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En 1995 influyó para que la Corte investigara el caso Aguas Blancas

Muere en Londres el ministro José de Jesús Gudiño Pelayo

También fue factor clave para avalar la despenalización del aborto en el DF

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El ministro José de Jesús Gudiño, durante una sesión de la Corte efectuada el 26 de agosto de 2008Foto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Lunes 20 de septiembre de 2010, p. 9

El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) José de Jesús Gudiño Pelayo, de 67 años de edad, murió ayer víctima de un infarto en la ciudad de Londres, Inglaterra, cuando se encontraba de vacaciones. Durante su trayectoria en el Poder Judicial el juzgador se distinguió por mantener una postura en favor de los derechos individuales.

Gudiño Pelayo, quien terminaría su periodo como integrante del máximo tribunal el 30 de noviembre de 2015, fue intervenido del corazón en 2007, cuando fue hospitalizado y requirió de un largo tiempo de recuperación. Posteriormente se reintegró de lleno a su trabajo e incluso aceptó la presidencia de la primera sala de la SCJN, la cual ocupaba al momento de su muerte.

El juzgador, nacido en Autlán, Jalisco, el 6 de junio de 1943, estudió la licenciatura en derecho en la Universidad Iberoamericana y a lo largo de los 15 años que estuvo en la Suprema Corte mantuvo una postura en favor de descentralizar el sistema de justicia y hacer más eficiente el juicio de amparo, otorgando mayores prerrogativas a los tribunales locales para que los juicios que llegaran a las instancias federales fueran únicamente los más trascedentes.

Gudiño, junto con el entonces ministro Genaro David Góngora Pimentel, se distinguió porque en 1995 solicitó al pleno de la Corte que hiciera suya la petición de organismos defensores de derechos humanos para que el pleno investigara la matanza de Aguas Blancas, ocurrida el 28 de junio de ese año en el municipio de Coyuca de Benítez, Guerrero.

En aquella ocasión, el pleno desechó su petición. Los ministros no accedieron a investigar los hechos hasta que el presidente Ernesto Zedillo lo solicitó a la Corte de manera formal.

Durante sus primeros años de ministro, Gudiño Pelayo criticó la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), por considerarla inconstitucional. En un libro titulado El Estado contra sí mismo, Gudiño planteó que el funcionamiento de la CNDH era incompatible con el régimen constitucional, en razón de que era el Poder Judicial Federal el encargado de proteger las garantías constitucionales y no la comisión.

Sin embargo, cuando el pleno de la Corte analizó la facultad que reclamaba la CNDH para requerir a la Procuraduría General de la República (PGR) información sobre averiguaciones previas en curso, Gudiño formó parte de la minoría que apoyó la petición del ombudsman.

Posteriormente, el voto del ministro fue fundamental para que la Corte avalara, en marzo de 2009, la constitucionalidad de la despenalización del aborto en el Distrito Federal.

Su razonamiento jurídico fue clave para lograr que los ministros que estaban reacios a aceptar el aborto, por razones de protección al derecho a la vida, avalaran la reforma capitalina.

Sostuvo que, más allá de diversas interpretaciones, la Corte tenía que respetar la facultad de las entidades del país para determinar la forma de sancionar o no los delitos del orden común, como era el caso de la interrupción del embarazo.

Gudiño mantuvo una postura similar en el caso de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que estas parejas puedan adoptar en la capital.

Como presidente de la primera sala, Gudiño Pelayo apoyó la liberación de los indígenas presos por la matanza de Acteal, con el argumento de que había sido violado el debido proceso de los acusados, en razón de que la PGR les fabricó pruebas y culpabilidades.

En esa misma línea apoyó la liberación de los presos de San Salvador Atenco, aunque en el caso de Ignacio del Valle Espinosa, Felipe Álvarez Medina y Héctor Galindo, presos en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, se opuso a concederles el amparo liso y llano, por considerar que eran responsables del delito de secuestro equiparado.

La SCJN informó en un comunicado que Gudiño había formado parte de la Comisión de Receso de la Corte durante el periodo vacacional de verano y que, por ello, se encontraba de descanso en Londres al momento de su muerte.

Fuentes oficiales indicaron que el ministro murió en el hotel en que se hospedaba –no dieron a conocer el nombre– y que el cuerpo será trasladado a México después de la necropsia de ley, que se realizará en la capital londinense. Hasta el momento se desconoce cuándo regresarán sus restos al país y la fecha en que se realizará un homenaje de cuerpo presente en la sede de la Suprema Corte.

Corresponde al Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, enviar al Senado una terna de candidatos a ocupar el cargo que quedó vacante en la SCJN. Se prevé que la designación del sucesor sea por un periodo de 15 años, y no por los cinco que le quedaban como integrante del máximo tribunal.

Gudiño inició su trayectoria laboral en el Poder Judicial de la Federación como secretario de estudio y cuenta de la SCJN; fue juez de distrito en Hermosillo, Tampico y Mexicali, así como magistrado de circuito en el segundo tribunal colegiado del séptimo circuito con residencia en Veracruz, Veracruz; en el primer tribunal colegiado en materia civil del tercer circuito con residencia en Guadalajara, Jalisco, y ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la primera generación que fue producto de la reforma constitucional de 1994.

Al cierre de esta edición, el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, expresó por medio de un boletín de prensa sus más sentidas condolencias por el fallecimiento del ministro de la Corte José de Jesús Gudiño Pelayo.