Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 29 de agosto de 2010 Num: 808

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Juan Bruce-Novoa: Only the Good Times
ALBERTO BLANCO

El síndrome de Procusto y la política científica
JUAN JOSÉ BARRIENTOS

Monet, impresionista
Presentación

Los deudores de Monet
FRANCISCO CALVO SERRALLER

Los ojos de Monet
JOHN BERGER

Ella casi bella
GUILLERMO SAMPERIO

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
ORLANDO ORTIZ

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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Luis Tovar
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Cortos de largo aliento (IV Y ÚLTIMA)

La selección oficial de animación fue quizá la más sólida y consistente de todas las que se presentaron en la duodécima edición del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto en Guanajuato. He aquí algunas muestras.

Videogioco (Italia, 2009, 1’40’’), de Donato Sansone, hace total economía de recursos al emplear únicamente un par de manos– quizá las propias– que le dan movimiento a una serie de dibujos sobre papel, bajo la antiquísima técnica de barajado, para contar una historia tan breve como ágil pero también violenta.

Bob (Alemania, 2009, 3’1’’), de Jacob Frey y Harry Fast, es una animación digital con estructura de cuento clásico: Bob es un hámster que, dentro de su aro metálico para correr, persigue incesantemente a un hámster hembra del que se ha enamorado. La persecución parece ser tan tenaz e interminable que toca varios puntos del planeta, y es sólo gracias al final sorpresa que tanto Bob como el espectador se enteran de qué es lo que sucede en realidad.

Formic (Alemania, 2009, 3’40’’), es decir Hormiga, de Roman Kalin y Florian Wittmann, es otro hábil cuento de estructura ortodoxa: un hombre practica en su patineta sin saber que con ello perturba –y hasta pone en riesgo– la vida de una hormiga, hasta que ésta consigue infligirle al eskato una caída cuyo estrépito y contundencia por fin lo ahuyentan. Tanta simpleza se sublima en virtud de dos atributos: la extraordinaria manufactura fílmico-digital y el punto de vista elegido –desde luego, el de la hormiga.


Chienne D’histoire

Le Petit Dragon (Francia-Suiza, 2009, 8’15’’), El pequeño Dragón, de Bruno Collet, es una delicia para cualquier cinéfilo, pero en particular para aquellos encandilados con el icono japonés en que se convirtió Bruce Lee. Realizado en stop-motion, el cortometraje cuenta cómo el protagonista de Operación Dragón reencarna en un muñeco de plástico que no mide más de quince centímetros, y cómo este juguete piensa y actúa exactamente como el afamado karateca.

Chienne D’histoire (Francia-Turquía, 2010, 15’11’’), o en español La isla de los perros, de Serge Avédikian, recrea cierto pasaje histórico que tuvo lugar hace exactamente cien años, poco conocido, excelente para echar un ojo a las simas del espíritu del ser humano: en 1910, en Constantinopla, por decisión gubernamental 30 mil perros callejeros fueron confinados en una isla desierta, para que murieran de hambre y sed. Avédikian digitalizó y animó acuarelas de su autoría, de una plasticidad, una fuerza expresiva y una belleza tales, que le confieren a la cinta una calidad extraordinaria.

Xochimilco 1914 (México, 2010, 4’37’’ ) , es un trabajo colectivo realizado por Esteban Azuela, Mara Soler, Carlos Gamboa y Luis Núñez, quienes se basaron en la versión taquigráfica original de lo que Pancho Villa y Emiliano Zapata se dijeron el 4 de diciembre de 1914, es decir, la primera vez que estos revolucionarios se encontraron, precisamente en algún paraje de Xochimilco. La animación, más bien escueta, se basa en un collage de las bien conocidas fotografías existentes de ese período de la historia mexicana.

Esterhazy (Alemania-Polonia, 2009, 25’), de Izabela Plucinska, también en stop-motion, es un nuevo abordaje de un acontecimiento histórico que ha gozado de innumerables visitaciones: la caída del Muro de Berlín en 1989. Esterhazy es el nombre de un conejo vienés que emigra a Berlín para cumplir con cierta tradición familiar que –dato ignorado por los roedores– se relaciona con el Muro, por ellos visto como una suerte de Arcadia. Las vicisitudes que vive Esterhazy hasta dar con el lugar y, una vez ahí, con una enorme coneja hembra, son reflejo fidedigno de la confusión que padecieron, así como la capacidad de adaptación de la que debieron hacer gala los alemanes en aquella época.

Sinna Man (Noruega, 2009, 20’), Hombre enojado, de Anita Killi basada en un libro de Gro Dahle y Svein Nyhus, cuenta en animación tradicional una de esas historias de triste universalidad, que más valiera no necesitar que fuesen contadas/ denunciadas: la de un padre de familia cuasiesquizofrénico, lo mismo capaz de la mayor de las dulzuras que de una de las más abyectas violencias, es decir la que se ejerce precisamente en contra de los miembros de la propia familia. Boj es el nombre del niño cuya mirada provee el punto de vista de este gran cortometraje.

Norit krupi (Letonia, 2010, 10’), Tragarse un sapo, de Jurgis Krasons, es una maravilla metafórica, según la cual basta con engullir un sapo –viscoso, repelente, nauseabundo– para que el mundo y sus problemas se conviertan en un edén, al menos para el embrutecimiento que le sobreviene a quien se ha tragado el sapo. No es difícil entender al sapo a manera de símbolo: sapos han de ser los estupefacientes, el discurso oficial de la realidad, la televisión, etecé.