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El escritor Elman Trevizo publica su libro Las muchas muertes de Pancho Villa

Muchos niños querían irse con el Centauro del Norte
 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de agosto de 2010, p. 4

Todos los días, a cierta hora de la noche, en el lugar exacto donde mataron a Pancho Villa el 20 de julio de 1923, se aparecen los fantasmas de quienes intervinieron en el crimen y lo repiten minuciosamente, tal cual. Un niño contemporáneo descubre el misterioso fenómeno y de esa manera se sumerge en la vida del Centauro del Norte y su participación en la Revolución Mexicana.

Éste es el argumento que desarrolla el escritor Elman Trevizo en su libro más reciente, Las muchas muertes de Pancho Villa (Ediciones B), al que describe como una novela de suspenso con tema histórico: un Pancho Villa para niños.

Nacido en Sinaloa pero criado en el estado de Chihuahua, Trevizo creció oyendo infinidad de historias, fantasiosas o verdaderas, sobre el Centauro del Norte: “Así como el Che Guevara es muy importante para muchos, así los es Villa para todos los que vivimos y crecemos en el norte; entonces de ahí fue surgiendo en mí la idea de escribir una novela sobre él, y ahora con lo del centenario de la Revolución pude publicarla”.

Las muchas muertes de Pancho Villa es novela histórica en tanto los hechos que recrea fueron verdaderos: me metí a leer a Martín Luis Guzmán, a Nellie Campobello, a Friedrich Katz, pero recurrí al suspenso y al terror para que fuera atractiva para los niños.

Que sea un Pancho Villa para niños no hizo que Elman Trevizo omitiera la faceta violenta del personaje: lo presento en una evolución que va desde sus incios como revolucionario, cuando ayudaba a la gente pobre, donaba dinero para hacer escuelas, pero poco a poco se va tornando más violento cuando va perdiendo batallas, pero no lo trato como de nota roja, sino con un enfoque sicológico, señalando las motivaciones.

Poeta, dramaturgo y narrador becado por la Fundación para las Letras Mexicanas, Elman Trevizo habla de una fuerte identificación de los niños, no sólo mediante esta novela, sino que históricamente así fue, está documentado: Hay muchas fotos en las que aparece con niños; ellos querían irse con él y ser parte de la bola.

De hecho, el niño protagonista de la novela se llama Doroteo (Rosas), que era el nombre verdadero de Villa. Atraído por los fantasmas y guiado por un presunto diario del revolucionario, este pequeño Doroteo, con la ayuda de un amigo, se da a la tarea de desentrañar la verdad sobre la emboscada que terminó con la vida de uno de los más carismáticos caudillos de la gesta revolucionaria iniciada en 1910.