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Integrante del comité organizador subraya la máxima presencia de América Latina

La Feria de Frankfurt deviene delirio, laberinto borgiano y universo inabarcable

Por primera vez se presentan Uruguay y Paraguay; México mantiene su constancia, dice Dieter Schmidt a La Jornada

Esperamos unos 300 mil visitantes en el encuentro editorial

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En la Feria del Libro de Frankfurt, entre una gran sala y la siguiente, saliendo del galerón donde están las editoriales europeas, una novedad: masaje para los libronautasFoto Pablo Espinosa
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Periódico La Jornada
Sábado 9 de octubre de 2010, p. 4

Frankfurt, 8 de octubre. La presencia latinoamericana en la Feria de Frankfurt es la más grande en toda la historia de este encuentro anual, informa a La Jornada Dieter Schmidt, integrante del comité organizador y responsable de la invitación, montaje y actividades de los participantes de esa región.

Además de que Argentina es el invitado de honor, añade Schmidt, se presentan aquí por vez primera Uruguay y Paraguay. México mantiene su constancia y la enfatiza con la designación de Alemania como invitado de honor en la inminente Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Brasil será el invitado en Frankfurt, en 2013.

El pabellón más grande, 2 mil 500 metros cuadrados del total de 172 mil de toda la feria, lo ocupa Argentina.

Viajaron 60 escritores de ese país, encabezados por Luisa Valenzuela y Juan Gelman. Daniel Barenboim y Rodolfo Mederos ofrecieron un recital de gala con tangos. Se invirtieron 720 mil dólares para traducir 218 obras de autores argentinos a 31 idiomas y se montó una docena de exposiciones de artistas de Argentina.

Islandia, país invitado en 2011

El domingo, cuando concluya la feria, Argentina entregará la estafeta a Islandia, país invitado principal para 2011. El nombre del invitado de honor para 2012, acota Dieter Schmidt, es una sorpresa. Se sabe, en cambio, que en 2013 será Brasil y en 2014 Finlandia.

En el siglo XV ya había ferias de libro en Frankfurt, presume Schmidt. En 1949, después de la Segunda Guerra Mundial –añade– 150 expositores de Alemania y Austria organizaron la primera gran feria del libro de la historia moderna y en los años 70 del siglo pasado empezó la era internacional. Fue en 1977 cuando América Latina fue el invitado de honor: “fue la era del boom de la literatura latinoamericana y tambien la de las dictaduras en el continente, así como las grandes transformaciones sociales”.

Este año, sopesa el integrante del comité organizador de la Feria de Frankfurt, esperamos unos 300 mil visitantes, 180 mil de ellos son profesionales del libro y este fin de semana se abrirá la entrada al público, cuya cantidad estimamos en 120 mil.

En 20 años de vivir la Feria de Frankfurt como uno de sus organizadores, se asombra Dieter Schmidt, hay lugares, puntos, territorios enteros que no he podido conocer y que sé que no conoceré jamás. Es imposible, aun si uno dedica todas las horas en las que está abierta la feria estos cinco dias, recorrerla en su totalidad.

El visitante, en efecto, se encuentra inmerso, mapa en mano, en un universo inabarcable.

Atónito, el libronauta se ubica en el croquis dibujado en perspectiva arquitectónica, divididos los siete pabellones en colores, números y letras, y por azar termina enfrente, sin buscarlo, de un territorio poblado por libros de filosofía. Es menester, entonces, aplicar la pregunta clave de esa rama de la filosofía llamada ontología: ¿ontoi?

Por ejemplo, la sala de prensa está en la zona (sala, nave, galerón, Halle) azul lapizlázuli 6.2; el Pabellón México en la zona roja 5.0, el invitado de honor, Argentina, está en la zona cobalto F.1; la fabulosa zona dedicada a los libros para niños está en el territorio magenta 3.1 y junto, en el 3.0, la perdición de adolescentes tumbados en curiosos tapetes-sofás-reclinatorios, disfrutando del anime, manga, el fascinante mundo de los comics, porque además de los libros están los mismísimos personajes, así sea en peluche, plástico o mero cartonpiedra.

Y así, donde hay libros de cocina encontramos sartenes; si libros de vinos, pues desde luego copas, sommeliers, degustaciones; ¿de jardinería?: faltaba más, aquí tiene su regaderita de plástico en colores restriégame la retina, su manguerita con la condición de que si es bombero no pise la del compañero, y desde luego su plantita.

No hace falta que pregunten: sexología, autoayuda (¿no es lo mismo?), esoterismo, religiones, calendarios, chucherías, abundan. ¿Disculpe joven, dónde queda la sección de chucherías? La respuesta, como está en alemán, se puede traducir como uno quiera: Keine Anhung (ni puta idea, aunque en el original sólo son dos palabras: ni, y la otra)

Entonces el sustantivo libro se convierte en verbo y se conjuga en los idiomas conocidos y también en los impronunciables. Buch en alemán, libro en español, book en inglés (pollito chicken, gallina hen, Feria del Libro y Frankfurt de Main), livre en francés.

El livre os hará liebres. To livre or let die. Liebes. Meine liebe libro. Mein legible Leben. Livre como el viento. Librarium, opiarium. El libro es el apio de los pueblos gastronómicos, el opio de los apicultores. El libro es el lobo del hombre. Homo homini lupus. El libro es el lúpulo de la cerveza. Libris, habitáculo de las certezas. Errare librarium est.

Torre de Babel. Glosolalia de papel. El Philleas Fogg de Julio Verne, el Ulises de Homero (el griego, no el otro), el Robinson Crusoe de Daniel Defoe, el Leopold Bloom de Joyce (what a joy! sssss) y Alexander von Humboldt recorren la feria en 80 días, 24 horas, un viernes, una expedición nada punitiva, y se encuentran, en el trance de un módulo a otro, hablando entre sí con frases compuestas con palabras de distintos idiomas a manera de rompecabezas joyceano.

Masaje reparador

Todos los idiomas suenan al mismo tiempo aquí, convertida la Feria de Frankfurt en laberinto borgiano, cartesiano, casa de citas. Porque aquí todo es cita citable y los gafetes de prensa pueden así lucir nombres imposibles en un reportero: Tom Wolfe Baudelaire, Helen Alien Poe, Gunther Grass Chejov, Franz Panchito K., y sus variantes: Don Miguel de Unámonos, o la célebre pareja de reporteros germanófilos: Ortega und Gasset, o el par de periodistas deportivos y al mismo tiempo dramaturgos y pintores: Tenis y Williams, y ya que hablamos de pintores, el célebre compositor salsero don Vincent Bongó. Y claro, el fotógrafo Kodak, extraído de entre los Tres Tristes Tigres del niño eterno don Cabrera Infante.

Delirio, es lo que cunde entre pasillos en este laberinto interminable, en esta prueba de resistencia física antes que intelectual y cultural.

Adrenalina y tinta: a plena mitad de la feria, que por los muchos libros y personas y pasillos uno podría jurar que es el clásico in the middle of the nothingness, muchos ya no pueden ni con su alma, ni con su libro bajo el brazo, caminar la feria del libro es tarea de titanes, un deporte de alto riesgo. Una prueba de resistencia física e intelectual donde no por mucho caminar se redacta más temprano. Pero hete aquí que la feria se perfecciona con los años: la novedad ahora es que saliendo de la Halle 5.1, donde están las editorials europeas, uno se encuentra una hilera de sillas con apuestos caballeros y hermosas damitas que, ¡lo que nadie se esperaba, pero todos anhelaban!: ¡un masaje!

¡En medio de la feria está el masaje!

Un reparador, profesional, delicioso masajito de la cintura al cráneo, aunque muchos dicen que sería mejor en piernas y pies, estos esbeltos muchachos de negro devuelven el alma, el cerebro y el aliento (en ese orden) a los exhaustos libronautas, por la increíble cantidad de lo que usted quiera, es decir: según el sapo es la pedrada, o mejor: bola de nervios apaciguada, desenchufe de neuronas alborotadas, neurosis apagada, es pagada en la cantidad que el masajeado considere conveniente. Lo que los antiguos agentes de tránsito mexicanos formulaban siguiendo los postulados de Heidegger: ái se lo dejo a su criterio, pero aquí dicho en alemán gentil, protocolario.

De manera que McLuhan también anda perdido en el laberinto de la Feria de Frankurt: El medio es el mensaje. Den Mittel ist den Botschaft. Media is message. Moyen c’est le message.

En el medio está el masaje.