Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 22 de agosto de 2010 Num: 807

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Vamos a matarnos
ALEJANDRO ACEVEDO

Visiones de Teotihuacan
ESTHER ANDRADI

Vicente Leñero y la pasión por la forma
ANDRÉS VELA

Propaganda vs. publicidad
LUIS ENRIQUE FLORES

La novel narrativa argentina
JUAN MANUEL GARCÍA

La fuerza de lo visual
LAURA GARCÍA entrevista con MARGARITA GARCÍA ROBAYO

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Luis Tovar
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Cortos de largo aliento (III DE IV)

Algunos otros cortometrajes de la sección oficial de ficción cine de Expresión en Corto 2010 son los siguientes:

Los suecos Gunilla Heilborn –autora del guión– y Marten Nilsson –que también se hizo cargo de la cinefotografía y del montaje– son codirectores del cortometraje ganador, titulado This is Alaska (2009). Poco más de doce minutos de una desolación casi absoluta, sólo fracturada por aquello que los personajes, cinco o seis, tienen a bien decir directamente a cámara, y que se refiere a las razones por las cuales han decidido vivir en tan emblanquecida y remota geografía. Dicha propuesta formal, como es lógico suponer, le confiere al corto un aire de documental que le viene bien al propósito último de esta ficción: resaltar que sea donde sea, se le ubique donde se le ubique, el género humano parece poco dado a la variación de fondo en ciertos aspectos fundamentales de su perfil emocional, así como de sus rasgos psicológicos y sociales. Al menos en lo que se refiere a estos personajes, el alejamiento espacial y la conformación de un grupo responden a motivaciones no muy conscientes –por más que ellos denueden un discurso y otro y otro– y, en el fondo, poco necesitadas de que fuese Alaska o una isla en medio del Pacífico el sitio elegido para su autoexilio comunitario: serían los mismos en pleno centro de Estocolmo.


Escena de ¿Dónde está Kim Basinger?

El cortometraje ganador de la sección video –aunque se supone que formaba parte de la sección ficción cine– fue ¿Dónde está Kim Basinger? (2009), coproducido por Francia y Argentina, dirigido por Edouard Deluc y coescrito por él con Olivier de Plas y David Roux. En opinión de este plastógrafo, y sin querer decir con ello que este divertimento carezca en términos absolutos de cualidades y merecimientos varios, había cortos más cortos –éste dura veintinueve minutos que se van relativizando casi einstenianamente– y claramente mejores, como para que el jurado de Expresión en Corto acabase decantándose por él y premiándolo. Hágase si no un cotejo con lo reseñado aquí la semana pasada y con lo que viene más adelante: el principal haber de ¿Dónde está..,  es al mismo tiempo su principal déficit:  el punto de vista desde el cual es narrada la historia. Imposible de contar desde otra perspectiva, consiste en una rara forma de semideslumbramiento por lo exótico y por ello “interesante”, pero de cualquier modo como ninguneado, que experimenta  una pareja de hermanos franceses que van de viaje a Argentina. No les interesa el país, la gente o la comida locales, pues han cruzado el Atlántico para acompañar a un primo suyo que ha de contraer matrimonio, pero en el ínter son víctimas de los canallitas antreros engañabobos de ésos que hay en cualquier urbe de cualquier zona del mundo. Para siempre ajenos a Buenos Aires aunque hayan visitado uno de sus tugurios y hayan evitado que los estafen, Marcus y Antoine, los personajes, padecen similar miopía social que los realizadores del cortometraje: están pero no ven, o ven muy poco, o sencillamente no les interesaba ver nada más allá de sí mismos.

Dirigido por la berlinesa Bodgana Vera, Heimspiel (2009), algo así como “juego de local” o “partido en casa”, es un ejercicio de tensión en estado puro, manifestada en clave violenta, pues violencia destilada y no otra cosa es lo que rezuman los coprotagonistas de este fragmento de la vida cotidiana tal como puede ser –y de hecho es– vivida en esta primera década de un siglo más convulso y más incapaz del diálogo entre humanos que cualquier otro. Para ilustrar mejor la paradójica ambivalencia de una sociedad actual que pretende tender una mano en señal amistosa, mientras la otra mano tiene siempre lista la irreflexividad del puñetazo en el rostro del (no)interlocutor, ha querido René Schumacher, el guionista, que uno de los protagonistas de esta historia de veintidós minutos imparta la clase de ética en alguna universidad, labor profesional que pareciera sólo una pausa intercalada cada tanto en aquello otro, que parece hacer a Andreas Vossen, der professor,  mucho más feliz: formar parte de una pandilla de peleadores callejeros que un día sí y otro también salen a romperse las caras a puño limpio contra cualquier otra pandilla que busca exactamente lo mismo. Punto climático de la historia: un día, no demasiado inesperadamente, cierto alumno arisco y burlón resulta ser parte de una pandilla enemiga. Enfática hasta lo repelente, la golpiza que Vossen le propina al imberbe hace patente aquello que, como chanza popular, suele decir así: “¿Para qué hablar, si podemos rompernos la madre?”

(Continuará)