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Desde el 23 de agosto no atrajo ni un peso del fideicomiso que le garantizaba un crédito

Actuaciones de Banorte en caso Mexicana no contravienen mandato judicial, asegura
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de agosto de 2010, p. 23

En el caso de Compañía Mexicana de Aviación (CMA), Banorte aseguró que todas sus actuaciones y las de la institución fiduciaria (HSBC) han sido en ejercicio de un legítimo derecho y sin contravenir disposición legal o mandato judicial alguno.

Aclaró que a partir de que el juez dictaminó medidas cautelares, el 23 de agosto pasado, Banorte no ha atraído ni un peso del Fideicomiso de Administración y Fuente de Pago constituido por Mexicana para garantizar los recursos que le fueron otorgados como crédito por Banorte. En consecuencia, Banorte no contradijo la medida cautelar dictaminada por el juez.

Indicó que los derechos de cobro presentes y futuros derivados de la venta de boletos con tarjetas de crédito mexicanas y estadunidenses fueron cedidos por Mexicana en forma voluntaria e irrevocable al Fideicomiso de Administración y Fuente de Pago que administra HSBC desde el otorgamiento del crédito, razón por la cual los recursos nunca han sido propiedad de Compañía Mexicana de Aviación (CMA), sino del citado fideicomiso.

Presumen desviación

Llama también la atención, agregó el banco, que del 13 al 28 de agosto (día en que dejan de operar las aerolíneas) no ingresó cantidad alguna al fideicomiso, por lo que hay elementos para presumir que el producto de las ventas con tarjeta de crédito –fuente de pago del crédito de Banorte– fue desviado ilícitamente por la administración de la empresa, a menos que, durante ese periodo todas las ventas se hubieran realizado sólo en efectivo, situación que sería muy improbable.

Banorte informó que los recursos ingresados al citado fideicomiso totalizan 176 millones de pesos, que fueron atraídos legalmente por el banco en las siguientes fechas y condiciones: 127 millones el 3 de agosto del fondo de reserva del fideicomiso, y 48.7 millones de pesos entre el 5 y el 12 de agosto del flujo de efectivo de la aerolínea.

Los primeros 127 millones de pesos corresponden a un fondo de reserva que se constituyó desde el momento de concederse el crédito, justamente para ser ejercidos en caso de incumplimiento, el cual se actualizó cuando Mexicana de Aviación –obligada solidaria del crédito Banorte– solicitó un concurso mercantil, reconociendo así su incapacidad para hacer frente a sus obligaciones de pago.

Explicó que la aceptación del concurso mercantil por el juez se ocurrió el 4 de agosto, un día después de haberse ejecutado los 127 millones de pesos del fideicomiso, por lo cual al momento de la ejecución no existía ninguna prohibición al respecto.

Refirió que esos 127 millones de pesos no podían haber sido utilizados por Mexicana como flujo de efectivo para sus operaciones, ya que conforme a contrato constituían un fondo de reserva.

Los otros 48.7 millones de pesos atraídos provinieron de la cobranza de venta de boletos con tarjeta de crédito, periodo en el cual tampoco existía prohibición alguna para atraerlos, ya que Mexicana de Aviación se había desistido de las medidas precautorias inicialmente solicitadas el mismo día que fueron concedidas, y el juez había acordado tal desistimiento como procedente, seguramente por estimar que las mismas afectaban el patrimonio de un tercero (fideicomiso), beneficiando a Click y Gama, sociedades diferentes de la concursada y que no eran necesarias para asegurar la viabilidad de Mexicana

Por lo anterior, el total de 176 millones de pesos del fideicomiso fue atraído a Banorte en una actuación siempre apegada a derecho, y acatando en todo momento las medidas dictadas por el juez. Las medidas cautelares quedaron sin efecto hasta el 23 de agosto, cuando el juez, sorprendentemente, apuntó el banco, decidió concederlas de nuevo, medida con la cual Banorte no está de acuerdo por las razones arriba expuestas. Sin embargo, las ha acatado plenamente.

En Estados Unidos Mexicana solicitó sin éxito la aplicación del Chapter 15 ante la Corte de Nueva York, con lo cual pretendió evadir sus obligaciones de pago con Banorte y afectar los intereses del banco en aquel país con medidas similares a las precautorias en México.