliento (II DE III)

La duodécima edición del Festival Internacional de Cine en Guanajuato Expresión en Corto exhibió, entre muchos otros, los siguientes cortometrajes:

De Japón, realizado en 2009 por Dean Yamada a partir de un guión escrito por Yu Shibuya, Jitensha –es decir, bicicleta en español– es capaz de contener, en sus poco más de veintiún minutos de duración, dos retratos fílmicos de altas precisión y riqueza. El primero es del protagonista, el segundo de la situación por éste vivida. Un hombre anónimo que pareciera buscar denodadamente que nada perturbe dicho anonimato, una serie de personas por él desconocidas y el mismísimo dios –poner aquí el de la preferencia del lector–, son los personajes de la historia. Unas pocas escenas y un par de diálogos concisos, al inicio del cortometraje, bastan para retratar a un hombre solitario, reservado y taciturno cuya vida-concentrada-en-sí-misma experimenta –y en este punto arranca el retrato de la situación al que se alude– un proceso integral de desmontaje, por decirlo de alguna manera, no por interpósita persona sino, de un modo al mismo tiempo natural e insólito, por interpósita bicicleta. Notables por igual, el desempeño histriónico de Katsunori Gotou y el tono dramático de Yamada, de contención elocuente o elocuencia contenida, como quiera verse, hacen verosímil al cien por cien tanto la excusa como la resolución narrativas de esta cinta estupenda.

El belga Nicolas Boucart es autor del guión y director de L’eclusier (Bélgica, 2009), literalmente “el esclusero”, sustantivo que poco o nada explica a quien ignore lo que es una esclusa. No ayuda mucho el título asignado en español, El vigilante de esclusa, pero basta una ojeada al diccionario: esclusa es una “obra construida en las vías de agua, con puertas de entrada y salida, que permite a los barcos franquear un desnivel”, y el esclusero es quien maneja las puertas de dicha ingeniería. El de esta historia es tan peculiar como la historia misma: para desempeñar su trabajo se vale de una especie de armonio u órgano ajado, cuyas teclas y válvulas controlan el mecanismo de las compuertas de la esclusa. Otro humano, su relevo de turno, anda por ahí, pero la verdadera compañía de este músico-esclusero es un pez dorado que vive en una mínima pecera esférica dentro de una mínima casa dentro de la cual siempre llueve, aunque fuera de ella no caiga ni una gota... Cuento en clave feliz acerca de los remedios contra ese tipo de soledad que puede arribar a la locura, L’eclusier es una cinta lúdica hasta lo circense –parafellinesca por ese flanco–, así como deliciosamente jacquesbreliana en su tono a la vez festivo y desamparado. Una verdadera delicia.

La eficacia formal y la hondura psicológica-emocional de Missen (Holanda, 2009) son testimonio de lo bien que el treintañero holandés Jochem de Vries –director y guionista– aprovechó su paso por la Escuela de Artes de Utretch, así como las clases magistrales que tomara con Andrzej Wajda. Traducido como Perder, aunque más bien debería ser “pérdida”, este cortometraje de diecisiete minutos es un hábil juego narrativo cinematográfico basado en la múltiple capacidad semántica del vocablo entrecomillado. Una madre sola –no se sabe si soltera, viuda, divorciada, abandonada o abandonadora– y su hija, de apenas siete años, pierden el autobús que llevaría a esta última a una excursión escolar.  La causa es igualmente múltiple: en el departamento donde viven falla la electricidad y eso las retrasa, el elevador no funciona,  la madre olvida los boletos de entrada al lugar de la excursión, le falta dinero para pagar el pasaje del transporte urbano...  pero la retahíla de pérdidas cabe completa en una sola ausencia, cuyo nombre la pequeña, silente y recatada en su frustración, plasma sobre el cristal del autobús de vuelta a casa con la escritura fugaz de un dedo sobre el vaho del propio aliento. “Papá”, dice el garabato que la niña ha escrito sólo para sí misma y que la madre no alcanza a ver, aunque la pérdida también la abarca a ella.

El budapestino Bálint Kenyeres coescribe y dirige A repülés története (Hungría, 2009), traducido como La historia de la aviación, título que ilustra bien, aunque a primera vista no sea tan evidente, lo que parece ser la intención última de este cortometraje: erigirse como un juego de oposiciones entre tradición e innovación, buenas y malas maneras, lo colectivo y lo individual, el adocenamiento y la osadía, la mirada adulta y la infantil. De tensa belleza, este cortometraje define los contrastes que signan la relación de  estos y otros opuestos, que suelen complementarse y explicarse recíprocamente.

(Continuará)