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Hubo también un mensaje electoral: respaldo a demócratas ante el avance del Tea Party

Marchan en Washington decenas de miles en demanda de empleo, educación, justicia y paz
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Activistas se congregan frente al monumento a Abraham Lincoln para exigir al gobierno que rescató a los ricos que ahora lo haga con los trabajadoresFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 3 de octubre de 2010, p. 31

Nueva York, 2 de octubre. Decenas de miles de personas convocadas por cientos de organizaciones sindicales, de derechos civiles, inmigrantes, ambientalistas, antiguerra y religiosas se congregaron hoy en Washington en demanda de empleo, justicia, educación y paz, retomando el mensaje que ofreció en ese mismo sitio el reverendo Martín Luther King hace 47 años.

Un mosaico de maestros, predicadores, promotores de lo verde, estudiantes, trabajadores de servicio y del sector automotriz, activistas antiguerra, se citaron frente al monumento a Lincoln donde, como dijo el reverendo Jesse Jackson, se expresan muchos idiomas pero un sólo mensaje, que fue la demanda de empleos sustentables con salarios dignos, cumplir con el derecho básico de acceso a una educación de alto nivel y justicia para inmigrantes, el movimiento lesbico-gay y otras minorías.

Algunos, aunque notablemente no todos, también demandaron el fin de las guerras estadunidenses en Irak, Pakistán y Afganistán.

Pero el mensaje central fue más bien electoral: promover el voto para los demócratas en las elecciones intermedias legislativas programadas para dentro de un mes ante una derecha republicana –estimulada por el movimiento ultraderechista Tea Party– que amenaza con conquistar la mayoría en el Congreso, lo que frenaría la agenda de cambio que llevó a Barack Obama y a los demócratas al triunfo hace dos años.

De hecho, la coalición de casi 400 organizaciones que convocaron a la manifestación, llamada Una Nación Trabajando Juntos (www.onenationworkingtogether.org), funciona en cierta manera como bases de los demócratas, aunque sus miembros representan una amplia gama de intereses y posiciones, algunas liberales, otras más progresistas y hasta críticas del liderazgo demócrata.

Sin embargo, todos denunciaron el mensaje de división, odio y discriminación que fomentan sectores derechistas pro republicanos y llamaron por la unidad de la diversidad de esta base para confrontarlos, bajo la consigna de una nación en solidaridad que busca reclamar el sueño americano para todos.

Empleo, justicia y educación para todos debe permanecer como la prioridad de la agenda nacional, afirmó Benjamin Jealous, presidente de la organización de derechos civiles afroestadunidense más antigua del país, la NAACP. Tenemos que girar el país hacia la esperanza y dejar atrás el odio. Trabajemos para dejar de invertir en el uno por ciento más rico y mejor invertir en escuelas y empleo para el otro 99 por ciento, indicó.

El reverendo Jackson subrayó la prioridad del empleo como eje de la agenda, ya que con eso llega la dignidad, y que hoy día estamos batallando para estar en el lado correcto de la historia en la lucha por la justicia. Nuestro carácter está a prueba, dijo, y pidió el fin de las guerras y que esos gastos se inviertan en generar empleo en casa, como dejar de subsidiar la riqueza e inducir la pobreza.

Subrayó, regresando al triunfo del movimiento de derechos civiles de los años 60, del cual formó parte, que hoy día estamos libres, pero desiguales, y aseguró que aunque la noche está oscura, un amanecer está por llegar. Convocó a todos los presentes a votar y recordó que Martin Luther King y Nelson Mandela, entre otros, se sacrificaron para obtener ese voto.

Líderes del magisterio como Dennis van Roekel, del gremio NEA, con 3.2 millones de miembros, y los sindicatos automotriz (UAW), de maquinistas, de servicios SEIU y la central obrera AFL-CIO, promovieron la acción junto con líderes comunitarios y organizaciones latinas como LULAC y el Consejo Nacional de la Raza, asiáticas e inmigrantes como el movimiento gay, agrupaciones estudiantiles y de religiosos cristianos, judíos, musulmanes y católicos, y ambientalistas del Sierra Club, todos los cuales se hicieron eco de estas demandas a lo largo de cuatro horas de un día asoleado bajo la sombra de Lincoln y la memoria de la gran marcha hacia Washington encabezada por King en 1963.

Algunos insistieron que esta manifestación es sólo la continuación de ese mismo movimiento. El representante federal Luis Gutiérrez subrayó que la lucha latina y de los derechos por los inmigrantes es la continuación de la lucha por los derechos civiles de la década de los años 60.

También agrupaciones antiguerra, como Veteranos de Irak Contra la Guerra y Código Rosa, entre otros, se sumaron, y algunos criticaron que Obama no ha cumplido su promesa de terminar las aventuras bélicas en Irak y Afganistán. Demandando el cambio por el cual votamos decía una pancarta, que expresaba la frustración que sienten amplios sectores de votantes que se entusiasmaron con el mensaje electoral de Obama y que sienten que el ahora presidente aún no ha cumplido.

El líder afroestadunidense Al Sharpton provocó una ovación cuando declaró que necesitamos que Estados Unidos aborde ya el asunto del empleo. Rescatamos a los bancos, rescatamos a las aseguradoras y ahora es hora de rescatar al pueblo estadunidense.

Wendell Pierce, un actor de la famosa serie The Wire, instó a los miles de asistentes a salir del evento con una gran insatisfacción. Estemos insatisfechos hasta que aquellos que viven en las afueras de la esperanza sean integrados al centro de la seguridad cotidiana.

Un exponente de poesía hablada, Beau Sia, tal vez fue el más articulado de los oradores, cuando en verso criticó las políticas de educación que sólo se limitan a exámenes y que no responden a su demanda de ser parte de mi futuro, y algo mas allá de una carrera, sino enseñar la existencia de un nuevo futuro. Todo acabó con algo que seguramente hubiera sorprendido a Lincoln y tal vez a King: George Clinton, el rey del funk, terminó el acto interpretando con su banda We’ve got the funk.