Sociedad y Justicia
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El sistema educativo deja mucho que desear en cuanto a calidad, señala en una carta

Critica episcopado el laicismo intolerante
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José Francisco Blake, secretario de Gobernación, y el arzobispo Carlos Aguiar Retes, presidente del CEM, en el Polyforum Cultural Siqueiros, durante la presentación de la carta pastoral de los obispos de MéxicoFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Martes 31 de agosto de 2010, p. 42

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseguró que no hay enemigo más peligroso del Estado laico que el laicismo intolerante que busca disminuir libertades y restringir espacios de expresión y remarcó que es importante que la vida política de nuestra nación esté regulada por un auténtico sentido de laicidad.

En la carta pastoral Conmemorar nuestra historia desde la fe para comprometernos con nuestra patria, documento elaborado por la CEM con motivo del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución, los obispos de México aseguran también que el sistema educativo nacional está marcado por un laicismo mal entendido que deja de lado valores humanos universales como si se tratara de aspectos confesionales.

Recriminan que el sistema educativo mexicano ha convertido al laicismo en un instrumento ideológico que pasa por encima del derecho de los padres a la educación de sus hijos y no respeta las raíces culturales.

Los jerarcas señalan que la educación no sólo es una herramienta del desarrollo, sino también el espacio para difundir los valores que engrandecen a la persona y advierten que si la educación no forma antes que nada personas íntegras, que amen el bien, la verdad y la justicia, todo queda fincado en un terreno frágil y superficial.

La CEM expresa que otras de las razones por las que el sistema educativo deja mucho que desear en cuanto a calidad y resultados es que está agobiado por los problemas de preparación magisterial y por lastres de algunas prácticas viciosas del modelo sindical que se apoya en el control corporativo.

Asimismo, estima que la corrupción consume enormes cantidades de recursos públicos que no llegan a rendir beneficios en los centros escolares, y manifiesta que dicha corrupción contamina la noble tarea de educar.

Demanda la vigencia completa del derecho humano a la libertad religiosa, la cual no debe ser interpretada jamás como una búsqueda de privilegios por parte de ninguna confesión y deplora el laicismo que se manifiesta de manera amenazante contra la religión.

Soledad Loaeza, académica e investigadora de El Colegio de México, invitada a comentar el documento, indicó que en la carta la Iglesia propone participar en las discusiones del país. Sin embargo, añadió, para muchos sectores que estiman que debe centrarse sólo en aspectos espirituales esto puede parecer una provocación, e indicó que un dilema para la Iglesia es que su participación la convierte en factor de división.

También presente en el acto, El secretario de Gobernación, Francisco Blake, aseguró que en México la libertad religiosa se ejerce en un sentido amplio, pero Armando Martínez, presidente del Colegio de Abogados Católicos, lo refutó. Aseguró que lo que hay es libertad de culto y añadió que para que hubiese libertad religiosa tendrían que reformarse los artículos 24 y 130 constitucionales.