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Rescate de mineros en Chile
¡Misión cumplida!

Luis Urzúa, el último en ser rescatado, salió del yacimiento a las 21:54 horas de ayer

Nos han dado una lección de esperanza y compañerismo, le dijo el presidente Piñera

El mandatario chileno se compromete a proteger a todos los trabajadores: habrá un nuevo trato

Desde el fondo del socavón, los rescatistas envían mensaje a todo el pueblo chileno

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Los 33 mineros rescatados en la mina San Juan. Primera fila: Álex Vega Salazar, Ariel Ticona Yáñez, Carlos Andrés Bugueno Alfaro, Carlos Barrios Contreras, Carlos Mamani Solís, Claudio Antonio Acuña Cortés, Claudio David Yáñez Lagos, Daniel Esteban Herrera Campos, Darío Antonio Segovia Rojas, Edison Fernando Peña Villarroel y Esteban Alfonso Rojas Carrizo. Segunda: Florencio Antonio Ávalos Silva, Franklin Lobos Ramírez, Jimmy Sánchez Lagues, Jorge Hernán Galleguillos, Jorge Ricardo Ojeda Vidal, José Samuel Henríquez González, Juan Andrés Illanes Palma, Juan Carlos Aguilar Gaete, Luis Alberto Urzúa, Mario Nicolás Gómez Heredia y Mario Sepúlveda Espina. Tercera fila: Omar Orlando Reygada Rojas, Osmán Isidro Araya Acuña, Pablo Amadeos Rojas Villacorta, Pedro Cortez, Raíl Enríquez Bustos Ibáñez, Renán Anselmo Ávalos Silva, Richard Reinaldo Villarroel Godoy, Samuel Dionisio Ávalos Acuña, Víctor Antonio Segovia Rojas, Víctor Hermógenes Zamora Bugueño y Johny Barrios RojasFoto Ap
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En imagen captada de un video, Luis Urzúa, el último de los 33 mineros atrapados en la mina San José, empieza el ascenso a bordo de la cápsula Fénix para llegar a la superficieFoto Reuters
Corresponsal y agencias
Periódico La Jornada
Jueves 14 de octubre de 2010, p. 4

Santiago, 13 de octubre. Luis Urzúa, de 54 años, topógrafo y jefe de turno, emergió a la superficie a las 21:54 horas. Fue el minero número 33 y último en ser rescatado, con lo que concluyó el espectacular e histórico salvamento que se llevó 22 horas y media, y marcó el final exitoso de la odisea de los mineros que, tras un derrumbe ocurrido el pasado 5 de agosto, quedaron atrapados a 622 metros de profundidad en la mina San José, en el desierto de Atacama, del norte de Chile.

El júbilo volvió a estallar entre los cientos de familiares que aguardaban. ¡Misión cumplida, Chile!, expresaron en una pancarta, desde el fondo del yacimiento, los seis rescatistas que también se disponían a salir.

El rescate de los 33 de Atacama finalizó sin contratiempos al cabo de 69 días, en un proceso que duró 22 horas y media, mucho antes de lo previsto por las autoridades.

En seguida, rescatistas, autoridades y mineros entonaron el himno nacional. La alegría se extendió a la cercana ciudad de Copiapó y a todo Chile.

A las 21:57 (dos horas más que en México), Urzúa salió de la cápsula Fénix, en una imagen que se pudo apreciar en una pantalla gigante ubicada en la plaza central de Copiapó, que fue transmitida a todo el país y el mundo. Uno de sus hijos lo abrazó.

Urzúa, quien llevaba pocas semanas en la mina de oro y cobre siniestrada, se convirtió en líder natural del grupo por su experiencia de 31 años en faenas mineras y por sus conocimientos en topografía. Tras su ascenso desde el fondo de la mina fue recibido por el presidente Sebastián Piñera, quien le dio un fuerte abrazo y le dijo que fue un buen jefe.

El trabajador agradeció las labores que realizó el gobierno para rescatarlos y le dijo al mandatario que ojalá no vuelva a ocurrir un caso similar. Explicó que logró que sus hombres comieran sólo dos cucharadas de atún cada 48 horas cuando aún no tenían contacto con la superficie en las primeras semanas de la tragedia.

Esta noche, Piñera, a quien Urzúa entregó en forma simbólica el turno laboral, se mostró emocionado por el éxito del rescate que liberó a los 33 mineros del yacimiento San José, y resaltó que los 33 trabajadores han enseñado una lección de esperanza y compañerismo.

El mandatario reiteró sus agradecimientos a las familias de los mineros, a los cientos de rescatistas que participaron de la Operación San Lorenzo y a los jefes de Estado que enviaron saludos.

Se comprometió a proteger a todos los trabajadores, con la esperanza de anunciar en pocos días un nuevo trato con ellos, y advirtió que esto no va a quedar impune, porque quienes hayan tenido responsabilidad por el accidente tendrán que asumirla.

El rescate costó entre 10 y 20 millones de dólares; la tercera parte fue financiada por donaciones privadas, y las otras dos las asumió el Estado, dijo el mandatario en declaraciones a la cadena de televisión TVN.

Cada peso valió la pena, cada peso se gastó bien para poder rescatar a los 33 mineros, concluyó.

Uno de los momentos dramáticos de esta tarde fue cuando emergió Johny Barrios, de 50 años, quien por sus conocimientos de enfermería elaboró informes médicos de los atrapados y los vacunó contra varias enfermedades. Sus compañeros lo llamaron El Médico, y fue el número 21 en ser rescatado en punto de las 16:33 horas.

Su salida fue precedida por un escándalo. En la boca del ducto estaba, por petición suya, su amante Susana Valenzuela, lo que motivó la ausencia de su esposa. Ambas mujeres reclamaron ser su pareja después de que los mineros fueron descubiertos con vida e incluso ellas protagonizaron una disputa a golpes en el campamento Esperanza. Johny y Susana se estrecharon en un romántico beso.

En el hospital de Copiapó, a Mario Sepúlveda, el segundo en ser rescatado, se le diagnosticó silicosis, enfermedad típica de los mineros, al igual que a Mario Gómez, de 63 años, el más viejo de los trabajadores, quien fue encontrado un poco débil, dijo una fuente médica.

Estos son los casos más complicados del grupo, además de otro que presenta una neumonía aguda; a dos más se les realizará cirugía dental.

En el campamento Esperanza, fuera del yacimiento San José, se congregaron miles de personas –socorristas, periodistas y familiares de mineros– que se preparaban para desmantelarlo. Nadie podrá olvidar lo que se vivió allí tras más de dos meses de angustiante espera.

Allí ocurrió un milagro, aseguró el alcalde Maglio Cicardini. El milagro del rescate, el milagro de dar a conocer a Copiapó, un nombre que en quechua significa Copa de oro.