El titular de la Procuraduría General de Justicia de Baja California, Rommel Moreno Manjarrez, adelantó que una de las primeras hipótesis del móvil del ataque a un centro de rehabilitación para adictos en la ciudad de Tijuana, que dejó un saldo de 13 personas asesinadas, es el exterminio entre bandas criminales dedicadas a la compra y venta de drogas al menudeo.

Más tarde, el subprocurador contra la delincuencia organizada de la dependencia, Fermín Gómez, señaló que no se descarta ninguna hipótesis, entre ellas una que podría relacionarse con el decomiso de 134 toneladas de mariguana la semana pasada.

Miembros de corporaciones policiacas municipales y estatales consideraron que el atentado podría ser producto de la disputa que mantienen los cárteles de Sinaloa y Tijuana por el control de la plaza.

En tanto, autoridades de Tijuana identificaron a las 13 personas ejecutadas la noche del domingo en el Centro de Rehabilitación El Camino, AC, ubicado en la colonia Buenos Aires Sur, donde los sicarios los pusieron en fila contra la pared y les dispararon con rifles AK-47.

En el lugar se hallaron los cuerpos de Irineo Godínez García, de 47 años; Antonio Meza Contreras, de 56; Bernabé Álvarez Piceño, de 35; José López Sauceda, de 28; Fabián González Zea, de 19; Juan Daniel Casi Esquer, de 32, y Wilson Ramírez Peña, de 42.

Asimismo, fueron identificados Joaquín García Hernández, de 39 años; Jorge Palacio Goya, de 37; Pedro Villegas, de 30; Juan Roberto Sánchez Ortega, de 30; Édwin Vargas Ávila, de 33, y Salvador Bustos, de 30. Todos se encontraban en proceso de desintoxicación de alcohol y enervantes.

El ataque

La secretaría de seguridad pública de Tijuana dio a conocer que Melquiades Hernández Esparza, encargado del centro, declaró que alrededor de las 20:35 horas del domingo se encontraba en los dormitorios, ubicados en el segundo nivel, en compañía de 10 pacientes cuando escuchó los balazos y esperó ya no oír nada para salir a ver qué sucedía.

Alcanzó a ver que salían del lugar cuatro hombres con pasamontañas y armas largas, quienes huyeron en un vehículo. Otra persona en recuperación comentó que al inicio pensaron que los disparos de arma de fuego provenían de la transmisión del televisor, ya que sus 13 compañeros lo veían en el primer nivel.

Tras el crimen múltiple, en la radiofrecuencia policial se escucharon mensajes de advertencia sobre más asesinatos similares a la masacre de 14 jóvenes en Ciudad Juárez, Chihuahua, y un narcocorrido alusivo a Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa. Lo de Juárez es una probada, y Van a ser 134 (los crímenes, al parecer uno por cada tonelada de mariguana decomisada la semana pasada).

Anoche la Procuraduría General de la República informó que inició una indagatoria sobre la matanza en el centro de rehabilitación de Tijuana.

En un comunicado, la dependencia refirió que la indagatoria se inició para coadyuvar con la Procuraduría General de Justicia de Baja California y las demás autoridades estatales, hasta conseguir el esclarecimiento de los hechos y dar con los responsables de los homicidios.

Por otro lado, entre la noche del domingo y el lunes, autoridades policiacas reportaron la muerte de al menos 22 personas en hechos ligados a la delincuencia: ocho en Chihuahua (incluido un policía municipal de Ciudad Juárez), siete en Guerrero, tres en Baja California, dos en Durango (uno de ellos José Alberto Pardo Saucedo, estudiante del Instituto Tecnológico de Durango), dos en Michoacán, y uno tanto en el estado de México como en Jalisco.

En el municipio de Navolato, Sinaloa, militares detuvieron a siete sujetos armados que los atacaron a balazos al intentar huir. No hubo heridos, y los soldados incautaron un arsenal.

Por otro lado, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, Furmencio Herrera, de 24 años, elemento de la dirección de seguridad ciudadana fue privado de la libertad durante casi dos horas por soldados que le propinaron una golpiza, lo cual le provocó una fractura en el brazo derecho, dijo el padre de la víctima.