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Ver día anteriorDomingo 24 de octubre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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A la mitad del foro

En el amarrar está el gane

E

n el palenque cada partido trae su gallo. Y los ponen a simular pelea con una moña, un gallito sin navaja, puesto nada más para calentar a los que sí les van a amarrar navajas en los espolones y soltar, a tiempo y con pulso firme, una vez que el juez presente a los partidos, convoque a hacer las apuestas y proceda con el llamado ritual: ¡Cierren las puertas! Hoy cualquiera es bueno en corral propio o ajeno. Y se adelantan los tiempos; se anuncia la pelea del giro y el colorado de los partidos enfrentados, confrontados. Por eso, en el palenque y en la política, les dicen partidos. Hagan su juego, señores.

Ya se dio el banderazo de salida para el 2012, dijo el consejero del IFE Marcos Gómez, único que votó en contra de declarar infundada la queja del PAN contra Andrés Manuel López Obrador y el PT por presuntos actos anticipados de campaña. Valga lo de banderazo metafórico; sean gallos en el palenque, sean caballos en carrera parejera, como la que concluyó con el grito de la Chona Guzmán: ¡Anda y vete, desgraciado; vete a robar a tu tierra!

Cuando de gallos se trata, en el amarrador está el gane. ¿Se imagina usted al partido de López Obrador confiado si el amarrador de las navajas de su gallo fuera Manuel Camacho? ¿O al de Marcelo Ebrard seguro de que el suyo va a ganar a pasagallo, si el amarre estuviera en manos de doña Rosario Ibarra? Ya no digamos de René Bejarano, operador y apostador con otras delicadas funciones a su cargo. Ha de ser de su partido. Por eso el rechazo firme a la alianza del PRD y el PAN en el estado de México. Y en la grande, la de 2012: alianza propuesta por los que todavía creen en los tapados o en el juego de la gallina ciega. O de las sillas musicales, con polkos y pelados atentos al súbito silencio y educadamente dispuestos a dejar la silla, la mera silla, diría Eufemio Zapata, a uno de los rítmicos participantes.

Apenas estamos ante el prólogo en la elección de gobernador en la entidad con más votantes, con más de 10 millones de ciudadanos registrados, con credencial del IFE y la participación más elevada del ingreso federal para el gasto público estatal. Y no hay partido que haya tomado partido. Marcelo Ebrard se suma al recorrido de López Obrador. Coinciden en señalar al enemigo a vencer: el PRI de antaño; el retorno de los brujos de Salinas; impedir a toda costa que Enrique Peña Nieto sea el gallo en el palenque en la pelea estelar de 2012.

Y si se quedarán solos, ¿cómo iban a resolver la pelea entre ambos? Sin amarradores, sin soltadores, sin navajas, sin apostadores en espera de que el juez proclame: ¡Este ganó y esta perdió! ¿No hay quién reclame?: ¡Abran las puertas! A la hora del recuento de votos y la declaratoria de vencedor en la elección, a nadie le importa quién de los dos era el mejor posicionado. No hay pelea entre ellos, dicen. Pero López Obrador los ha llamado traidores y ha declarado en las plazas públicas del país entero que los de arriba del PRD ya entregaron la plaza y se pusieron al servicio del PAN, del espurio que les robó la Presidencia en 2006. Los de afuera vienen a alborotar y se van, ha dicho Enrique Peña Nieto.

Pero el PT ya declaró que es del partido de López Obrador y Convergencia ya tiene candidato a gobernador del estado de México: el diputado Alejandro Gertz Manero, de la bancada de Convergencia, pero confeso diputado ciudadano (no hay de otros, es requisito primordial serlo), quien acepta pero reclama el derecho ciudadano a formular programa político aceptado por los que no van con el PRD. Grande y omnívora es la democracia sin adjetivos y partidos sin objetivos.

Pero en el ancho y amargo mundo exterior al de los partidos que no toman partido, la realidad impone su apabullante presencia y en el mundo de las ideas se generan corrientes, se reanima la memoria, se conjugan los verbos prevenir y programar, se dan afortunadas coincidencias. Así sean conmemoraciones fúnebres: el mismo día se conmemoran las muertes de Plutarco Elías Calles y de Lázaro Cárdenas. Y en estos días perdió el mundo al gran historiador Friedrich Katz, quien, nos recuerda Tanalís Padilla en La Jornada: frecuentemente expresó su admiración por al carácter vivo que seguía teniendo la Revolución en el presente mexicano. Y hay que recordar aquí la sobresaliente paradoja que hace poco nos hiciera notar Katz:

Las clases dominantes, hacendados, aristocracia pulquera, los derrotados del porfiriato no fueron perseguidos ni llevados al cadalso por los revolucionarios; y los vencedores de la Revolución, Madero, Carranza, Zapata, Villa, Obregón, entre muchos otros, fueron asesinados. Cárdenas envió a Calles al ostracismo. Se acabó el maximato y se acabó la fiesta de las balas. Hay que leer a Katz y saber lo que festejamos este centenario. En el Monumento a la Revolución, Cuauhtémoc Cárdenas recordó los logros de quienes hicieron la Revolución, destacadamente Lázaro Cárdenas. Llamó a crear un frente progresista para impulsar una política social de Estado, seguridad social universal, restaurar derechos laborales y democratizar el sindicalismo; empleo y un mundo estable de trabajo; educación, educación, educación. No se propuso gallo para ese partido. Pero no estará alejado del palenque. Porque no basta postular la desaparición del PRI, si ha de ser de la mano del verdugo de la derecha fascistoide.

381 consejeros del PAN elegirán dirigente nacional el 4 de diciembre próximo. Y se inscriben como si de verdad fueran a un palenque. Irreprochable el método paras elegir al dirigente de un partido que nació para combatir al cardenismo de la revolución social. Brega de eternidad que se redujo a hoy con la llegada de Fox al poder bajo la tutela de los dueños del dinero y la bendición eclesiástica. Ni un ápice va ceder el índice de Felipe Calderón. Cecilia Romero pide el mando sin rubor alguno, por lo que llama haber tropezado con el asesinato colectivo de indocumentados durante su gestión en Migración. El Señor se encargará de separar los buenos de los malos, dijo un medieval antecesor. Francisco Ramírez Acuña ya fue gobernador de Jalisco, secretario de Gobernación y diputado federal: quiere dirigir el PAN y la campaña presidencial de Santiago Creel. Hoy se registra Roberto Gil Zuarth, directamente de Los Pinos, sin asustar a los que han seguido sin sombra de duda al senador Gustavo Madero, corto de ideas y de propuestas: candidato sin tacha de Felipillo santo, el de la guerra sin tregua que recibió en Michoacán al colombiano Álvaro Uribe y a Óscar Arias, de Costa Rica.

Apenas dejó la presidencia Uribe y, dijo Calderón, ya lo extrañamos ... en una América Latina exacerbada, o si ustedes quieren entusiasmada con el retorno y el renuevo del populismo, de la demagogia de la autocracia y de la invencibilidad del crimen. Tal cual. Y en la Patronal escucharon a Óscar Arias, premio Nobel de la Paz, decirles que los estados latinoamericanos son muy débiles porque los ricos no pagan impuestos ... los pobres pagan impuestos para que les sirvan a los ricos que tienen a sus hijos en las mejores universidades.

En San Lázaro, Francisco Rojas hace valer la mayoría. Y los gobernadores imponen la creación de un fondo de ayuda para las regiones víctimas de siniestros naturales. Para enfrentar el desastre político se presenta en Internet Manlio Fabio Beltrones y anuncia que va a recorrer el país entero. Empiezan a tomar partido. Suavecito Manlio Fabio, pero no son tiempos para parecer ebrio de poder y bacanora.