Economía
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Se mantendrán bastantes años en EU las bajas tasas de desempeño económico: Carstens

Nueva desaceleración en 2011, con crecimiento de 3.2%: BdeM

Es necesario detonar fuentes internas de crecimiento, afirma

Considera riesgosas las depreciaciones competitivas para estimular exportaciones y una mayor desaceleración mundial

 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de octubre de 2010, p. 30

La economía mexicana entrará en una nueva fase de desaceleración en 2011, reflejada en una tasa de crecimiento anual de entre 3.2 y 4.2 por ciento, después de alcanzar una expansión de alrededor de 5 por ciento en 2010, pronosticó el Banco de México (BdeM).

Esta desaceleración puede ser más severa en la medida en que el freno a la actividad económica mundial sea mayor, advirtió el gobernador del banco central, Agustín Carstens, quien alertó que las tasas de crecimiento bajas en Estados Unidos se mantendrán por bastantes años, por lo cual se hace necesario detonar fuentes internas de crecimiento, como en la industria de la construcción y la minería.

La economía mundial se desaceleró en el tercer trimestre del año, dijo, mientras en México los indicadores oportunos disponibles sugieren que durante el tercer trimestre del año se observó una moderación ligera en el ritmo de expansión de la economía mexicana. Esto, como resultado tanto de una menor tasa de crecimiento de la demanda externa, como de la falta de consolidación en la recuperación de la interna.

Al presentar el Informe sobre la inflación al tercer trimestre del año, el gobernador del Banco de México planteó que a raíz del panorama menos favorable para la economía mundial, los riesgos a la baja para la economía mexicana se han elevado.

Puntualizó cuatro de estos riesgos: “un crecimiento de la economía estadunidense más moderado; que diversos países del mundo traten de estimular sus exportaciones por medio de ‘depreciaciones competitivas’; la necesidad de diversos países de consolidar sus finanzas públicas (Inglaterra, España y Grecia), y una reversión abrupta de los flujos de capital”.

Agustín Carstens reconoció que sí existe el riesgo de mayor desaceleración de la economía mundial y eso nos podría afectar. Hizo énfasis en el entorno global, donde es elevada la probabilidad de que se desate una serie de devaluaciones competitivas en economías avanzadas, mientras en los países emergentes las monedas se revalúan al influjo de capitales que llegan en busca de elevados rendimientos.

Apuntó: la política monetaria instrumentada en las economías avanzadas ha propiciado un entorno de gran liquidez a nivel global, lo que ha incentivado la búsqueda de mayores rendimientos, la cual ha contribuido ha generar sustanciales entradas de capital a las economías emergentes, la apreciación de sus monedas y presiones al alza en el precio de sus activos, que podrían incluso dar lugar a burbujas.

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El gobernador del Banco de México, Agustín CarstensFoto Marco Peláez

Esto, precisó, dificulta el manejo monetario en las economías emergentes –entre las que se encuentra la mexicana– debido a la revaluación que propicia la entrada de capitales, con efectos desfavorables en la competitividad de sus exportaciones.

Carstens explicó que el temor a una posible salida súbita de esos capitales –llamados golondrinos por esa característica– ha sido una de las razones que ha llevado a las economías receptoras de capital a incrementar su acumulación de reservas internacionales.

En el caso de México, refirió que durante 2010 se ha registrado un significativo ingreso de dólares por un equivalente a 150 mil millones de pesos (unos 11 mil 700 millones de dólares) para comprar bonos de la deuda interna del gobierno federal.

Sin embargo, la interpretación a este fenómeno por el gobernador del banco central fue diferente a la hecha por él mismo para las economías emergentes. En México, afirmó, la entrada de esos capitales –cuyo saldo rebasa los 35 mil millones de dólares– es un tributo a la fortaleza de la economía mexicana.

Destacó la pertinencia de identificar la naturaleza de estos capitales en cuanto al plazo, pero descartó la adopción de medidas que limiten su ingreso. El país necesita capitales y no podemos sacrificar un vehículo efectivo para el largo plazo, por una situación de corto plazo, manifestó.

Por lo que respecta a la llamada guerra de divisas, el gobernador del banco central consideró que una política generalizada entre países, de sustentar la recuperación económica en la demanda externa por medio de tipos de cambio reales depreciados, no representa una solución viable para la economía mundial en conjunto.

En materia de inflación el Banco de México redujo su proyección de crecimiento anual de los precios al consumidor, el cual será de entre 4.25 y 4.75 por ciento en el cuarto trimestre de 2010, y de 3.75 a 4.25 por ciento en el primero de 2011.

En cuanto al empleo, según los registros del Seguro Social, el banco central proyecta que al cierre de este año se habrán creado entre 575 mil y 675 mil empleos, una vez que se resten los despidos que cada año se realizan en diciembre. Para 2011 se estima una generación de entre 500 mil y 600 mil empleos formales, vaticinó.