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Terry Gilliam habló en el festival de Morelia sobre su proyecto El Quijote de La Mancha,

Quería conocer México, no como me lo ha contado la televisión

“En Inglaterra me preguntaron: qué hay del narco; les respondí que igual de asqueroso y corrupto que el de allá”, comenta el realizador y miembro de la compañía Monty Python

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El cineasta en el encuentro michoacanoFoto Iván Sánchez/ La Jornada Michoacán
Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 18 de octubre de 2010, p. a10

Morelia 17 de octubre. Dando unos pasos de baile, el cineasta Terry Gilliam llegó a la conferencia de prensa en el Festival Internacional de Cine de Morelia. El realizador es el invitado de honor del certamen, en el cual se proyecta toda su filmografía.

Gilliam tomó una lata de Coca-Cola Zero y dijo: Espero que esto no les guste mucho a los mexicanos porque sólo sirve para que se pudran los dientes. Después afirmó: “Quería conocer México, no como me lo ha contado la televisión; ahora que estoy aquí siento una energía única… En Inglaterra me preguntaron qué hay del narco en México, cuando se enteraron de que venía. Les respondí: es igual de asqueroso y corrupto que el de Inglaterra. Creo que existe la misma violencia aquí que allá; tenemos los mismos problemas”.

A Terence Vance Gilliam no le gusta que lo llamen por su nombre de pila ni que le hablen de su nacionalidad. Nació en Minnesota en 1940 y le agrada más pasar por ciudadano inglés: fue el único extranjero en la irreverente y humorística compañía británica Monty Python desde su fundación, en 1969; incluso filmó los documentales de la agrupación y el serial Monty Python Flying Circus.

Mis proyectos son como gestar un elefante

Después de varias invitaciones ahora Gilliam está en tierras michoacanas. Tomó aire, echó para atrás el cuerpo y sonrió, para luego hablar de su proyecto El Quijote de la Mancha: “Todos mis proyectos son como gestar un elefante. El Quijote... es un proceso, incluso ahora mismo deberíamos estarlo filmando… no hay condiciones viables para hacer la película. Lo importante de éste radica en la relevancia de un hombre que se reinventa, por eso estoy interesado en hacerlo. El Quijote vive en la realidad del soñador: es una historia poderosa que no se limita a la realidad,  pero constantemente la reinventa; su relación con Sancho Panza es entre el soñador y el realista… Cualquier artista se debe sentir atraído por ese personaje y creo que el espíritu de este caballero estará en la película; además Cervantes está muerto y no se va a enterar de lo que haga”.

Su sonrisa permeó el auditorio. Gilliam soltó: Creo que los festivales son la mejor opción para ver cinematografía mundial; en Inglaterra también la cartelera está dominada por los estrenos de Hollywood y una o dos veces al año se estrena algún filme francés o italiano. Es bueno estar en festivales para saber lo que pasa en el cine mundial.

El realizador agregó: “Ahora que conozco México tengo un plan secreto: hacer una película aquí. Incluso algunas partes de El Quijote... podrían filmarse en Guanajuato… lo que pasa es que en Europa no entienden muchas cosas de México, como el Día de Muertos, que en el mundo anglosajón no se valora e incluso causa miedo. A mí, de entrada, me impactó la arquitectura”.

En la filmografía de Terence Vance Gilliam figuran: Monty Python and the Holy Grail (1975); Jabberwocky, recurriendo a un poema de Lewis Carroll como fuente de inspiración, con la que deja en claro su afición a hacer constantes referencias a la literatura, la música, la poesía, la pintura y el cine mismo; continuó con La vida de Brian (1979), Bandidos del tiempo (1981), El sentido de la vida (Monty Python’s Meaning of Life, 1983); pero el reconocimiento le llegó con Brazil, en 1985, y se consagró con Las aventuras del Baron Munchausen (1988).

Hollywood se rindió a sus pies con la cinta El pescador de ilusiones (1991), que hizo con su amigo Robin Williams; Doce monos (1995), con Bruce Willis y Brad Pitt, y Miedo y asco en Las Vegas (1998), adaptación de la novela homónima de Hunter S. Thompson, que es su trabajo más arbitrario, desternillante e inclasificable. Sobre este trabajo dijo: Fue difícil hacerlo con Hunter S. Thompson frente a mí mirándome.

Sus trabajos más recientes son Los hermanos Grimm (2005), Tideland (2005), el El mundo imaginario del Dr. Parnassus (2009) y el documental En un lugar de la Mancha, en el que aborda los problemas que ha tenido para filmar El Quijote...

Cuando se le preguntó su opinión acerca de Heath Ledger, Gilliam expresó: Era extraordinario, tenía cualidades únicas.

Agregó: “Siempre me he salido con la mía. Nunca veo mis películas; paso tanto tiempo con ellas que cuando las termino les digo que me dejen en paz, que no quiero saber nada de ellas. Hace un mes volví a ver Brazil y me di cuenta de que ése no era yo, que cualquiera que la haya hecho era un maestro”.

Gilliam se reconoce como soñador irreductible, filósofo y pieza indispensable del cine contemporáneo. “Creo que la mayoría de los cineastas en el mundo se han conformado, han repetido temáticas y se han vuelto más transparentes. Muchos se la pasan copiando películas y las hacen más entretenidas, eso sí. Así que recomiendo que no hagan películas a menos que no tengan otra cosa que hacer… En una película puedes decir así es la realidad o puedes transformarla; ser un espejo constante de reflexión, no como la cuentan los medios de comunicación. Podemos aceptar el mundo o ver cómo flota o jalarlo hacia abajo”.