Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 7 de noviembre de 2010 Num: 818

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Donde la vista nos alcanza
RICARDO VENEGAS entrevista con RICARDO MARÍA GARIBAY

Carpentier, espacio y arte de birlibirloque
ORLANDO ORTIZ

El emigrante
LEANDRO ARELLANO

Tres encuentros con Tolstói

Estambul: el ojo de la abuela
LUIS RAMÍREZ TREJO

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Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
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GERMAINE GÓMEZ HARO

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con Ricardo María Garibay


Ricardo María Garibay. Foto: Roberto Villegas

Donde la vista
nos alcanza

Ricardo Venegas

Antropólogo social y maestro en Desarrollo rural, Ricardo María Garibay ha realizado fotografía etnográfica, paisaje, ecología y desnudo femenino. Es hijo del escritor Ricardo Garibay y heredero de una sensibilidad artística que desembocó en las artes visuales. Ha realizado audiovisuales y videos y numerosas exposiciones individuales y colectivas en casi toda la República, en Texas, Río de Janeiro y Minas Gerais, en Brasil, entre otros países.

–Eres hijo de un gran escritor, tienes una trayectoria en particular como antropólogo y como fotógrafo, ¿cómo vislumbras este acercamiento a la imagen?

–Antes de la antropología estudié pintura en La Esmeralda, después me metí a la Universidad. Estudié antropología, ese origen en la pintura me dio pie a que ya como antropólogo, para ilustrar mis trabajos de campo, utilizara la cámara y por ahí vinculé el origen de la pintura y todo lo que había aprendido para encuadres y para el diseño de un cuadro. Pero para la fotografía etnográfica.

–Te has acercado a temas como el desnudo, la figura humana y el desierto, ¿cuál ha sido el llamado?

–El inicio fue la fotografía etnográfica para ilustrar mis trabajos como antropólogo. De ahí, el siguiente gran tema, digamos, fue el paisaje. Todo lo que trabajé como antropólogo trataba sobre el manejo de recursos naturales, ecología, medio ambiente, desde hace veinticinco años, antes de que se pusiera de moda. Y de estas formas del paisaje después hubo la tercera derivación hacia el tema del desnudo femenino, tratando de hacer una similitud entre el paisaje natural y las formas del cuerpo femenino que semejan paisajes. Y por ahí fue esa tercera vía, digamos, de temas que he trabajado, como el desnudo.

–¿Qué implicaciones ha tenido tu desempeño como artista visual? ¿Ha influido el que tu padre haya sido escritor, que también haya estado cerca del mundo del arte?

–Seguramente sí, lo más probable es que sí. No directa, muy de manera indirecta. Él no fue muy insistente en que uno u otro de los hijos se dedicara a cuestiones artísticas. Pero sí, en la casa se vivía un clima con mucha vida cultural, había artistas que eran invitados a la casa, a las reuniones, pues fue un clima que permitió que de alguna manera estuviera presente la parte artística y a mí me dio por este lado de la fotografía.


Foto: Ricardo María Garibay

–¿Y la infancia? ¿Cómo percibías el mundo del arte en aquellos ayeres?

–Muy intuitivo, nada reflexivo. Nada orientado específicamente para darme o darles al resto de los hermanos una formación artística explícita. Se vivió de manera muy secundaria el ámbito cultural. En la derivación o el origen seguramente apunté más hacia el lado de la antropología porque tenía lazos con el campo mexicano, el abuelo por parte de mi madre, mi abuelo materno, era agricultor, y eso propiciaba que todos los nietos nos fuéramos en las vacaciones a su rancho y conviviéramos con las gentes del pueblo, de ahí el vínculo con las formas rurales campesinas, y después la liga con la fotografía, la fotografía etnográfica y esa liga con la fotografía del paisaje; ésa me llevó a la tercera liga y al gran tema que es el cuerpo femenino como formas que semejan paisajes naturales.

–Con toda esta bitácora en tu trayectoria, ¿qué sigue, Ricardo?

–Hice un alto en el camino porque he experimentado en la fotografía etnográfica. Dejé de hacerla mucho a partir del movimiento zapatista, en donde todo mundo empezó a tomar fotos de indígenas y era ya el tema obligado. De ahí el salto a la fotografía de paisaje; en el desnudo realicé la publicación de un libro en coordinación con la Universidad de Morelos, en donde puse las tres vertientes de la fotografía de desnudo y ahí me agoté, hasta ahora. Estoy buscando una nueva línea de trabajo justamente, haciendo alusión a tu pregunta, para ver qué sigue. Al respecto hay varias ideas. Estoy experimentando, pero todavía no puedo saber exactamente qué es lo que sigue. Lo que sí sé es que no puedo seguir repitiendo lo mismo. Tengo que encontrar un nuevo tema o una nueva vertiente dentro de estos temas, pero no me quiero repetir.

–Pensando en la fotografía en México, ¿cuál es tu balance?

–Siempre ha sido muy importante la fotografía mexicana en el mundo. Siempre ha sido una tradición. Los fotógrafos mexicanos, desde los de plaza de pueblo hasta los hermanos Casasola, los hermanos Mayo, toda la fotografía en México ha sido importante y ha tenido repercusiones en todo el mundo. Es una forma de fotografía muy identificada con lo mexicano y hay continuidad de la tradición; el medio fotográfico está conformado por jóvenes fotógrafos que ya no son los improvisados de antes, o que éramos; son jóvenes que estudian, que se están formando en torno a la fotografía con todos los riesgos que esto implica. Así como quienes estudian literatura (antes la gente se hacía literato en la práctica). Ahora eso se estudia. Igual en la fotografía, antes se hacía un fotógrafo en la práctica y ahora se estudia con toda una formación académica. Tiene sus ventajas y tiene sus riesgos, pero la fotografía en México sigue siendo importante, sigue aportando al mundo, a la fotografía en el mundo y con temas novedosos.

–Si pudieras hacer un proyecto, consumarlo y llevarlo a cabo, ¿qué harías en este momento, hacia qué te acercarías más de acuerdo con lo que ves en tu país?

–A registrar la vida cotidiana en las zonas rurales, porque está cambiando, está evolucionando rápidamente, están dejándose de hacer muchas cosas; se están dejando de llevar estilos de vida muy tradicionales que llevan siglos de tal manera y están cambiando vertiginosamente, quizá para mal. Pero ese cambio es el que hay que registrar ahorita en todos los ámbitos. Ese cambio está transformando a las sociedades. Esta globalización está transformando al mundo y en México es el registro de la vida cotidiana. En este momento sería importante.